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Por José Natanson Aníbal Ibarra se convirtió ayer en el candidato a jefe de gobierno porteño de la Alianza. El ex fiscal que contó con el respaldo de Carlos Chacho Alvarez y la mayor parte del Frepaso porteño obtuvo el 64 por ciento de los votos frente al socialista popular Dante Caputo, que cosechó el 36. Los organizadores estimaron el número de votantes en más de 35 mil, una cifra minúscula si se compara con la importancia del cargo en juego, pero superior a lo que muchos preveían. Más allá de los datos, lo cierto es que los principales dirigentes del Frepaso estaban conformes con la convocatoria y con el resultado. El diputado Darío Alessandro lo resumió en una frase: Estamos contentos porque al fin ganamos una interna. Como la jefatura de gobierno porteño fue uno de los lugares que le correspondió al Frepaso luego de su derrota en las internas de la Alianza, los radicales no estaban habilitados para votar. Sólo pudieron participar los afiliados al Frepaso y los independientes. Ibarra inició su campaña con el apoyo de Chacho y de cuatro de las cinco fuerzas que integran la confederación Frepaso: el Frente Grande, el Socialismo Democrático, la Democracia Cristiana y el Partido Intransigente. La victoria de Ibarra era bastante previsible. Por eso, los principales dirigentes del Frepaso porteño que se acercaron ayer por la tarde al comando de campaña no parecían demasiado preocupados por los resultados de una interna que, en realidad, ninguno de ellos había buscado, sino que fue convocada a instancias del Socialismo Popular que integra Caputo. Mientras comían sandwiches de miga y tomaban gaseosas, conversaban tranquilamente, entre otros, Norberto La Porta, Alfredo Bravo,Nilda Garré, Irma Parentella, Darío Alessandro y Abel Fatala. A las seis de la tarde apareció el legislador Eduardo Jozami, que ayer apoyó al ex fiscal pero que mantiene su decisión de pelear por un lugar en la lista de diputados nacionales en las internas del 8 de agosto. El sociólogo Artemio López, encargado de realizar las encuestas de boca de urna, comentaba que el apoyo a Ibarra fue parejo en toda la ciudad. De todas formas, algunos dirigentes frepasistas se quejaban ayer de la incidencia de algunos punteros radicales y justicialistas. En algunos lugares, como Lugano, la gente de (Carlos) Corach movió el aparato a favor de Caputo para tratar de embarrar la cancha. En otras secciones, como la 16, un puntero radical usó su influencia para movilizar a los independientes se quejaba un dirigente cercano a Ibarra. Pero el resultado no fue tan contundente como todos esperaban. El 36 por ciento que obtuvo Caputo le permitiría al Socialismo Popular, por ejemplo, obtener la minoría en cualquier interna legislativa. El PSP tiene la intendencia de Rosario y un puñado de diputados nacionales. La decisión de pelear esta interna tiene que ver con una necesidad de instalarse como fuerza con gravitación propia dentro de la Alianza explicaba ayer un operador del Frente Grande. Los dirigentes del Frepaso están convencidos de que Fernando de la Rúa debe unificar las elecciones de la Capital con las presidenciales de octubre, porque confían en el arrastre con que la fórmula nacional podría beneficiar a la porteña. De la Rúa, temeroso de que una eventual candidatura de Domingo Cavallo pueda restarle votos, todavía no tomó una decisión. La consolidación de Aníbal como candidato puede servir para que De la Rúa se convenza de que no hay riesgos si unifica las elecciones se esperanzaba ayer un dirigente cercano a Ibarra. A las siete de la tarde, cuando la tendencia ya era firme, Ibarra apareció frente a las 200 personas, entre dirigentes, militantes y periodistas que se habían acercado a festejar la victoria. Flanqueado por Graciela Fernández Meijide, el ex fiscal aseguró que estamos todos juntos, para garantizar el triunfo de la Alianza en la Capital y en todo el país.
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