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LA ALIANZA YA ESTA EUFORICA CON EL RESULTADO DE LA INTERNACIONAL SOCIALISTA
Quizá simplemente le regalen una rosa

La oposición está entusiasmada. Asegura que el encuentro socialdemócrata la conectó públicamente a líderes internacionales y la instaló como fuerza con chances ciertas de gobernar y tiene esperanzas en el documento de hoy, con menciones a la deuda externa. De la Rúa, Gramsci. Alfonsín y el Pacto.

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Por Martín Granovsky
t.gif (862 bytes)  “¿Ahora quién va a decir que somos unos loquitos sueltos?”, preguntaba anoche eufórico el secretario general del radicalismo, Jesús Rodríguez, mirando el movimiento del Hotel Intercontinental. “Estos tipos gobiernan en el mundo.” En un rincón del lobby se veía al colérico Pierre Mauroy. Tomando café en el bar, Massimo D’Alema. Más lejos, Ricardo Lagos y su comitiva chilena de futuros ministros o casi. Unas horas antes, ubicuo, había pasado Felipe González. Carlos “Chacho” Alvarez abrazó a Sergio Bitar, presidente del PPD chileno, y resumió el estado de ánimo ganador de la Alianza. “Cuando estemos en el gobierno nos vamos a levantar el teléfono entre amigos, ¿no Sergio?” Se había concretado la revolución socialista.
Ellos y otros dirigentes de la Alianza sienten que la reunión del Consejo de la Internacional Socialista en Buenos Aires, que se cierra hoy y anoche escuchó a Mercedes Sosa, los posicionó públicamente como un equipo de gobierno y consolidó su relación con la agenda social cada vez más de onda: gobernar la globalización con instrumentos políticos, regular el mercado y marcar un principio de equidad.
Los tres temas van a figurar hoy en el documento final de la IS, que anoche terminaban de bordar el radical Leopoldo Moreau y el radical socialdemócrata chileno Luis Ayala, secretario general del organismo.
Página/12 pudo establecer que la deuda externa quedará incluida con un párrafo especial, en una movida coherente con las discusiones del presidium de la IS, en la noche del jueves, y de un desayuno informal de argentinos y españoles ayer por la mañana.
“La Internacional Socialista, y en especial Europa, tienen que hacer algún gesto sobre la deuda”, dijo Felipe, a quien afortunadamente su proyecto de suceder a Mauroy como presidente de la IS hizo que abandonara la energía que venía poniendo en la vuelta de Augusto Pinochet a Chile. “La oportunidad es Ecuador”, recomendó. La verdad es que el problema del endeudamiento externo necesitará traducción concreta. Si es que Europa asume en serio la iniciativa, después quedará por ver cómo beneficia a cada país. La Argentina, que mediante el Plan Brady ya convirtió su deuda en bonos y ahora sólo puede negociar con el Fondo Monetario, podría reclamar una reprogramación de su deuda con el Banco Europeo de Reconstrucción y Fomento.
De todos modos, y aunque D’Alema confesaba ayer en este diario que por ahora son principios, los argentinos estaban satisfechos con la idea, que ven como cobrando fuerza, de politizar la administración del FMI y gobernar la globalización.
También los alentaba una mención de Felipe: “El Mercosur más Chile ocupa el cuarto lugar del mundo, como producto, y hay que impulsar un acuerdo con la Unión Europea”.
“En el fondo, también se está discutiendo aquí cómo juegan y compiten entre sí un espacio de libre comercio entre América latina y los Estados Unidos y otro entre la región y Europa”, comentaba Moreau.
El propio De la Rúa está tan entusiasmado que parece un socialdemócrata de toda la vida. Por la tarde participó en la entrega del doctorado honoris causa a D’Alema en la Universidad de Buenos Aires.
“Massimo es un gran arquitecto de la política”, elogió, y recordó su trayectoria como “una figura de las grandes transformaciones de la posguerra”.
El director de la carrera de Ciencia Política, Franco Castiglione, dijo que para D’Alema “la gran política es interpretada como la capacidad cultural de mediar entre las necesidades y una idea de futuro de país, con los partidos como generadores de proyectos político-culturales”. Castiglione, un prestigioso politólogo que vivió exiliado en Italia, rescató la voluntad de cambio “cultural y social” de los Demócratas de Izquierda de D’Alema. También señaló que eran herederos del viejo PartidoComunista Italiano fundado por Antonio Gramsci, un pensador que los fascistas argentinos de 1983 solían ver reencarnado en Raúl Alfonsín.
Un párrafo del discurso distribuido por el ex presidente –que fue un animador tácito del encuentro– puede darles la razón. Hasta cita a Carlos Marx, el fundador de la Primera Internacional. “El debilitamiento del sentido ético y nacional en busca de salarios bajos pareciera paradójicamente dar la razón a la profecía de Marx cuando sostenía que el capitalismo iba a jugar siempre a la baja de los salarios”, dice. Otros párrafos, en cambio, sintonizan con la crítica a la globalización, a la que busca compensar con solidaridad, y contienen datos como éste: “El vertiginoso crecimiento de los mercados financieros especulativos, desvinculados de la actividad real de la producción, estimados en 1.4 billones (en español) diarios”.
El texto de Alfonsín, pensado para un auditorio internacional, sólo se permite un párrafo claramente doméstico. Señala: “Una serie de circunstancias que nos es del caso analizar llevó a gran parte de la oposición a la convicción de que se iba a producir inexorablemente la modificación de la Constitución Nacional, probablemente de manera ilegal, con el exclusivo propósito de facilitar la reelección presidencial, razón por la cual aceptó discutir la reforma a condición de incorporar gran parte de las propuestas efectuadas por el Consejo de Consolidación de la Democracia durante el primer período democrático de los años ochenta”. Así fue como, sigilosamente, el Pacto de Olivos se coló en la Internacional Socialista.

 

El repudio de las Madres
Las Madres de Plaza de Mayo repudiaron ayer la cumbre de la Internacional Socialista. “Sólo muestra la cara de los hombres que apoyaron las dictaduras militares y la guerra de la OTAN (en Yugoslavia)”, señalaron las Madres en un documento que entregaron a representantes de todas las delegaciones que participan de la reunión.
“La Asociación Madres de Plaza de Mayo se dirige a los congresales para hacerles sentir nuestro repudio a todos los que, como ustedes, antes de gobernar se promocionan como socialistas y luego, desde su gobierno, sólo se apoyan en el capitalismo más salvaje que está llevando a los países del Tercer Mundo al hambre y la miseria”, sostiene la carta firmada por la presidenta de esa entidad, Hebe de Bonafini.
Las Madres dejaron la carta en el Hotel Intercontinental, el lugar en el que se celebra la cumbre y donde los partidos de izquierda repudiaron anteayer con una marcha la presencia de los líderes socialistas. Las Madres eligieron otra modalidad de protesta, aunque no por eso su repudio fue menos duro. “Señores políticos: no nos mientan más llamándose socialistas, el socialismo por suerte es otra cosa; el socialismo es amor, solidaridad, trabajo digno, niños sin hambre, viejos jubilados felices”, afirmaron las Madres.



Lagos apoya por Malvinas

El candidato presidencial de la oficialista Concertación Democrática de Chile, Ricardo Lagos, condicionó la posibilidad de que ese país revea su decisión de suspender los vuelos hacia las islas Malvinas a que la Argentina regularice primero su situación con el Reino Unido. Lo hizo después de entrevistarse con el presidente Carlos Menem en Olivos.
“Por ahora no hay ninguna razón para que Chile modifique su situación”, aclaró Lagos –que está en Buenos Aires para participar de la cumbre de la Internacional Socialista– acerca del eventual reestablecimiento de los vuelos entre Punta Arenas y Malvinas. Después precisó que “una vez que la Argentina resuelva los temas cotidianos de los vuelos, que es lo que tiene que hacer con Gran Bretaña, estaremos en condiciones de (plantear) una situación diversa”.
Lagos es el candidato oficialista a suceder al presidente chileno Eduardo Frei y hoy suena como número puesto para ese cargo. De ahí la importancia de su afirmación en el sentido de que Chile continuará apoyando a la Argentina en sus planteos por Malvinas ante los organismos internacionales.
“La colaboración que Chile ha venido prestando en este tema es importante y debe mantenerse”, opinó Lagos y negó que a cambio de ello el gobierno de su país aspire a un respaldo argentino frente al reclamo chileno por la detención en Londres del ex dictador Augusto Pinochet. “La posición de Chile de apoyo a la Argentina es una posición de principios de cuál es la situación que tiene el gobierno argentino y de cualquier otro país de América latina respecto del territorio ubicado en este continente”, explicó Lagos después de hablar sobre ello con Menem.

“Somos lo menos internacional que hay en el mundo”, dijo González

Los líderes de la Internacional reclamaron un mayor protagonismo de la política frente a los mercados. Voces críticas por Yugoslavia.

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Por L. B.
t.gif (862 bytes) “Si no lo hace la Internacional Socialista, lo hará la Internacional de la Empresa”, advirtió en su discurso el ex presidente español, Felipe González, en lo que pareció ser la mayor coincidencia en esta reunión del Consejo Mundial de ese organismo: el reclamo de un mayor protagonismo de la política sobre la economía en las decisiones que ordenan el planeta. Una larga lista de oradores comenzó ayer a la mañana con los anfitriones, Guillermo Estévez Boero, Fernando de la Rúa y Leopoldo Moreau, en reemplazo del convaleciente Raúl Alfonsín, y siguió durante el resto de la mañana y la tarde con las exposiciones de todas las delegaciones. En el consenso general también se escucharon críticas por la actuación de partidos miembros en los bombardeos a Yugoslavia, así como reclamos de propuestas concretas a los países centrales.
Felipe González presentó el documento que se discutirá en el congreso de la Internacional de noviembre en París, con un diagnóstico de la nueva realidad generada por la globalización. “La globalización no se puede medir por el crecimiento del intercambio comercial, que es casi el mismo que después de la Segunda Guerra Mundial”, puntualizó. “Hay que medirla por el gran proceso de concentración y por el aumento del flujo financiero internacional que en los últimos tiempos se multiplicó por 48. Cada día se mueve el doble de capitales de lo que produce Africa en un año.”
El diagnóstico de González indicó que “el mundo de la economía ha crecido en forma exponencial, y en cambio el mundo de la política se reduce cada vez más. Somos (los políticos) lo menos internacional que ocurre en el mundo” y reclamó a los líderes políticos una reacción conjunta para garantizar para la política la toma de decisiones. “No creo en un gobierno económico mundial que represente al 20 por ciento de la población y al 75 por ciento de los ingresos. El 80 por ciento restante nunca lo aceptará y se rebelará contra esa situación.”
En consonancia, el chileno Ricardo Lagos planteó el poco margen para actuar en forma aislada de un Estado nacional, en política exterior, y planteó la necesidad de una acción conjunta. Porfirio Muñoz Ledo, del PRD mexicano, retomó las palabras de Lagos para pedir que la retórica deje paso a planteos programáticos concretos sobre todo en el plano económico. “Está la Internacional Socialista –afirmó Muñoz Ledo fuera del recinto– y también está la internacional financiera. Y hay varios que están en los dos lados como si tuvieran doble personalidad. Es una circunstancia que se puede aprovechar si se llega a planteos programáticos que comprometan a las partes.”
El eje de los tres discursos argentinos estuvo más orientado al debate con el neoliberalismo y sus secuelas de pobreza y marginación, ligado por elevación a la crítica de la política económica local. Aunque también se refirieron, como Estévez Boero, a la deuda externa, y Moreau a la subsistencia de políticas proteccionistas en países desarrollados. Los planteos sobre estos temas de los delegados de países desarrollados coincidieron en el diagnóstico pero se hacían más retóricos en cuanto a las soluciones.
La crisis de Kosovo fue otro punto donde se expresaron algunas diferencias. El presidente de la IS, Pierre Mauroy, que hizo una descripción de la coyuntura política internacional, indicó que “esa guerra marcará sin duda un viraje decisivo en la política internacional, ya es tiempo que al ‘equilibrio del terror’ impuesto por la división del mundo en dos, le suceda ‘un equilibrio de la democracia y la libertad’, basado en la legitimación del ‘derecho a la injerencia humanitaria’”.
El italiano Massimo D’Alema hizo una defensa de la intervención militar, aunque la planteó como el único camino que quedaba al fracasar los esfuerzos pacíficos. “La dramaticidad y complejidad de las crisis, como nos ha enseñado el Kosovo –leyó–, nos obliga a reflexionar sobre un punto decisivo: el problema de la prevención de los conflictos debe estar en el centro de nuestra atención.” “Soy consciente de que entre los partidos latinoamericanos y de otros partidos no europeos la intervención de la OTAN en la crisis balcánica no ha sido aprobada”, expresó D’Alema adelantándose a las críticas que surgieron desde estos sectores e inclusive de la delegación griega. Sin embargo, tanto quienes apoyaron la intervención armada, como quienes la criticaron, coincidieron en la necesidad de fortalecer a las Naciones Unidas para intervenir en conflictos de este tipo.
Tanto Mauroy, como D’Alema y el mismo Felipe González destacaron la importancia de los inminentes procesos electorales que se producirán en Argentina, Chile y Uruguay y expresaron sus augurios para el triunfo de aliancistas, socialistas y frenteamplistas.


Alfonsín

Héctor Marchitelli, vicedirector del Hospital Italiano, aseguró ayer que Raúl Alfonsín se encuentra en una situación de “estabilidad” y agregó que permaneció despierto buena parte de la mañana como consecuencia de la decisión de bajarle la dosis de sedantes. Luego de cinco de días de estabilidad, los médicos comenzaron el jueves pasado a disminuir paulatinamente la presión del respirador artificial. De todos modos, el proceso aún no concluyó, según aseguraron ayer las autoridades del Italiano. Y podría demorar todavía unos días más. “No hay un plazo prefijado, todavía estamos dentro de los plazos normales”, afirmó ayer Marchitelli. Alfonsín recibió la visita de los principales dirigentes del oficialismo y la oposición. El jueves pasado se acercaron a saludarlo los representantes de la Internacional Socialista y ayer se sumaron el nicaragüense Tomás Borge, del Frente Sandinista de Liberación, y el titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias.


Entre la cortesía y los negocios

na04fo03.jpg (11299 bytes)Uno es jefe de gobierno. El otro lo fue. Uno fue tratado con honores de jefe de Estado porque protocolarmente correspondía. El otro también, aunque en su caso los vínculos comunes reemplazaban al protocolo. El primero, el italiano Massimo D’Alema, vio al Presidente y su embajada insistió en que también tuviera un lugar en la agenda el candidato del partido del presidente. El otro, que ya se ve presidente de la Internacional Socialista y, tal vez, de nuevo jefe del gobierno, pensó en Repsol, en Telefónica, en el Banco Bilbao Vizcaya y en la posición común de no juzgar a Pinochet fuera de Chile. Si D’Alema, mucho más aliancista que él, se veía con Menem y Duhalde, ¿por qué se privaría Felipe González de una visita a la Casa Rosada?

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