Carlos Menem
condicionó su participación en la Cumbre Iberoamericana que se realizará en Cuba a que
el gobierno de Fidel Castro acceda a un proceso de apertura en la isla, pero dijo que
por ahora vamos. El Presidente aseguró que la decisión final la tomará dos
meses antes del encuentro, previsto para noviembre, y tras realizar una ronda de consultas
con otros países de la región.
Todo el mundo tiene ganas de ir, pero hay que ver si esos deseos se compadecen con
los principios que democracia, libertad y derechos humanos que hace muchos años estamos
defendiendo en América Latina y el mundo, dijo en el marco de la reunión de
mandatarios que se realiza en Río de Janeiro.
Castro con el presidente de
Brasil, Fernando Henrique Cardoso. |
Castro con el italiano DAlema.
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Menem habló ayer durante una conferencia de prensa que le sirvió para aclarar una
versión que daba por hecho la ausencia de las representaciones argentinas y chilenas en
La Habana. No es así, por ahora vamos pero si hay una decisión contraria sería en
agosto o septiembre, aseguró.
El tema había sido conversado por la mañana en un desayuno de trabajo con el mandatario
español, José María Aznar, quien le expresó su deseo de que Chile, Argentina, y otros
países como Nicaragua y El Salvador, concurran a Cuba.
El interés de España en esa cumbre es múltiple: es una nueva posibilidad de diferenciar
a Europa de los Estados Unidos y también de alentar el ingreso de más capitales a la
isla. Las empresas ibéricas son los principales inversores en la industria turística
cubana.
La buena relación entre ambos países quedó reflejada ayer en palabras del propio
Castro. Se lo debe nombrar a Aznar como el más leal colaborador de la cumbre,
dijo luego de un encuentro de casi una hora con el jefe español.
Apenas minutos después, Menem le dijo a Aznar que estudiará su
participación en La Habana. Pero ante los periodistas volvió a mostrarse duro y a
condicionar su presencia.
¿Cree que Fidel Castro accederá a sus reclamos? le preguntaron.
No, olvídese querido amigo. Fidel es un hombre muy sólido en sus convicciones.
Para él, el único país democrático de la tierra es Cuba y va a permanecer en esa
actitud siempre fue la irónica respuesta.
Menem sabe que Fidel es la estrella de las cumbre, y así lo fue en cada una de ellas
desde la primera, realizada en 1991 en Guadalajara. Por eso busca ganar protagonismo
polarizando, y se pone al frente de los reclamos para que se produzca una liberalización
en la isla. Incluso, volvió a insinuar la posibilidad de un encuentro a solas con el
líder cubano.
El deseo de Menem, puesto en palabras por el vicecanciller Andrés Cisneros, es que Fidel
Castro haga cumplir sus promesas sobre una democratización. Y en ese mismo
sentido se manifestó el canciller británico, Robin Cook, después de reunirse con su
colega cubano, Felipe Roque Pérez, durante el primer encuentro de ministros de Relaciones
Exteriores de ambos países desde el triunfo de la revolución cubana del 59.
Cook también hizo un pedido puntual sobre los cuatro disidentes cubanos sentenciados en
marzo, durante un juicio a puertas cerradas, por criticar al Partido Comunista. A este
reclamo también se sumaron Canadá y España, dos de los aliados occidentales más
cercanos al gobierno de la isla.
Castro con Jacques Chirac, el
presidente de Francia (arriba)
Castro con Ernesto Zedillo, de México (izquierda)
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Pero no todas fueron críticas para Fidel. Europa y Latinoamérica condenarán hoy en Río
de Janeiro la existencia de leyes que dañan a terceros países, en clara alusión a la
ley estadounidense Helms-Burton que sanciona a países que comercian con Cuba. Aunque por
razones diplomáticas, es probable que no se haga una mención explícita a esa ley,
según informó el coordinador del encuentro, el brasileño Luis Castro Neves.
Según un borrador que circuló ayer en Río, y que estará contemplado en la declaración
final de la primera cumbre de mandatarios del Caribe, América Latina y la Unión Europea,
se condenará los actos unilateralescon vigencia extraterritoral que son contrarios
al comercio internacional y que son contrarios a los principios del derecho
internacional.
Ese texto no fue el único regalo dulce para Fidel Castro. También recibió una clara
señal del presidente venezolano, Hugo Chávez, a la hora de evaluar el lugar que debe
ocupar Cuba en los planes de integración americanos, incluso en las discusiones para la
conformación del Area de Libre Comercio Americana (ALCA). No podemos hablar de
integrarnos dejando afuera a alguno de nuestros hermanos, dijo.
Diplomacia relámpago
Argentina y Gran Bretaña acordaron seguir negociando sobre todo lo vinculado a las Islas
Malvinas con la excepción de la soberanía. Así lo informó ayer el canciller Guido Di
Tella luego de un encuentro de apenas diez minutos entre el presidente Carlos Menem y el
ministro de Relaciones Exteriores británico, Robin Cook.
De Tella, que también participó del encuentro pedido por Cook en Río de Janeiro, habló
concretamente de un consenso favorable para avanzar en la ronda de
negociaciones. Según la versión del ministro, el canciller británico le dijo a Menem
que su viaje a Londres, en octubre pasado, ha sido un hito muy importante que
estableció un nivel de espíritu de reconciliación entre los dos países que no se
había alcanzado antes.
Esto agregó fue reforzado con la visita que hizo el príncipe Carlos y
los actos de reconciliación que realizó cuando vino a Buenos Aires.
Menem y Cook, siempre según la versión de Di Tella, hablaron de las negociaciones que
ambos países, junto a los kelpers, iniciaron en Londres, y de la próxima reunión que se
realizará el viernes en Nueva York para avanzar en temas que Di Tella calificó de
complicados. El canciller ubicó en esa lista el restablecimiento de los
vuelos entre las islas y el continente, el acceso de los ciudadanos argentinos a Malvinas
y la pesca furtiva.
Menem había hablado del tema Malvinas antes de la reunión, durante una conferencia de
prensa. Allí insistió en su deseo de conocer las islas. Si no puedo yo, al menos
que sea mi hija. Eso sería un síntoma de las buenas relaciones que mantenemos entre Gran
Bretaña y Buenos Aires. |
PEDIDO A JOSE MARIA AZNAR
Una gestión por Pinochet
Carlos Menem renovó
en Brasil sus críticas contra el proceso que el juez Baltasar Garzón lleva adelante
contra Augusto Pinochet al asegurar que el ex dictador debe ser juzgado en Chile.
Hasta que no haya una reforma del derecho internacional público, que les dé la
posibilidad a los países como España o Inglaterra de llevar a cabo las gestiones que ya
todo el mundo conoce, importa que Pinochet sea juzgado por los tribunales chilenos,
dijo.
El Presidente habló después de un encuentro con su par español, José María Aznar,
donde planteó nuevamente la necesidad de apoyar la creación de tribunales
internacionales para resolver casos de las características del de Pinochet. Es una
postura que yo sostuve hace cuatro años en la Asamblea General de Naciones Unidas. El
mundo se globaliza y se tiene que globalizar todo, no solamente la economía,
justificó.
Menem no fue el único que abordó el tema. Su par chileno, Eduardo Frei, hizo lo propio,
también tras un encuentro con Aznar. Frei impulsó el nombramiento de un arbitraje
privado para que decida sobre la extradición de Pinochet a España. El ex dictador se
encuentra detenido en Londres desde noviembre, acusado de más de cien casos de torturas y
desapariciones. Pero España salió rápidamente a fijar posición. Tras poner en duda la
propuesta chilena, al considerar que está reñida con el derecho español, el canciller
Abel Matutes dijo: El gobierno ya dejó claro su máximo respeto por la forma
ejemplar con que fue administrada la transición de Chile a la democracia y no quiere
interferir u obstaculizar ese proceso. Pero la cuestión Pinochet es, para España, una
cuestión judicial.
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