El caos
reina en Kosovo. Terminada la guerra aérea, el desorden amenaza con arrasar lo poco que
queda en pie en la provincia serbia. A las repetidas matanzas de serbios a manos del
separatista Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), se sumó ayer una versión del New
York Times sobre enfrentamientos internos en la guerrilla. La situación complica el
objetivo aliado de una convivencia multiétnica pacífica en Kosovo y excede
la capacidad de la fuerza internacional de paz (KFOR) para controlar el lugar. El
presidente norteamericano Bill Clinton aseguró ayer que los ataques a la población
serbia lo preocupan, y el comandante supremo de la OTAN, el general Wesley Clark, reclamó
con urgencia la creación de una fuerza de policía internacional, admitiendo
que no tiene efectivos suficientes para lograr la pacificación de Kosovo.
Integrantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)
alertaron ayer que las tensiones étnicas convirtieron a la ciudad kosovar de Kosovska
Mitrovica en una bomba a punto de explotar. Esto me preocupa
declaró Clinton ante los continuados ataques contra serbios. Hacemos lo que
podemos para acabar con la violencia. El coronel Robin Hodges aseguró ayer que
14 civiles serbios resultaron muertos el jueves en el sector británico, y
aclaró que se trata del mayor número de asesinatos desde que comenzó el despliegue del
contingente británico de la KFOR en Pristina. A pesar de haber aceptado y firmado un
acuerdo para su desmilitarización, el UCK continúa armado y sigue adelante con la
campaña de represalias contra la población civil serbia.
El comandante supremo de la OTAN, el general Wesley Clark, advirtió ayer que se necesita
con urgencia una fuerza de policía internacional en Kosovo. La OTAN está haciendo
todo lo posible para controlar la situación en el terreno. Tenemos muy en cuenta las
dificultades de un ambiente en que ha partido toda autoridad pasada (yugoslava) y donde se
deben constituir nuevas estructuras e instituciones, explicó. Pero admitió que los
soldados solos no podrán resolver los problemas de la falta de orden y ley en Kosovo.
Francia y Gran Bretaña fueron los primeros países aliados que firmaron ayer un acuerdo
para poner cerca de 6000 hombres cada uno a disposición de las operaciones de
mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, según anunció oficialmente el ministro
británico del Exterior Robin Cook. El presidente Clinton reconoció que lo primero
que hay que hacer es desplegar el conjunto de la KFOR lo más rápidamente posible para
incrementar la seguridad. Lo segundo es reconstruir Kosovo.
Pero el dato aportado por el New York Times anuncia una situación aún más difícil de
controlar para la KFOR. Según el diario, el UCK arrestó y ejecutó a varios de sus
propios dirigentes y militantes en el marco de una lucha interna por el poder. El líder
político del UCK, Hacim Taci, y dos de sus lugartenientes, Azem Syla y Xhavit Haliti,
habrían ordenado la ejecución de al menos seis combatientes guerrilleros albaneses.
Cuando la guerra comenzó, todos querían ser jefes aseguró al diario Rifat
Haxhijaj, un ex combatiente del UCK que abandonó la agrupación. Para los líderes
del UCK nunca se trató sólo de una guerra contra los serbios. Hay también una lucha por
el poder entre ellos.
El portavoz del Departamento de Estado norteamericano James Rubin aseguró no tener
información para corroborar las acusaciones de que hubo un programa de asesinatos y
ejecuciones entre los líderes del UCK. Pero fuentes diplomáticas aliadas
deslizaron la posibilidad de que los enfrentamientos internos de la guerrilla podrían
facilitar las acciones autónomas de los combatientes y complicar aún más su
desmilitarización.
No estamos satisfechos con la manera como se lleva a cabo el desarme del UCK,
advirtió el ministro ruso del Exterior, Igor Ivanov. Hay que desarmarlos inmediata
y completamente, reclamó ayer después de participar en la sesión del Consejo de
la Federación (Cámara alta del parlamento ruso) en la que se aprobó el envío de 3600
efectivos a Kosovo para que participen en la KFOR. El inminente despliegue ruso en la
provincia esotro factor que promete aumentar la tensión con el UCK. La guerrilla había
anunciado semanas atrás que las tropas rusas de la KFOR serían consideradas como
una fuerza enemiga.
Amnesty International hizo ayer un llamado a la KFOR a que defienda a los habitantes de
Kosovo de los actos de represalia y exigió que se concrete la rápida
desmilitarización del UCK para evitar que continúe el éxodo serbio. El enviado
ruso para los Balcanes, Viktor Chernomyrdin, afirmó anteayer ante el Parlamento Europeo
en Estrasburgo que lo prioritario es crear condiciones de seguridad favorables para
el regreso de todos los refugiados, incluyendo a los más de 80.000 serbios que
abandonaron Kosovo desde el inicio del repliegue de las fuerzas yugoslavas.
UN PASEO POR DOS CENTROS DE EXTERMINIO SERBIOS
Desde una cárcel empapada de sangre
Por M.O.K.
Desde la prisión de Cappa Dom, Dubrava
A juzgar por el tamaño
de los jeans que están sobre el colchón, probablemente se trataba de un hombre joven,
delgado y bajo. El suyo es uno de los ocho colchones tirados en el corredor del primer
piso del hospital de la prisión de Cappa Dom en Kosovo. Quienquiera que haya sido, no
quiso o no pudo levantar la cabeza cuando le dispararon. La sangre estaba derramada en la
almohada como una enorme mancha de tinta. A lo largo del silencioso corredor del hospital,
vagan unas ovejas, dejando sus excrementos, en un lugar al que nadie ha entrado desde que
sacaron a los muertos, dejando los colchones con un único agujero indicador de la masacre
sobre la almohada.
En el edificio de al lado, un laboratorio fotográfico, también había colchones nuevos
cubiertos de sangre. Afuera, apilados al lado de la puerta principal de la prisión,
están los efectos personales de por lo menos 80 hombres masacrados por paramilitares
serbios el 22 de mayo en la prisión de Cappa Dom, como venganza por la noche en que la
OTAN bombardeó intensamente el lugar. Barras de jabón Lux, botellas de champú Timotei,
afeitadoras Bic y cientos de cartas de esposas, amantes y niños estaban tirados en un
rincón lleno de barro. Entre las pertenencias hay una postal con dos rosas rojas. Una
mujer le escribió a su novio: Fue tan difícil dejarte anoche. Me tienen que
felicitar por el día de la Madre. Sé que me necesitas ahora, pero no te preocupes, todos
nosotros estaremos bien. Te beso, te abrazo. Amar siempre es vivir siempre.
Para su cumpleaños, el 24 de marzo, ella le mandó un paquete y enumeró sus contenidos:
pijamas, tres pares de calzoncillos, dos cartones de cigarrillos LM, papas, ketchup,
Nescafé y galletitas. Sus cartas en colores pasteles azules y rosas están en el suelo,
mojadas por la lluvia de la noche. Hay unas 20 cartas, cada una doblada en su sobre.
Contando por el número de las camas ensangrentadas, hasta 100 prisioneros fueron
asesinados aquí. Hablé con un hombre de unos 20 años, quién como prisionero en Cappa
Dom fue testigo de los hechos del 22 de mayo. Pidió no ser nombrado, porque su hermano
todavía está en cautiverio. El hombre participaba de una marcha hacia los cuarteles de
la OTAN a pedir ayuda para buscar a más de 2.500 prisioneros que todavía están
desaparecidos. Muchos pueden estar vivos en una prisión en la ciudad de Leskovac, dentro
de Serbia. Según el testigo, los aliados bombardearon la prisión durante casi toda la
noche del 21 de mayo, matando a 22 prisioneros.
El objetivo de la OTAN era un grupo paramilitar llamado Frankis, que había acampado en
bunkers afuera de la prisión. Muchos prisioneros heridos murieron durante la noche. El
testigo recordaba: No teníamos nada que darles, excepto calmantes que obtuvimos del
hospital. Sólo los prisioneros estaban adentro esa noche, los paramilitares estaban
ocultos en los bunkers de afuera. Pero al día siguiente, cuando los bombardeos cesaron,
los paramilitares vinieron a buscarnos. Eran cinco, todos enmascarados. Habían tenido
muchas pérdidas durante la noche por los bombardeos de la OTAN y estaban muy enojados.
Cuando llegaron, fue mucho peor que los bombardeos.
Entre los paramilitares estaban los Frankis, un grupo de asesinos entrenados en una base
del Ejército yugoslavo en las afueras de Belgrado, y quienes, según fuentes de
inteligencia, están bajo el comando de Franki Simatovic, jefe de seguridad del gobierno
del presidente Slobodan Milosevic. Vinieron a la mañana, a eso de las 7. Nos
dijeron: Ustedes van a pagar. Nos exigieron que nos parásemos en fila y luego
empezaron a tirarnos con ametralladoras, morteros que habían usado contra los tanques y
granadas de mano. Siguieron disparando durante media hora, y cuando terminaron había unas
80 personas muertas y 200 heridos. Los cuerpos quedaron tirados en el patio durante dos
días. Luego regresaron y nosdijeron que fuéramos al salón de deportes y empezamos a
abrazarnos y a decirnos adiós, porque creíamos que nos veíamos por última
vez. Pero luego un policía serbio llegó y nos dio yodo para las heridas. Dijo que lo
lamentaba pero no podía llevar a los heridos al hospital porque estaba lleno.
Cappa Dom fue construido en la década de 1980 como una prisión modelo de Yugoslavia. Las
paredes están pintadas de color crema, con piso verde de color pasto y los barrotes de
las celdas de un rojo alegre. Pero ayer a la tarde, con el silencio roto por las abejas
del árbol de cerezos y el balar de las ovejas que deambulaban por los bloques vacíos de
la prisión, no había nada alegre en este lugar de ejecución masiva.
Traducción: Celita Doyhambéhère
HOY LLEGARAN MAS TROPAS A KOSOVO
Rusos al rescate
El País
de Madrid
Por Luis Matías López
Desde Moscú
Un avión militar
transportará hoy a Kosovo a un grupo de generales, oficiales y técnicos rusos. Será la
segunda avanzada del contingente militar, de 3600 hombres, con el que Rusia contribuirá a
la fuerza internacional de paz (KFOR). La primera, de unos 200 soldados, hace ya dos
semanas que se desplegó por sorpresa en el aeropuerto de Pristina. El Consejo de la
Federación (Cámara alta del Parlamento) dio ayer el visto bueno con sólo tres
abstenciones.
El canciller ruso, Igor Ivanov, esgrimió un argumento muy convincente: pese a las
actuales dificultades económicas, merece la pena hacer el sacrificio de invertir el
dinero que costará la operación, porque los Balcanes siempre fueron, y seguirán
siendo, una región de interés estratégico y geopolítico para Rusia. Incluso el
dirigente comunista Gennady Ziugánov, muy crítico con el papel que ha desempeñado su
país en esta crisis, apoyó la medida, porque, de lo contrario, se habrían
abandonado los Balcanes para siempre.
La casi totalidad de los responsables políticos coincide en señalar que la fórmula
acordada con la OTAN no es la ideal, ya que Rusia no ha logrado el control exclusivo de un
sector de la provincia yugoslava, sino que sus tropas estarán repartidas en las zonas
bajo mando francés, italiano y estadounidense. Sin embargo, una vez apagado el eco del
diluvio de bombas sobre Yugoslavia, se impone el pragmatismo y el deseo de restaurar las
relaciones con Occidente, del que Rusia depende para superar sus graves dificultades
económicas.
El general Leonid Ivashov, que ha sido el contrapunto de dureza durante la negociación
con la Alianza Atlántica, reiteró ayer que el contingente de su país estará bajo
absoluto control militar y político de Rusia. La labor de coordinación, añadió,
correrá a cargo del consejo permanente establecido entre Rusia y la OTAN. Habrá, dijo,
representantes de Moscú en los cuarteles generales de las fuerzas aliadas y en cada uno
sus sectores. La acción conjunta de los soldados rusos y aliados tendrá sus
límites, precisó. En situaciones de tipo político no tomaremos parte sin la
aprobación del liderazgo del país.
El general Ivashov indicó que el contingente ruso gozará de gran movilidad sobre el
terreno, lo que, en su opinión, brindará la oportunidad de extender la zona de
responsabilidad y cambiar los límites de la misma.
Ahora son los serbios los que no ven la hora
de irse
The Guardian
de Gran Bretaña
Por Maggie OKane
Desde Pec
El santuario de sus
antiguos muros en el monasterio de San Dimitri y las promesas de protección por parte del
ejército más poderoso del mundo no son suficientes para que los serbios que quedan en
Pec se sientan seguros. Los harapientos y vengativos restos del UCK (Ejército de
Liberación de Kosovo) van puerta a puerta advirtiendo a los serbios que se vayan y los
serbios lo hacen, escoltados por fuerzas de la OTAN. Ayer, una larga fila de destartalados
Golf, Mercedes y minibuses reptaban hacia los suburbios de la ciudad con otros 200 serbios
que se dirigían al norte. De los 5000 serbios que una vez vivieron en Pec, quedan menos
de 300. Aquellos que no tienen automóviles, se quedan detrás de las paredes del
monasterio del siglo XII, fumando mientras esperan el primer ómnibus que salga.
Muchos todavía dicen que la tragedia de los últimos tres meses fue la obra
de los terroristas albanokosovares y la propaganda de los medios internacionales. No
creo en esta historia del asesinato de unos 10.000 albanokosovares. Probablemente fueron
alrededor de 100 civiles. El resto fueron muertos en la guerra, y el UCK pretende que son
civiles, insiste Vera Ilic. Dice que un soldado de la UCK entró en su living hace
tres días, le puso el revólver debajo del mentón y le dijo que abandonara la casa
inmediatamente. Pero un creciente grupo de serbios kosovares apunta un dedo acusador al
presidente Milosevic. Hace 10 años, Milosevic era Dios aquí, y ahora sabemos que
él es el culpable. No sabe cómo hablar ni cómo ser diplomático y nos destruyó a todos
nosotros, dice un comerciante serbio 45 años que se fue en el convoy de ayer a la
tarde.
El obispo serbio ortodoxo en la región, Amfilohije Radovic, atacó a la fuerza de la OTAN
conducida por italianos en la ciudad por no hacer lo suficiente para detener la
intimidación. Esta es una limpieza étnica con la ayuda de la OTAN, dijo. Fue
un comentario que enfureció al teniente Fabrizio Cantofanta, portavoz de la KFOR en Pec.
Esta es el área donde sucedieron las acciones más extremas de la guerra y no
podemos estar en todas las casas, dijo. Los comandantes del UCK nos dijeron
que tenían a sus hombres bajo control, pero también dijeron que no pueden controlar a
cada soldado que regresa del frente y se encuentra que su padre o su mujer fueron
asesinados y sale a vengarse.
Pec, el segundo baluarte más importante del UCK, soportó el peso de los ataques serbios
y los asesinatos por los paramilitares. El centro de la ciudad, un antiguo mercado con
fachada del siglo XVII, no existe más y miles de refugiados albanokosovares que
abandonaron la ciudad deben aún regresar. En el comedor lleno de humo del monasterio,
Simo Radovic, un campesino de 58 años, muestra sus moretones. Dice que la UCK llegó a su
puerta, lo golpeó y ni siquiera le dio tiempo a recoger su ropa. Hace nueve días que
espera un ómnibus que lo lleve a Belgrado. Nunca volveré acá. No hay nada para
nosotros acá. Se terminó.
El lunes, algunos serbios que habían huido en los primeros días de la ocupación del
KFOR, regresaron. Según el teniente Cantofante, le pidieron a la OTAN protección, pero
cuando los registraron, casi todos los 40 automóviles llevaban armas y municiones.
Había granadas de mano y toda clase de armas en casi todos las autos que
registramos, dice. Una mujer... tenía un revólver en la cintura de su
pollera. Los italianos tienen a 16 hombres en custodia, 15 de ellos son kosovares
arrestados por saquear o por tomar parte en ataques de venganza. El décimosexto es un
serbio de 70 años que tiró una granada a un grupo de soldados de la UCK en la ciudad,
hiriendo a dos de ellos y dejando a otros dos en condiciones críticas.
La situación aquí es muy volátil. Tenemos 2300 tropas en el momento y en otra
semana tendremos 6000, dice el teniente Cantofanti. Pero cuandose le pregunta si en
una semana más habrá algún serbio para proteger, sólo se alza de hombros.
Hacemos lo que podemos, dice.
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