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De regalito de despedida Netanyahu deja una guerra

Sin informar previamente al premier laborista electo Ehud Barak, el saliente Benjamin Netanyahu desató una ola feroz de ataques aéreos contra Líbano, que puede complicar el futuro diálogo de paz.

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El País
de Madrid

Por Ferrán Sales
Desde Jerusalén

t.gif (862 bytes)  Benjamin Netanyahu, el primer ministro israelí saliente, ordenó el jueves por la noche lanzar lo que podría constituir su última ofensiva aérea contra Líbano, causando 10 muertos y 64 heridos y destruyendo numerosas infraestructuras, entre ellas cinco puentes y dos centrales eléctricas. Las operaciones se llevaron a término como represalia por los ataques perpetrados previamente por la guerrilla islamista Hezbolah contra las poblaciones del norte de Israel, donde en pocas horas cayeron 21 misiles que provocaron dos muertos y una decena de heridos. El premier electo Ehud Barak dejó trascender su descontento con los ataques, y su vocero David Zisso sostuvo que Netanyahu no había informado previamente a Barak de su decisión de atacar.
El ataque, el peor y más devastador de los lanzados por Israel contra el Líbano en los últimos tres años, se ordenó pocas horas después de que el primer ministro israelí electo Ehud Barak y el presidente sirio Hafez Al Assad se cruzaran palabras de amistad y elogio, a través del periódico saudí Al Hayat, emplazándose a reabrir un diálogo que permita alcanzar la paz en Oriente Medio. Precisamente, Siria privilegió ayer este aspecto de la cuestión, afirmando que “los ataques israelíes contra civiles durante las últimas semanas estuvieron orientados a escalar la situación y crear una tensión peligrosa para poner al gobierno que forma Barak en una situación peligrosa y hacerlo enfrentar nuevas dificultades”, mientras que Hezbolah, que teme un fin del patronazgo sirio en caso de paz con Israel, amenazó volver a bombardear el norte israelí si seguían las acciones.
El gabinete de Seguridad de Netanyahu, reunido con carácter de urgencia el jueves por la tarde en Jerusalén tras conocerse la muerte de dos civiles en la localidad de Kiryat Shimona por misiles lanzados por la guerrilla islamista del Hezbolah, ordenó a las fuerzas aéreas efectuar cinco salidas sobre Líbano, que centraron sus represalias sobre la capital, Beirut, y sobre la región de Balbeek, al este del país, considerada como el santuario de las fuerzas fundamentalistas pro iraníes. Las operaciones aéreas israelíes fueron devastadoras, ocasionando un importante número de bajas –10 muertos y 62 heridos– y provocando asimismo importantes daños en la infraestructura al destruir dos transformadores eléctricos de la capital, así como cinco puentes, la estación de televisión Almenara del Hezbolah, una estación de enlaces telefónicos y logrando interrumpir el tráfico aéreo del aeropuerto de Beirut por varias horas y bloqueando la más importante carretera costera que comunica Beirut con Sidón, en el sur.
Barak fue informado del ataque a posteriori, cuando la decisión había sido ya tomada y los aviones habían despegado hacia sus objetivos en el Líbano. El jefe del Estado Mayor, el general Shaul Mofaz, fue el encargado de comunicar personalmente al líder laborista la orden de ataque, mientras éste se encontraba reunido en el Parlamento de Jerusalén, negociando con diversas fuerzas políticas su inclusión en el nuevo gobierno de coalición. “Hemos tomado la decisión no para poner al futuro gobierno ante un compromiso, si no porque la situación de la frontera norte –Israel– se había convertido en intolerable para nuestra población civil”, aseguró ayer el ministro de Seguridad Interior saliente, Avigdor Kahalani, el líder del partido Tercera Vía, una organización creada para defender los intereses de los colonos en los asentamientos del Golán. Justamente, la devolución del Golán a Siria es uno de los temas que Barak debe negociar, y Netanyahu está interesado en torpedear.25 de junio

 

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