Es
como un contrato con la mafia: esta comparación utilizó la defensora del Pueblo de
la Ciudad de Buenos Aires, Alicia Oliveira, para referirse a la concesión del control de
estacionamiento a las empresas privadas que aplican el cepo. La Defensoría solicitó ayer
al Tribunal Superior de Justicia porteño que declare la inconstitucionalidad de los
sistemas de inmovilización de vehículos en infracción, que atentarían contra
la libertad de transitar y el derecho de usar y disponer de la propiedad,
además de vulnerar la Ley de Tránsito. Según la ombudsman, la declaración de
inconstitucionalidad pondrá fin a la aplicación del odiado artefacto por parte de las
concesionarias. En cambio, el funcionario a cargo de la Dirección de Concesiones de la
Ciudad, si bien también abomina del cepo, dice que es mejor buscar una solución
negociada con las empresas o esperar el vencimiento de los contratos.
La presentación de Oliveira menciona la enorme cantidad de quejas de los vecinos de
la Ciudad por las arbitrariedades y abusos de los concesionarios y el personal policial en
los operativos de colocación de cepos y remoción de vehículos. Se ampara en el
artículo 14 de la Constitución nacional, que garantiza la libertad de tránsito y el uso
de la propiedad, y en el artículo 42, que establece un trato equitativo y
digno para los consumidores y usuarios de bienes y servicios.
La ombudsman observa también que según la Ley 24.449, de tránsito, queda
prohibida la retención o demora del conductor o de su vehículo, salvo casos que
no incluyen las inmovilizaciones por medio de los cepos.
Consultado por este diario, el interventor en la Dirección de Concesiones del Gobierno de
la Ciudad, Virgilio Loiácono, afirmó que en efecto, colocarles el cepo a los
vehículos en contravención no sólo es arbitrario sino antifuncional. Contó,
incluso, que he visto personalmente infinidad de casos donde a los vehículos mal
estacionados, que debieran ser retirados, como no tienen suficientes grúas les ponen el
cepo, con lo cual se aseguran la presa pero perpetúan la infracción.
Loiácono destacó que en los pliegos de contratación que datan de
1990, bajo la intendencia de Carlos Grosso, todo está a favor del
concesionario y nada a favor del Gobierno. Para el funcionario, dado el poco
tiempo de concesión que queda, no es práctico meterse en un pleito descomunal con los
concesionarios y la declaración de inconstitucionalidad no haría posible
rescindir los contratos, que incluyen muchas cláusulas además de los cepos, y sería
solamente un parche en una situación más compleja. Sin embargo, se está
haciendo posible llegar a una solución negociada, pero esto depende de que en las dos
empresas que se ocupan del estacionamiento haya voluntad para avenirse.
Alicia Oliveira respondió: ¿Si uno contrata con la mafia, si uno hace un contrato
delictivo tiene que cumplirlo igual?. Según destacó la ombudsman, un
contrato que está contra la Constitución no puede existir, no tiene vigencia, no hay que
pagarle indemnización a nadie y, si una empresa firmó un acuerdo inconstitucional para
favorecerse con ello, que se jorobe. Para la defensora del Pueblo, los contratos con
las empresas STO (Sistema de Tránsito Ordenado) y SEC (Servicio de Estacionamiento
Computarizado) son un asalto a la ciudad y un riesgo para la circulación de
personas y bienes.
Oliveira señaló también que en la actual situación queda involucrada la Policía
Federal, cuyos agentes participan en los operativos de control de estacionamiento que
hacen las empresas privadas: Los señores de los cepos usan a los policías como
fuerza de choque; la policía queda así al servicio de ellos para afectar los derechos
constitucionales de los ciudadanos. Loiácono admitió que la policía les
cobra a las empresas por el servicio que les presta, y tiene además una participación en
el canon que ellas le pagan al Gobierno de la Ciudad.
La empresa STO opera en 400 manzanas de la zona norte de la ciudad, en las cuales pone
unos 3500 cepos mensuales y 2600 acarreos de vehículos.SEC, en la zona sur, opera unas
300 manzanas, con 1500 cepos y 1500 acarreos por mes. Los contratos vencen en octubre del
año 2000.
El incendiario a juicio
Irá a juicio oral el conductor que, enfurecido luego de que su vehículo fue llevado por
la grúa, prendió fuego a una garita del STO y quemó a un suboficial de la policía. El
22 de abril, el auto de Cristian Irigoyen, que se había quedado sin nafta, fue llevado
por una grúa. Cuando lo fue a buscar al puesto del STO, le exigieron que pagara la multa
y los gastos de traslado. Irigoyen, con el bidón de nafta que llevaba para el auto, le
prendió fuego a la garita y le causó quemaduras a un suboficial.
La jueza de instrucción Cristina Bértola ya decretó el cierre del sumario y dispuso el
envío a juicio oral, por incendio, lesiones y daño. Irigoyen está detenido
en la cárcel de Devoto, y la Cámara le denegó la excarcelación por estimar que la pena
podría ser superior a tres años de cárcel.
El abogado de Irigoyen, Bruno Zito, dijo a este diario que en cuanto la causa llegue
al tribunal oral, volveré a plantear la excarcelación, y previó que el juicio
será probablemente a fines de agosto, ya que la feria judicial del mes que viene va
a demorar su comienzo. |
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