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Para el juez Bernasconi, la droga
“está de fiesta en Buenos Aires”

Así interpretó el magistrado el fallo que mandó investigarlo  y que absolvió a Coppola. Pero ayer sumó un nuevo pedido de juicio político. Eduardo Duhalde empezó a despegarse del juez.

Hernán Bernasconi siguió en su cruzada contra Coppola, al que vinculó “con el mundo de la droga”.
“De las escuchas telefónicas surgieron elementos de que podría haber hecho actividades de tráfico."

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Por Andrés Osojnik

t.gif (862 bytes) Según Hernán Bernasconi, que sostiene que las acusaciones en su contra son producto de la venganza del narcotráfico, el fallo del tribunal oral que absolvió a Guillermo Coppola les viene de perillas a sus supuestos enemigos: “La droga está de fiesta en Buenos Aires”, fue su interpretación sobre la decisión de los jueces que, además de exculpar al manager de Maradona ordenaron investigar al juez federal de Dolores. Luego de criticar la sentencia, que complicó aún más su carrera judicial, Bernasconi aseguró que no piensa renunciar y se mostró confiado en que en el Senado “prime la cordura” cuando se defina su futuro el mes próximo. Pero en tanto aseguraba que “no existe ninguna prueba” que sostenga los cargos que se le hacen, ayer entró al Consejo de la Magistratura un nuevo pedido de juicio político en su contra. Y un precavido Eduardo Duhalde comenzaba a despegarse del cuestionado juez.
“Si se comprueba eso, está mal”, se escudó el gobernador bonaerense. Eso era la serie de acusaciones contra Bernasconi: que armaba causas para perseguir a ricos y famosos, que la mayor parte del éxtasis secuestrado en sus procedimientos era trucho, que inventaba casos para hacerse conocido.
El candidato presidencial se encargó de dejar en claro que Bernasconi –a esta altura del escándalo y de la campaña electoral– no cuenta con su apoyo, al menos público: “Lo conozco muy poco, yo a Bernasconi en mi vida lo habré visto un par de veces. En la primera etapa, cuando él aparecía como luchando fuertemente contra el narcotráfico, despertaba simpatía. Pero después, cuando otros jueces federales comienzan a cuestionar su forma de actuar, uno se queda ahí expectante, mirando”.
Bernasconi, sin inmutarse, insistió ayer en seguir acusando a Coppola: “De las escuchas telefónicas surgieron elementos de que podría haber realizado actividades de tráfico”. El juez eligió ayer la radio de Daniel Hadad para hacer su único descargo público luego de que el tribunal del caso Coppola ordenara investigarlo por ocho delitos –entre ellos, asociación ilícita y privación ilegítima de la libertad– que presuntamente cometió cuando tuvo a su cargo la causa del manager.
Esos cargos aterrizarán, por orden del tribunal, en las comisiones de juicio político de ambas cámaras del Congreso, donde ya se tramita un juicio por las presuntas irregularidades cometidas por Bernasconi en otra causa, la del ex futbolista Alberto Tarantini. Allí, hasta antes de la sentencia del miércoles, contaba con la protección de los senadores justicialistas, que no querían entregar la cabeza de un juez del mismo palo para festín de la oposición en plena campaña. Pero la contundencia del fallo hizo elevar el costo de tal protección a niveles insostenibles.
Por añadidura, en el Consejo de la Magistratura –ahora a cargo de la remoción de los jueces– causó sorpresa que el tribunal enviara la acusación contra Bernasconi al Congreso y no a ese organismo. “Es una causa nueva, debería haber sido remitida aquí –señaló el diputado Melchor Cruchaga, integrante de la comisión de acusación–. Pero en realidad habrá que esperar los fundamentos del fallo para entender por qué esa decisión.”
El destino del caso no es un dato menor. En el Senado, a Bernasconi aún le puede quedar alguna esperanza. Si el caso llega al Consejo, en cambio, su suerte estaría echada. De todos modos, ayer entró allí un nuevo pedido de juicio político, el tercero que suma. La nueva causa nada tiene que ver con Coppola, pero sí con la metodología usada en ese caso. Se trata también de una causa por drogas que terminó en la nada, en la que aparecen los inefables Daniel Diamante y Antonio Gerace, en la que también hay sospechas de pruebas falsas. En ese caso, la supuesta víctima del juez fue Hugo Escobar Mercado, un boliviano acusado de narcotraficante, finalmente exculpado por el tribunal federal de Mar del Plata.
El nuevo pedido no fue ingresado al Consejo por un abogado del narcotráfico internacional, sino por la conjueza de Dolores, la abogada Martha Esponda, que solicitó la destitución de Bernasconi al entender que cuenta con pruebas como para convocarlo a una declaración indagatoria.Bernasconi fue notificado ayer mismo de ese pedido, pero mientras mantenga sus fueros está exento de sentarse en el banquillo.
El juez trabajó ayer con aparente normalidad en su juzgado, aunque aprovechó la lluvia para llegar escondido atrás de un piloto y un paraguas de los periodistas que lo esperaban. Una vez adentro, habló con Radio Diez: “No me temblaría la mano” para hacer una nueva investigación a Coppola, aseguró. Pero aclaró que “tomaría otro tipo de recaudos que tienen que ver básicamente con quienes tienen que estar a cargo de la investigación”. “Los jueces deberíamos contar con policías especializados, con respaldo institucional y además una elevada conducta ética”, señaló en un intento de desligarse de los polémicos Diamante y Gerace, presos por las supuestas irregularidades que cometieron estando a sus órdenes.
A quien sí avaló, pese a que también está tras las rejas, es a su ex secretario Roberto Schlagel. “No hay respaldo ni prueba que avale” la acusación por asociación ilícita que pesa en su contra, aseguró. No fue un buen día para salir a apoyarlo: ayer, la jueza María Cristina Bértola, que investiga la muerte de Poli Armentano, lo citó a declarar por esa causa.

 

Coppola vs. Yaría

“Qué puede hablar este muchacho.” Con un tono estudiadamente irónico, Guillermo Coppola trató de esa manera a Hernán Bernasconi, después de enterarse de que el juez siguió acusándolo aun luego del fallo que anuló su causa. El manager de Maradona, que en la madrugada de ayer protagonizó un festejo multitudinario en el restaurante Santino, en Belgrano, bajó el tono a la supuesta relación de Eduardo Duhalde con sus desventuras judiciales. Pero apuntó contra un hombre de su entorno: la orden de actuar en su contra vendría, dijo, “más bien de la Secretaría de Prevención y Asistencia a las Adicciones”. Es decir, de Juan Alberto Yaría. “Siempre me extrañó muchísimo que Yaría fuera el único que estuvo en una misamanifestación que se hizo en Dolores cuando yo estaba preso”, aseguró, aunque se cuidó de aclarar que no tiene elementos “para confirmarlo”. Duhalde, enterado de los dichos de Coppola, salió a respaldar a su funcionario: “Yaría es el hombre más destacado, no sólo por reconocimiento nacional sino internacional, en todo lo que es prevención, y los preventores no se dedican a temas que tengan que ver con la represión”.

 

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