The Guardian de Gran Bretaña
Por Rory Carroll Desde Belgrado El muro de negación de Serbia
sobre sus crímenes de guerra en Kosovo está por ser derrumbado por la Iglesia Ortodoxa
Serbia, que secretamente decidió decirle a su rebaño que el alma de la nación fue
manchada con la sangre de los albanos étnicos. Los líderes de la Iglesia se están
preparando para regresar de la provincia a Belgrado y desafiar al presidente yugoslavo
Slobodan Milosevic, admitiendo públicamente que las fuerzas serbias cometieron
atrocidades. Los obispos y los sacerdotes están preparados para una reacción violenta de
una población apabullada por los medios controlados por el Estado, viendo a Serbia como
una víctima inocente de la OTAN y las agresiones albanesas.
La cabeza de la Iglesia, el patriarca Pavle, está shockeado por las evidencias de
asesinatos, torturas y expulsiones que pudo ver desde que llegó a Kosovo la semana
pasada. Junto con sus obispos, ha decidido romper el silencio de Serbia al declarar a
algunos de sus compatriotas culpables de crímenes horribles. La jerarquía de la Iglesia
hará el anuncio durante una conferencia de prensa la semana que viene, a pesar de las
amenazas del gobierno, dijo Luka Novakovic, el diácono de la biblioteca de la Iglesia en
Belgrado. Los oradores probablemente serán al reverendo Amfilohije, arzobispo de Crna
Gora y Primorje, y el reverendo Artemije, obispo de Raska y Prizren.
Aun si los medios del Estado ignoran el anuncio, se espera que el mensaje se difunda
como un incendio de bosques, ya que la iglesia es una de las pocas instituciones que
pueden comunicarse directamente con el pueblo. En nuestros servicios el domingo,
nuestros sacerdotes podrán decirle a la gente lo que pasó en Kosovo, dijo fray
Novakovic. Nos enteramos de que algunos serbios hicieron cosas terribles en Kosovo y
admitirlo es el primer paso para poder cambiar las cosas para bien. Es una cuestión de
decir la verdad. No será posible mantenerlo en secreto, ya no más. La sociedad lo
sabrá. Es nuestro deber. Es importante para un país saber la verdad. La tiene que saber,
de lo contrario continuará sin confesar. Negarlo no va a salvar almas.
Casi todos los serbios pertenecen a la fe ortodoxa y la mitad se dice que son
practicantes. La Iglesia ya provocó el enojo de Milosevic al pedir su renuncia. Las
estaciones de televisión controladas por el Estado y los diarios continuaron insistiendo
ayer en que la OTAN y los terroristas albanokosovares cometieron los únicos crímenes.
Serbia fue una víctima de agresión y merece miles de millones de dólares en ayuda para
la reconstrucción, dijeron.
La decisión de la Iglesia de hablar llegó en un momento de crecientes ataques de
albaneses étnicos contra monasterios, sacerdotes y monumentos ortodoxos. La jerarquía se
quejó de que las tropas de la KFOR no hacen lo suficiente para proteger a los serbios que
se asilan en seminarios y monasterios. La Iglesia calificó los incendios y los ataques
como un nuevo Gólgota.
Nuevos desafíos al régimen de Milosevic surgieron ayer desde la oposición política y
del descontento ejército reservista de Serbia. Los parlamentos serbios y federales
yugoslavos en Belgrado votaron para levantar el estado de guerra del país, finalizando el
toque de queda y las restricciones para viajar impuestas después que la OTAN comenzara a
bombardear en marzo. Los restaurantes podrán estar abiertos hasta tarde y los hombres
entre 18 y 60 años podrán viajar al exterior. Más significativo fue que las
restricciones sobre las demostraciones públicas también se levantaron, dejando a los
partidos de la oposición libres para movilizar el apoyo contra el régimen y luchar para
adelantar las elecciones. Sin embargo, la oposición temía que el intento del gobierno de
mantener varias medidas económicas de tiempo de guerra en leyes de tiempo de paz minaría
las nuevas libertades. La Alianza Cívica, un grupo de 30 partidos, estuvo presionando
para que se levantara el estado de guerra, acusando al régimen de prolongar la emergencia
para apuntalar su poder. Pero existen dudas acerca de si podrá aprovechar esta
moderación. Comprometiéndose a llevar a cabo dos manifestaciones mañana en Serbia
central, la Alianza dijo que los próximos días y semanas ofrecían una rara oportunidad
para medir el descontento con Milosevic. Sin embargo, la oposición no ha eliminado sus
disputas internas ni la antipatía pública a varios de sus líderes, que resultaron en
una pobre asistencia a sus reuniones.
La semana pasada, unos 100 reservistas bloquearon el camino de Kragujevacc a Topola
durante varias horas hasta que se les prometió un aumento. Un reservista dijo: No
queremos que el Estado o el ejército nos deba, sólo queremos nuestro dinero. En
lugar de dinero, a algunos se les ofreció créditos para leña y carbón, ropa en tiendas
de descuento del ejército y descuentos en las facturas de la electricidad y teléfono.
Traducción: Celita
Doyhambéhère
mirador |
KRUSHOV JR..
Un cero en democracia
Los enterraremos, había sido la poco delicada expresión que el difunto
premier soviético Nikita Krushov (foto) había dirigido a Estados Unidos durante una
etapa de tensiones en el tiempo que duró su mandato (19581964). Bueno, parece que fue
exactamente al revés, a tal punto que el hijo de Krushov, Sergei, de 63 años, y su
esposa, Valentina, aprobaron ayer el examen para convertirse en ciudadanos
norteamericanos. Eso sí, los resultados no fueron totalmente impecables, ya que de las 20
preguntas planteadas, el hijo de Nikita falló en una respuesta. Interrogado sobre el tipo
de régimen político imperante en EE.UU, Krushov contestó el presidente y el
gabinete, cuando debía haber dicho la democracia. Igual zafó, pero los
inclinados al devaneo psicoanalítico pueden ver en el error un fallido: menos mal que
Krushov Jr. no contestó: El secretario general y el Politburó. El mismo
aplicante confesó su error avergonzado ante la CNN, mientras explicaba que había
postulado para la ciudadanía porque lo consideraba un deber cívico y porque
nuestros corazones están aquí. Sergei Krushov y su esposa Valentina Golenko
emigraron a Estados Unidos en 1991 y viven en Rhode Island, donde él ejerce como profesor
en Brown University. Krushov padre, que una vez llegó a patear enfurecido con su zapato
el atril donde hablaba en la ONU, debe estar retorciéndose en su tumba. |
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