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AL REVES DE MENEM, SCHRöDER TENDIO UN VALIOSO SALVAVIDAS A CUBA
“Fidel no encabeza un régimen dictatorial”

El jefe del gobierno alemán clausuró la cumbre de Río de Janeiro contrariando la posición argentino-estadounidense sobre La Habana. Así, Schröder reforzó el desafío europeo a Washington en la región.

Argumento: “Locomotora de la Unión Europa junto con Francia, Alemania encontró un tema para subrayar sus diferencias con los Estados Unidos”.

Fidel Castro firma la Carta de Río, que incluye una crítica a la ley Helms-Burton de los EE.UU.

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Por Martín Granovsky

t.gif (862 bytes) Mientras Carlos Menem decide si viaja o no a La Habana en noviembre, Gerhard Schröder ya resolvió su intríngulis ante Cuba. El jefe del gobierno alemán regaló a Fidel Castro el apoyo más contundente que el presidente cubano podía esperar de un país central: dijo en Río de Janeiro que “Cuba no es un régimen dictatorial”.
Como sucede en todas las cumbres de las que participa, Castro fue en Brasil la clave del amor, el odio y aun la simple curiosidad de los presidentes y primeros ministros menos experimentados, que querían conocer de cerca al más veterano de los suyos. Sin embargo, es imposible tomar las declaraciones de Schröder como un simple gesto de cholulismo internacional:
ron2.gif (93 bytes)  El canciller (primer ministro) alemán evitó definir a Cuba como una dictadura. La describió como “un régimen de partido único”.
ron2.gif (93 bytes)  Al hablar de Cuba, dijo que naturalmente “es parte del proceso” de diálogo estratégico entre América latina y Europa. Es decir, incluyó a Cuba en el mundo, con lo cual no hizo más que cumplir con uno de los sueños de Fidel, preocupado siempre por completar sus relaciones económicas con un buen nivel de conexiones políticas que eviten el aislamiento de la isla.
ron2.gif (93 bytes)  Declaró tener esperanzas en “una democratización paulatina” de Cuba, o sea que evitó la presión abierta sobre Castro.
ron2.gif (93 bytes)  Opinó que los mecanismos de diálogo y cooperación internacional normalmente estimulan la apertura en lo que definió, sin nombrar a Cuba, en “Estados autoritarios”. Solo volvió a poner nombre y apellido cuando llamó a “no aislar a Cuba, sino incorporarla a ese diálogo”.
Para Castro, las afirmaciones de Schröder tienen todavía más valor que la crítica a la ley Helms-Burton (por la que Washington pena a países que comercien con Cuba) incluida en la Carta de Río aprobada ayer.
El canciller alemán habló en una conferencia de prensa realizada poco después de que Castro criticó a la OTAN por los bombardeos sobre la antigua Yugoslavia. Aunque el Reino Unido es el aliado militar decisivo de los Estados Unidos, Alemania es miembro activo de la alianza atlántica. Antes, cuando no enviaba tropas fuera de su territorio, era importante porque en su territorio estaban los silos que albergaban los misiles destinados a perforar la Unión Soviética. Ahora, Alemania acaba de comprometer por primera vez a sus Fuerzas Armadas en una operación externa como las bombas de castigo contra Slobodan Milosevic.
¿Qué motivo pudo tener Schröder para participar de la guerra de Kosovo junto a los Estados Unidos y al mismo tiempo arrojarle un salvavidas a Fidel Castro?
Convendría descartar una razón ideológica. Al contrario de su antecesor socialdemócrata más ilustre, Willy Brandt, Schröder no se define personalmente como un marxista. El canciller alemán es, en cambio, el entusiasta más fervoroso de la Tercera Vía que impulsa su colega británico Tony Blair como alternativa a la izquierda estatalista y la derecha neoliberal. Más aún: acaba de producir en Alemania un ajuste que hasta recortó el gasto social, que en su país, pese a los 16 años conservadores del democristiano Helmut Kohl, era sagrado como núcleo del Estado de bienestar que surgió de la posguerra.
Los países europeos tienen negocios en Cuba, y Cuba es uno de los destinos turísticos predilectos de viajeros que sueñan con sexo seguro, playas tibias y la curiosa mezcla de Chevrolets y consignas de 1957. Schröder pudo haber incluido este dato cuando habló de Cuba.
El jefe alemán está en capacidad de añadir una razón propia. Como político proveniente de la desaparecida República Federal Alemana, sabe que la internacionalización económica, la CNN y los McDonald’s hicieron más por derrumbar el muro de Berlín que cualquier presión abierta. Y además: ¿por qué privarse de una táctica doble de amistad-coacción que yausó, por ejemplo, nada menos que el Papa Juan Pablo II en la Polonia comunista de Jaruzelski y en la misma Cuba?
Pero Río tuvo, además, una rareza. A Estados Unidos no le correspondía participar, y no lo hizo. Para Alemania, locomotora de la Unión Europea junto con Francia, era una buena oportunidad de diferenciarse de Estados Unidos y castigarlo. Un símbolo que refuerza el desafío a Washington surgido de la cumbre de Río: Europa le disputará el mercado y la relación política con América latina.

 


 

AVANZA LA APROXIMACION AL MERCOSUR
Chile mucho más cerca

t.gif (862 bytes) En el marco de la recesión económica más profunda de los últimos años y de un nivel de desocupación record del ocho por ciento, Chile le pone sus fichas al Mercosur. Juan Gabriel Valdés, flamante canciller, declaró ayer que Chile “desea negociar a la brevedad posible” su integración plena.
Durante la próxima cumbre de presidentes entre Carlos Menem y Eduardo Frei podría anunciarse el libre ingreso de ciudadanos de ambos países, el primer paso para acordar una unión aduanera al estilo de la que la Argentina posee con Brasil, Uruguay y Paraguay. Según declaró el ministro de Relaciones Exteriores chileno, su país planteará además un acuerdo sobre los sectores de servicios, inversiones y automotor. La incorporación definitiva de Chile al Mercosur implica una adecuación de aranceles.
Entre otros puntos, a la Argentina le interesa afianzar la integración con Chile para ganar una puerta de salida de sus productos hacia el Pacífico, donde va la tercera parte de las exportaciones chilenas.
En los tiempos de bonanza económica, el gobierno chileno demoró el acuerdo con el Mercosur porque a la vez negociaba con los Estados Unidos para sumarse al NAFTA (Canadá-México-EE.UU.). Sin embargo, las dificultades de Bill Clinton para extender el acuerdo a Chile impulsan el giro.

 


 

En Europa los subsidios al campo sí se consiguen

Al cierre del encuentro del Mercosur y Europa, Menem dijo que la ayuda europea a sus productores frena la integración. Explicaciones.

Menem con Ernesto Zedillo y Fernando Henrique Cardoso.
Para el Presidente, los subsidios
son “anacrónicos”.

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Por Claudio Zlotnik

t.gif (862 bytes) En su discurso de cierre de la cumbre que juntó a presidentes y ministros del Mercosur y la Unión Europea, Carlos Menem se encargó de dejar bien en claro su opinión sobre qué cosa puede asegurar o tumbar la integración comercial entre ambos bloques. “Los subsidios de Europa a los productos agrícolas ponen en grave riesgo esta gran apuesta histórica de integración”, dijo.
Precisamente, finalizada la cumbre de Río de Janeiro, el tema de los subsidios aparece como el gran escollo a superar para que la unión comercial quede sellada. No fue casualidad que Menem eligiera poner sobre el tapete los fomentos que Europa distribuye entre sus productores para dar por cerrado el encuentro que unió a 45 jefes de Estado.
Según estimó el propio Presidente, América latina dejó de percibir 215.000 millones de dólares entre 1970 y 1997 a consecuencia de la pérdida de mercados por culpa de los subsidios europeos que buscan compensar al campo luego de la tremenda baja mundial del precio de los productos primarios. No informó en cambio cuánto dinero pudo haber perdido la Argentina.
Las ayudas, según Menem, “están fundadas en una visión anacrónica de la agricultura y de la política comercial. Con estos instrumentos proteccionistas –enseñó– se deforma este sector clave para la economía de mi país y del Mercosur. No debemos ocultarlo; existe entre nosotros un desacuerdo serio que pone en grave riesgo la integración”.
El año pasado, la Unión Europea otorgó subsidios agrícolas por un total de 48 mil millones de dólares, una cifra equivalente a la mitad de su presupuesto. Si bien se había notado un descenso en los planes de fomento estatales desde mediados de la década, fue en 1998 cuando se apreció un marcado incremento de la ayuda europea a sus productores. En los hechos, este aumento se tradujo en que, el año pasado, los ruralistas recibieron ayuda por el 45 por ciento de sus ingresos totales, siete puntos porcentuales por encima de lo recibido en el ‘97.
La carne bovina es el producto que mayor asistencia estatal recibe en Europa: en promedio, por cada 100 dólares que produce, cada ganadero cuenta con un subsidio de 62. En el ranking le siguen los tamberos: reciben 57 dólares por cada 100 que elaboran; y los cosechadores de trigo, con una relación de 56 por cada 100. “El tema de los subsidios tiene un camino larguísimo por delante”, dijo Jorge Campbell, secretario de Relaciones Internacionales de la Cancillería. “Es el más complicado y el que más nos afecta. Si alguien tenía la expectativa de que íbamos a solucionarlo en esta cumbre es porque estaba mirando otro canal”, apuntó.
En todo caso, la megacumbre que finalizó ayer debe entenderse más como un acercamiento de voluntades que de logros concretados. Tomando en cuenta que hasta horas antes de su realización el encuentro corría peligro de no poder cristalizarse, el documento final rubricado por el Mercosur y la Unión Europea aparece como un aporte más a un futuro complejo pero con agenda negociadora ya concertada:
ron2.gif (93 bytes)  Dentro de cinco meses los cancilleres de ambos bloques empezarán a plantear los diferendos paraarancelarios.
ron2.gif (93 bytes)  En el 2001 está previsto que a las negociaciones se integren los temas más ríspidos: aranceles y subsidios.
ron2.gif (93 bytes)  De acuerdo a lo pactado, la zona de libre comercio comenzará a regir a partir del 2005, una vez que terminen las negociaciones de la Ronda del Milenio de la Organización Mundial del Comercio, en donde los países de todo el mundo fijarán las nuevas reglas de juego comerciales.
Por ahora, los países europeos que mayores resistencias plantearon a la integración fueron Francia e Irlanda, debido a que son quienes reciben los aportes más importantes para destinar a los ruralistas. En cambio Italia y España, con fuertes inversiones en América Latina, se mostraron más abiertos a los acuerdos. En todo caso, el eventual levantamiento de los subsidios en Europa dará pie a todo un desafío para la Argentina. Algo de esto expresó el ex ministro de Desarrollo alemán Christoph Zöpel el último sábado a Página/12: “Si Europa llevara a cabo lo que le piden, la Argentina no sería muy beneficiada porque hay decenas de países que piden lo mismo. Y Europa no puede consumir tantos productos agrícolas como le quieren vender”.


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