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Por Felipe Yapur Con los actuales pagos de servicios de la deuda externa no va a haber posibilidad de recuperación para nuestro país, dijo el candidato y luego añadió que estaba a favor de la condonación de la deuda externa. Quien pronunció estas frases más propias de la década del 80 y del discurso del ex presidente peruano Alan García que del clima de resignación propio de fin de siglo fue el candidato a presidente del PJ Eduardo Duhalde. Los allegados al gobernador, sin bajarle el tono a las declaraciones, explicaron que éstas sólo reiteran anteriores afirmaciones vertidas sobre el tema en la campaña. Las frases sobre la deuda brotan en un momento de nerviosismo en el bunker duhaldista. Todos los peronistas advierten que su candidato está en una meseta de intención de voto, que ha perdido el ímpetu que tuvo en los primeros meses del año y que muchos candidatos del PJ (incluido el que aspira a sucederlo en la gobernación bonaerense, Carlos Ruckauf) miden mejor que él. Con los actuales pagos de servicios de la deuda externa no va a haber posibilidad de recuperación para nuestro país, fue el oscuro panorama que pintó Duhalde desde La Plata poco antes de reunirse con el jefe de Gobierno italiano, Massimo DAlema, quien se encuentra en el país para participar en la cumbre de la Internacional Socialista (IS). Los operadores del duhaldismo aseguraron que las frases pronunciadas por su jefe, como que el pago de la deuda está desangrándonos, no deben asombrar a nadie porque coinciden con la política que el bonaerense impulsa con respecto al FMI y que ya fueron anunciadas hace más de un mes. Es verdad, fue desde Mendoza donde Duhalde envió su primer mensaje sobre la necesidad de negociar regionalmente la deuda, refiriéndose al Mercosur, y donde se mostró proclive a ser mucho más firme con el FMI. Esa afirmación detonó en su momento fuertes reacciones del establishment económico. Y eran menos enérgicas que las pronunciadas ayer, cuando por primera vez salió de su boca la palabra condonación, un término que supo ser cotidiano en fuerzas de izquierda durante los primeros años del retorno de la democracia. Estas declaraciones le valieron a Duhalde no sólo algunas convulsiones internas, sobre todo en su equipo económico, sino también la crítica de la Alianza. El propio De la Rúa advirtió que eran declaraciones irresponsables que perjudican la estabilidad económica. Tiempo después, desde este mismo sector llovieron otras críticas cuando dijeron que, a pesar de esa posición de fuerza, el bonaerense terminó reunido con los enviados del Fondo hace un par de semanas. Nosotros participamos porque la Argentina es un país que forma parte del FMI. En ese encuentro planteamos nuestra posición. En cambio, la Alianza hizo toda una parodia. De la Rúa ni siquiera estuvo presente, mandó a (Rodolfo) Terragno y a (José Luis) Machinea y así quisieron demostrar que no negocian con ellos, se defendieron los duhaldista. Otro justificativo que blandieron desde el bunker duhalista fue la cercanía del comienzo de la reunión del Grupo Rio, y que comienza el lunes. Nosotros tenemos información que dice que allí puede surgir una condena a la deuda, se escudó un operador del gobernador. El temor, aunque no reconocido públicamente por el duhaldismo, era la participación del candidato aliancista en la reunión de la IS y el tenor de su discurso sobre este tema. Pero De la Rúa los defraudó y pronunció una moderada crítica a las consecuencias de la deuda dejando a salvo que desgraciadamente ella está. Eso sí, se apoyó en las declaraciones del titular de la IS y ex premier francés, Pierre Mauroy, quien es partidario de reformar el Fondo Monetario y el Banco Mundial para replantear la situación financiera. Este espacio le sirvió también al jefe de Gobierno porteño para enviar un mensaje al presidente Carlos Menem: Le pido que no aumente más el endeudamiento y gobierne resolviendo los problemas y no haciendo politiquería, dijo el candidato de la Alianza (ver nota aparte). El momento y la dureza de los dichos coinciden con un descenso en la preferencia de la gente por parte de Duhalde frente a la candidatura del aliancista De la Rúa. Situación ampliamente desmentida por sus colaboradores, quienes dijeron a este diario que las encuestas no son la razón de sus declaraciones. No sólo Duhalde tiene esta posición, sólo basta recordar que el Papa (Juan Pablo II) pidió una condonación de la deuda de los países más pobres y el Grupo de los 8 decidió cancelar parte de ella a esos estados. Así que lo nuestro no puede ser considerado como algo oportunista y menos descabellado. Sin embargo, las encuestas pesan en el justicialismo. Es conocida la adicción de Duhalde a las consultas de opinión y más de uno de sus seguidores se sorprendió cuando se enteró de que en la provincia el candidato a sucederlo, Carlos Ruckauf, mide mejor que el propio gobernador. Siempre pensamos que él (por Duhalde) traccionaría votos para Rucucu y ahora los números dicen otra cosa, dicen los voceros de la casa de gobierno de La Plata. Pero también se escudan en que todavía faltan cuatro meses para las elecciones y todo puede cambiar. Esta última frase está relacionada con las encuestas que a principios de 1995 poco antes de la reelección menemista y que no favorecían al actual mandatario; con el correr de los meses todo cambió y el triunfo fue rotundo. Algo similar ocurrirá en octubre, Duhalde lo sabe, lo comparte y está seguro de que será presidente, fue el análisis de un estrecho colaborador del mandatario bonaerense. En todo caso, queriéndolo o no Duhalde, con sus tonantes declaraciones sobre la deuda consiguió un objetivo que siempre anhelan los candidatos: disputarle el centro de la escena a su rival, justo el día en que miles de flashes ametrallaban a De la Rúa en la reunión de la IS.
DE LA RUA DIJO LO SUYO PERO SIN PATEAR EL
TABLERO La
deuda externa está agobiándonos. Desgraciadamente, la deuda está. Pero hay que hacer un
planteo político. Los países desarrollados deben entender la importancia de aliviar del
tema a los países más pobres. Fernando de la Rúa pronunció estas palabras ayer,
en el marco de la reunión de la Internacional Socialista, en la que se dio el gusto de
mostrarse junto a algunos líderes políticos de todo el mundo. Poco después, Eduardo
Duhalde aseguró que con los actuales pagos de la deuda no va a haber posibilidad de
recuperación para la Argentina. Estas declaraciones fueron consideradas un
síntoma de nerviosismo por los voceros de De la Rúa.
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