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MUESTRA DE ENRIQUE SALVATIERRA EN EL CENTRO BORGES
Tradicional y contemporáneo

Un artista que evoca la cultura ancestral santamariana a partir de los estudios  de su padre, antropólogo y arqueólogo.

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“Cóndor huasi”, de Enrique Salvatierra.
Un tapiz realizado en 1994, de 170 x 145 cm.


Por Luis Felipe Noé *
t.gif (862 bytes)  Lejos del mundanal ruido, de informaciones, modas, de planteos críticos sobre la identidad o el “deber ser” del arte argentino, Enrique Salvatierra (Tucumán, 1948), desde su terruño y refugio catamarqueño de Santa María -.cuna de una de las culturas precolombinas más interesantes dentro del espacio geográfico actualmente llamado Argentina– formula a través de su obra, de la manera más natural, o sea exenta de actitudes, las respuestas ético-estéticas apropiadas a lo que, para otros alojados en centros urbanos, constituye un mar de conjeturas e interrogaciones sobre lo que un artista en nuestra tierra debe o no hacer.
Precursora de una corriente defendida por algunos críticos en búsqueda de un arte auténticamente americano, basado en nuestras raíces, la obra de Salvatierra señala por presencia lo más fuerte y propio que respalda la verdad de esa posición. Pero también por ausencia de toda voluntad de dictar cátedra sobre lo que debe hacerse, Salvatierra pone de manifiesto, también sin buscarlo, por mero contraste, la exterioridad y la falta de un fundamento genuino de los que por cálculo hacen un embanderamiento de lo que para él es tan natural como el aire que se respira y la tierra sobre la que se camina.
Yo, hijo de lo urbano, sin haber vivido nada más que en grandes ciudades, con un planteo estético que en consecuencia me parece necesario realizar, el de la “asunción del caos”, tengo sin embargo por la obra de Enrique Salvatierra la más profunda admiración. Esta aparente contradicción debe explicarse por mi enorme respeto por la autenticidad, entendiendo por tal la asunción de su contexto que realizan algunos artistas, como es este caso.
Con la delicadeza –¿y por qué no decir la palabra “señorío”?– que lo caracteriza como persona, la obra de Salvatierra manifiesta una verdad concreta y figurativa (no debe entenderse por figuración siempre representación ni viceversa).
Ella refleja la contemporaneidad de una tradición ancestral con la que Enrique se consustanció desde su infancia por razones familiares ya que su padre, antropólogo y arqueólogo, realizó estudios fundamentales sobre la mencionada cultura.
Es el suyo un arte de profundo refinamiento, lleno de sutilezas y alusiones. Lo que muestra a través de todos los medios que utiliza: pintura, tapiz, cerámica, escultura, aunque en clave distinta según el procedimiento. Medio, forma y contenido constituyen en la obra de Salvatierra una misma cosa. Por lo tanto, los planteos varían según la técnica utilizada, pero el común denominador es la presencia de una visión profundamente auténtica. La visión de Enrique Salvatierra: un artista que merece un reconocimiento mucho más grande que el que tiene, aunque esta falta se explique por un aislamiento voluntario. La causa profunda de éste debe encontrarse, creo, en la unidad originaria que explica entre cosas aquella a la que me referí, entre medio, forma y contenido de su obra. Y esta unidad originaria es la del hombre Salvatierra con su lugar. Su apellido pareciera absolutamente apropiado. Salvatierra, en todo caso, simplemente es un gran artista. (En el Centro Borges, Viamonte y San Martín, hasta el 12 de julio).

*La muestra de Salvatierra –la primera del artista en Buenos Aires– inaugura el espacio “Ojo al país”, destinado a exhibir buenos artistas del interior, auspiciado por el Fondo de las Artes y la Fundación Antorchas en el Centro Borges. Noé, motor del proyecto, es cocurador del espacio, junto con las instituciones auspiciantes.

PINTURAS DE IGNACIO DE LUCCA
Complejas raíces de un misionero

Por Fabián Lebenglik
T.gif (862 bytes) ”En el corazón de un árbol, en el hueco de una raíz, o en la axila de una rama, un nuevo rizoma puede formarse”, se cita en el catálogo de la muestra del pintor misionero Ignacio De Lucca (1960). La cita pertenece al célebre libro Rizoma (1976) de Deleuze y Guatari.
La muestra remite ex profeso al texto que serviría, en este caso, como una guía de museo, para develar las investigaciones plásticas del pintor alrededor de cierta idea de estructura y de percepción pictórica.
Aquel libro sostenía que el modo de reflexión clásico siempre estuvo regido por una lógica binaria —de estructura arborescente, derivativa, que consiste en un centro que se bifurca— y que, por lo tanto, era incapaz de pensar la multiplicidad. Detrás de esa estructura arborescente hay una obvia jerarquización, un paradigma dual, en el que siempre se privilegia alguno de los dos componentes, en detrimento del otro, como en el caso de “alma y (versus) cuerpo”.
El rizoma, al revés que el árbol, se ramifica en todos los sentidos y puede tomar caminos inesperados. El rizoma evoca un modo libre y radicalizado de pensar e implica una maquinaria mental de múltiples líneas de acción, de abordaje y de fuga. Los cuadros de Ignacio De Lucca aparecen, en un primer vistazo, como telas claras que tienden a la invisibilidad, pero al acercarse el espectador comienza a ver las tramas, casi las grillas, que atraviesa la imagen. Esas tramas no se corresponden necesariamente con raíces, sino que también es posible asociarlas a redes óseas, líneas fosilizadas, minerales, etc. Texturas, pinturas, dibujos, objetos y escenas escondidos entre esas tramas de materiales e imágenes, proponen en conjunto una pintura en la que la percepción no debe tanto regirse centralmente por las coordenadas del espacio, sino más bien por las del tiempo. En este sentido cada pintura de De Lucca requiere de un transcurso, de una adaptación a la luz, de una toma de distancia y de un tiempo real frente a las obras. Es posible encontrar un tiempo dentro del tiempo, un mirar dentro del ver. Contra los tres segundos que los visitantes de galerías, museos y centros culturales suelen darle a cada obra para esta diga lo que sabe o calle para siempre, las telas de este artista piden más invitan a desentrañar los restos de relatos perdidos que se ocultan detrás de las selvas de ficción. (Centro Borges, hasta el 15 de julio.)

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“Rama” (1997), una de las obras Ignacio
De Lucca.
Raíces, rizomas y restos de relatos perdidos.

INAUGURAN EN LA SEMANA

ron2.gif (93 bytes) Oscar Serra, pinturas y esculturas, hoy, en Filo, San Martín 975.
ron2.gif (93 bytes) Leo Batistelli y otros, mañana, en el Centro Rojas, Corrientes 2038.
ron2.gif (93 bytes) Mariano Sapia, pinturas, hoy, en Praxis, Arenales 1311.
ron2.gif (93 bytes) Proyecto Riachuelo, multimedia, el 1º, en Roberto Martín, Defensa 1344.
ron2.gif (93 bytes) Mercedes Vilela, pinturas, el jueves 1º, en el Centro Borges.
ron2.gif (93 bytes) Ana Binello, pinturas y objetos, el 2, en Pabellón IV, Uriarte 1332.
ron2.gif (93 bytes) Jorge Macario, grabados y pinturas, el 2, en el CCGSM, Corrientes 1551.

Hoy es San Spilimbergo
Hoy a las 19, en el Centro Recoleta (Junín 1930), se inaugura una retrospectiva de 100 pinturas y monocopias de Lino Enea Spilimbergo, organizada por el Fondo Nacional de las Artes (FNA) y la Fundación Spilimbergo. Se presenta el libro sobre Spilimbergo, editado por el FNA.

A preparar los pinceles
La Fundación Fortabat convoca a los pintores argentinos sin límites de edad para participar del Premio de Pintura 1999. Las obras no podrán exceder los 2 m de base. Los interesados deberán inscribirse previamente y entregar 5 fotos color, tamaño postal, de las obras a concursar, con referencias al dorso; más un currículum de 15 líneas. La inscripción y entrega se realizará en Avenida de Mayo 1212, 1º piso (1085), los días de semana de 10 a 16, salvo los miércoles, de 9 a 13. El cierre es el 30 de julio. El 1º premio será de $ 30.000 (adquisición) y la mención, de $ 5000. El jurado estará integrado por Benedit, Buccellato, García Uriburu, Glusberg, Paz y Whitelow. La exposición se inaugurará el 3 de noviembre en el Museo Nacional de Bellas Artes.

Sobre el arte cubano
La curadora de la Bienal de La Habana, Margarita Sánchez, que está desde hace 15 días en la Argentina seleccionando artistas para la gran muestra cubana, dará una conferencia sobre arte de su país, hoy, a las 17, en el Centro Recoleta.

 

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