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EN KOSOVO NO HAY POLICIA NI LEY Y LA GUERRILLA GANA TERRENO
La OTAN no puede con su Frankenstein

La UCK, el Ejército de Liberación de Kosovo que la OTAN apoyó en la guerra contra Yugoslavia, está matando y expulsando a los serbios que quedan en la provincia, y el jefe de la Alianza Atlántica pidió con urgencia la creación de una policía internacional contra guerrilleros y saqueadores.

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t.gif (862 bytes)  El caos reina en Kosovo. Terminada la guerra aérea, el desorden amenaza con arrasar lo poco que queda en pie en la provincia serbia. A las repetidas matanzas de serbios a manos del separatista Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), se sumó ayer una versión del New York Times sobre enfrentamientos internos en la guerrilla. La situación complica el objetivo aliado de una convivencia “multiétnica” pacífica en Kosovo y excede la capacidad de la fuerza internacional de paz (KFOR) para controlar el lugar. El presidente norteamericano Bill Clinton aseguró ayer que los ataques a la población serbia lo preocupan, y el comandante supremo de la OTAN, el general Wesley Clark, reclamó “con urgencia” la creación de una fuerza de policía internacional, admitiendo que no tiene efectivos suficientes para lograr la pacificación de Kosovo.
Integrantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) alertaron ayer que las tensiones étnicas convirtieron a la ciudad kosovar de Kosovska Mitrovica en una “bomba a punto de explotar”. “Esto me preocupa –declaró Clinton ante los continuados ataques contra serbios–. Hacemos lo que podemos para acabar con la violencia”. El coronel Robin Hodges aseguró ayer que “14 civiles serbios resultaron muertos el jueves en el sector británico”, y aclaró que se trata del mayor número de asesinatos desde que comenzó el despliegue del contingente británico de la KFOR en Pristina. A pesar de haber aceptado y firmado un acuerdo para su desmilitarización, el UCK continúa armado y sigue adelante con la campaña de represalias contra la población civil serbia.
El comandante supremo de la OTAN, el general Wesley Clark, advirtió ayer que se necesita con urgencia una fuerza de policía internacional en Kosovo. “La OTAN está haciendo todo lo posible para controlar la situación en el terreno. Tenemos muy en cuenta las dificultades de un ambiente en que ha partido toda autoridad pasada (yugoslava) y donde se deben constituir nuevas estructuras e instituciones”, explicó. Pero admitió que los soldados solos no podrán resolver los problemas de la falta de orden y ley en Kosovo. Francia y Gran Bretaña fueron los primeros países aliados que firmaron ayer un acuerdo para poner cerca de 6000 hombres cada uno a disposición de las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, según anunció oficialmente el ministro británico del Exterior Robin Cook. El presidente Clinton reconoció que “lo primero que hay que hacer es desplegar el conjunto de la KFOR lo más rápidamente posible para incrementar la seguridad. Lo segundo es reconstruir Kosovo”.
Pero el dato aportado por el New York Times anuncia una situación aún más difícil de controlar para la KFOR. Según el diario, el UCK arrestó y ejecutó a varios de sus propios dirigentes y militantes en el marco de una lucha interna por el poder. El líder político del UCK, Hacim Taci, y dos de sus lugartenientes, Azem Syla y Xhavit Haliti, habrían ordenado la ejecución de al menos seis combatientes guerrilleros albaneses. “Cuando la guerra comenzó, todos querían ser jefes –aseguró al diario Rifat Haxhijaj, un ex combatiente del UCK que abandonó la agrupación–. Para los líderes del UCK nunca se trató sólo de una guerra contra los serbios. Hay también una lucha por el poder entre ellos”.
El portavoz del Departamento de Estado norteamericano James Rubin aseguró no tener “información para corroborar las acusaciones de que hubo un programa de asesinatos y ejecuciones entre los líderes del UCK”. Pero fuentes diplomáticas aliadas deslizaron la posibilidad de que los enfrentamientos internos de la guerrilla podrían facilitar las acciones autónomas de los combatientes y complicar aún más su desmilitarización.
“No estamos satisfechos con la manera como se lleva a cabo el desarme del UCK”, advirtió el ministro ruso del Exterior, Igor Ivanov. “Hay que desarmarlos inmediata y completamente”, reclamó ayer después de participar en la sesión del Consejo de la Federación (Cámara alta del parlamento ruso) en la que se aprobó el envío de 3600 efectivos a Kosovo para que participen en la KFOR. El inminente despliegue ruso en la provincia esotro factor que promete aumentar la tensión con el UCK. La guerrilla había anunciado semanas atrás que las tropas rusas de la KFOR serían “consideradas como una fuerza enemiga”.
Amnesty International hizo ayer un llamado a la KFOR a que defienda a los habitantes de Kosovo de los actos de represalia y exigió que se concrete la “rápida desmilitarización del UCK” para evitar que continúe el éxodo serbio. El enviado ruso para los Balcanes, Viktor Chernomyrdin, afirmó anteayer ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo que “lo prioritario es crear condiciones de seguridad favorables para el regreso de todos los refugiados”, incluyendo a los más de 80.000 serbios que abandonaron Kosovo desde el inicio del repliegue de las fuerzas yugoslavas.

Claves

ron2.gif (93 bytes) Las matanzas y las intimidaciones por la guerrilla del UCK están expulsando de la provincia de Kosovo al 10 por ciento de población serbia, y la OTAN reclama urgentemente una fuerza policial internacional para controlarla y eventualmente desarmarla.
ron2.gif (93 bytes) La otra cara de la moneda son los saqueos y robos en un territorio sin ley ni orden.
ron2.gif (93 bytes) Pero es improbable que la fuerza policial internacional llegue a tiempo antes de que los serbokosovares hayan huido en masa.
ron2.gif (93 bytes) El resultado sería un Kosovo “depurado” de serbios, objetivo del UCK para pedir después la integración con una “Gran Albania”, que aumentaría la desestabilización de los Balcanes.
ron2.gif (93 bytes) Por ese motivo, la presencia de la OTAN no tiene límite de tiempo, y sus posibilidades son muy limitadas.

UN PASEO POR DOS CENTROS DE EXTERMINIO SERBIOS
Desde una cárcel empapada de sangre

Por M.O.K.
Desde la prisión de Cappa Dom, Dubrava

t.gif (862 bytes) A juzgar por el tamaño de los jeans que están sobre el colchón, probablemente se trataba de un hombre joven, delgado y bajo. El suyo es uno de los ocho colchones tirados en el corredor del primer piso del hospital de la prisión de Cappa Dom en Kosovo. Quienquiera que haya sido, no quiso o no pudo levantar la cabeza cuando le dispararon. La sangre estaba derramada en la almohada como una enorme mancha de tinta. A lo largo del silencioso corredor del hospital, vagan unas ovejas, dejando sus excrementos, en un lugar al que nadie ha entrado desde que sacaron a los muertos, dejando los colchones con un único agujero indicador de la masacre sobre la almohada.
En el edificio de al lado, un laboratorio fotográfico, también había colchones nuevos cubiertos de sangre. Afuera, apilados al lado de la puerta principal de la prisión, están los efectos personales de por lo menos 80 hombres masacrados por paramilitares serbios el 22 de mayo en la prisión de Cappa Dom, como venganza por la noche en que la OTAN bombardeó intensamente el lugar. Barras de jabón Lux, botellas de champú Timotei, afeitadoras Bic y cientos de cartas de esposas, amantes y niños estaban tirados en un rincón lleno de barro. Entre las pertenencias hay una postal con dos rosas rojas. Una mujer le escribió a su novio: “Fue tan difícil dejarte anoche. Me tienen que felicitar por el día de la Madre. Sé que me necesitas ahora, pero no te preocupes, todos nosotros estaremos bien. Te beso, te abrazo. Amar siempre es vivir siempre.”
Para su cumpleaños, el 24 de marzo, ella le mandó un paquete y enumeró sus contenidos: pijamas, tres pares de calzoncillos, dos cartones de cigarrillos LM, papas, ketchup, Nescafé y galletitas. Sus cartas en colores pasteles azules y rosas están en el suelo, mojadas por la lluvia de la noche. Hay unas 20 cartas, cada una doblada en su sobre.
Contando por el número de las camas ensangrentadas, hasta 100 prisioneros fueron asesinados aquí. Hablé con un hombre de unos 20 años, quién como prisionero en Cappa Dom fue testigo de los hechos del 22 de mayo. Pidió no ser nombrado, porque su hermano todavía está en cautiverio. El hombre participaba de una marcha hacia los cuarteles de la OTAN a pedir ayuda para buscar a más de 2.500 prisioneros que todavía están desaparecidos. Muchos pueden estar vivos en una prisión en la ciudad de Leskovac, dentro de Serbia. Según el testigo, los aliados bombardearon la prisión durante casi toda la noche del 21 de mayo, matando a 22 prisioneros.
El objetivo de la OTAN era un grupo paramilitar llamado Frankis, que había acampado en bunkers afuera de la prisión. Muchos prisioneros heridos murieron durante la noche. El testigo recordaba: “No teníamos nada que darles, excepto calmantes que obtuvimos del hospital. Sólo los prisioneros estaban adentro esa noche, los paramilitares estaban ocultos en los bunkers de afuera. Pero al día siguiente, cuando los bombardeos cesaron, los paramilitares vinieron a buscarnos. Eran cinco, todos enmascarados. Habían tenido muchas pérdidas durante la noche por los bombardeos de la OTAN y estaban muy enojados. Cuando llegaron, fue mucho peor que los bombardeos”.
Entre los paramilitares estaban los Frankis, un grupo de asesinos entrenados en una base del Ejército yugoslavo en las afueras de Belgrado, y quienes, según fuentes de inteligencia, están bajo el comando de Franki Simatovic, jefe de seguridad del gobierno del presidente Slobodan Milosevic. “Vinieron a la mañana, a eso de las 7. Nos dijeron: ‘Ustedes van a pagar’. Nos exigieron que nos parásemos en fila y luego empezaron a tirarnos con ametralladoras, morteros que habían usado contra los tanques y granadas de mano. Siguieron disparando durante media hora, y cuando terminaron había unas 80 personas muertas y 200 heridos. Los cuerpos quedaron tirados en el patio durante dos días. Luego regresaron y nosdijeron que fuéramos al salón de deportes y empezamos a abrazarnos y a decirnos “adiós”, porque creíamos que nos veíamos por última vez. Pero luego un policía serbio llegó y nos dio yodo para las heridas. Dijo que lo lamentaba pero no podía llevar a los heridos al hospital porque estaba lleno.”
Cappa Dom fue construido en la década de 1980 como una prisión modelo de Yugoslavia. Las paredes están pintadas de color crema, con piso verde de color pasto y los barrotes de las celdas de un rojo alegre. Pero ayer a la tarde, con el silencio roto por las abejas del árbol de cerezos y el balar de las ovejas que deambulaban por los bloques vacíos de la prisión, no había nada alegre en este lugar de ejecución masiva.
Traducción: Celita Doyhambéhère


HOY LLEGARAN MAS TROPAS A KOSOVO
Rusos al rescate

El País
de Madrid

Por Luis Matías López
Desde Moscú

t.gif (862 bytes) Un avión militar transportará hoy a Kosovo a un grupo de generales, oficiales y técnicos rusos. Será la segunda avanzada del contingente militar, de 3600 hombres, con el que Rusia contribuirá a la fuerza internacional de paz (KFOR). La primera, de unos 200 soldados, hace ya dos semanas que se desplegó por sorpresa en el aeropuerto de Pristina. El Consejo de la Federación (Cámara alta del Parlamento) dio ayer el visto bueno con sólo tres abstenciones.
El canciller ruso, Igor Ivanov, esgrimió un argumento muy convincente: pese a las actuales dificultades económicas, merece la pena hacer el sacrificio de invertir el dinero que costará la operación, porque “los Balcanes siempre fueron, y seguirán siendo, una región de interés estratégico y geopolítico” para Rusia. Incluso el dirigente comunista Gennady Ziugánov, muy crítico con el papel que ha desempeñado su país en esta crisis, apoyó la medida, porque, de lo contrario, “se habrían abandonado los Balcanes para siempre”.
La casi totalidad de los responsables políticos coincide en señalar que la fórmula acordada con la OTAN no es la ideal, ya que Rusia no ha logrado el control exclusivo de un sector de la provincia yugoslava, sino que sus tropas estarán repartidas en las zonas bajo mando francés, italiano y estadounidense. Sin embargo, una vez apagado el eco del diluvio de bombas sobre Yugoslavia, se impone el pragmatismo y el deseo de restaurar las relaciones con Occidente, del que Rusia depende para superar sus graves dificultades económicas.
El general Leonid Ivashov, que ha sido el contrapunto de dureza durante la negociación con la Alianza Atlántica, reiteró ayer que el contingente de su país estará bajo absoluto control militar y político de Rusia. La labor de coordinación, añadió, correrá a cargo del consejo permanente establecido entre Rusia y la OTAN. Habrá, dijo, representantes de Moscú en los cuarteles generales de las fuerzas aliadas y en cada uno sus sectores. La acción conjunta de los soldados rusos y aliados “tendrá sus límites”, precisó. “En situaciones de tipo político no tomaremos parte sin la aprobación del liderazgo del país”.
El general Ivashov indicó que el contingente ruso gozará de gran movilidad sobre el terreno, lo que, en su opinión, “brindará la oportunidad de extender la zona de responsabilidad y cambiar los límites” de la misma.


Ahora son los serbios los que no ven la hora de irse

The Guardian
de Gran Bretaña

Por Maggie O’Kane
Desde Pec

t.gif (862 bytes) El santuario de sus antiguos muros en el monasterio de San Dimitri y las promesas de protección por parte del ejército más poderoso del mundo no son suficientes para que los serbios que quedan en Pec se sientan seguros. Los harapientos y vengativos restos del UCK (Ejército de Liberación de Kosovo) van puerta a puerta advirtiendo a los serbios que se vayan y los serbios lo hacen, escoltados por fuerzas de la OTAN. Ayer, una larga fila de destartalados Golf, Mercedes y minibuses reptaban hacia los suburbios de la ciudad con otros 200 serbios que se dirigían al norte. De los 5000 serbios que una vez vivieron en Pec, quedan menos de 300. Aquellos que no tienen automóviles, se quedan detrás de las paredes del monasterio del siglo XII, fumando mientras esperan el primer ómnibus que salga.
na18fo01.jpg (13238 bytes)Muchos todavía dicen que la tragedia de los últimos tres meses fue la obra de los terroristas albanokosovares y la propaganda de los medios internacionales. “No creo en esta historia del asesinato de unos 10.000 albanokosovares. Probablemente fueron alrededor de 100 civiles. El resto fueron muertos en la guerra, y el UCK pretende que son civiles”, insiste Vera Ilic. Dice que un soldado de la UCK entró en su living hace tres días, le puso el revólver debajo del mentón y le dijo que abandonara la casa inmediatamente. Pero un creciente grupo de serbios kosovares apunta un dedo acusador al presidente Milosevic. “Hace 10 años, Milosevic era Dios aquí, y ahora sabemos que él es el culpable. No sabe cómo hablar ni cómo ser diplomático y nos destruyó a todos nosotros”, dice un comerciante serbio 45 años que se fue en el convoy de ayer a la tarde.
El obispo serbio ortodoxo en la región, Amfilohije Radovic, atacó a la fuerza de la OTAN conducida por italianos en la ciudad por no hacer lo suficiente para detener la intimidación. “Esta es una limpieza étnica con la ayuda de la OTAN”, dijo. Fue un comentario que enfureció al teniente Fabrizio Cantofanta, portavoz de la KFOR en Pec. “Esta es el área donde sucedieron las acciones más extremas de la guerra y no podemos estar en todas las casas”, dijo. “Los comandantes del UCK nos dijeron que tenían a sus hombres bajo control, pero también dijeron que no pueden controlar a cada soldado que regresa del frente y se encuentra que su padre o su mujer fueron asesinados y sale a vengarse.”
Pec, el segundo baluarte más importante del UCK, soportó el peso de los ataques serbios y los asesinatos por los paramilitares. El centro de la ciudad, un antiguo mercado con fachada del siglo XVII, no existe más y miles de refugiados albanokosovares que abandonaron la ciudad deben aún regresar. En el comedor lleno de humo del monasterio, Simo Radovic, un campesino de 58 años, muestra sus moretones. Dice que la UCK llegó a su puerta, lo golpeó y ni siquiera le dio tiempo a recoger su ropa. Hace nueve días que espera un ómnibus que lo lleve a Belgrado. “Nunca volveré acá. No hay nada para nosotros acá. Se terminó.”
El lunes, algunos serbios que habían huido en los primeros días de la ocupación del KFOR, regresaron. Según el teniente Cantofante, le pidieron a la OTAN protección, pero cuando los registraron, casi todos los 40 automóviles llevaban armas y municiones. “Había granadas de mano y toda clase de armas en casi todos las autos que registramos”, dice. “Una mujer... tenía un revólver en la cintura de su pollera.” Los italianos tienen a 16 hombres en custodia, 15 de ellos son kosovares arrestados por saquear o por tomar parte en ataques de venganza. El décimosexto es un serbio de 70 años que tiró una granada a un grupo de soldados de la UCK en la ciudad, hiriendo a dos de ellos y dejando a otros dos en condiciones críticas.
“La situación aquí es muy volátil. Tenemos 2300 tropas en el momento y en otra semana tendremos 6000”, dice el teniente Cantofanti. Pero cuandose le pregunta si en una semana más habrá algún serbio para proteger, sólo se alza de hombros. “Hacemos lo que podemos”, dice.

 

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