Página/12 en Colombia
Por Carlos Noriega Desde Bogotá “Somos realistas y
sabemos que en el Perú hay insatisfacción por nuestro gobierno (1985-90) y por eso no
postularemos a la presidencia”, confiesa el ex presidente peruano Alan García desde
su exilio en Bogotá, ciudad en la que hace unos días se reunió con la cúpula de su
partido –la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA)– para diseñar la
estrategia de su retorno al Perú como candidato al Congreso. Por ahora García es un reo
contumaz sobre quien pesa orden de captura por cargos de corrupción durante se gestión
presidencial. En esta entrevista con Página/12, García asegura que su partido apoyará a
cualquiera candidato con opción de derrotar al actual mandatario peruano Alberto Fujimori
y traza un paralelo entre Fujimori y el presidente argentino Carlos Menem.
–¿A qué conclusiones ha llegado luego de esta reunión en Bogotá de la cúpula del
APRA, la primera que usted tiene con los dirigentes de su partido en estos siete años de
exilio?
–Pasados siete años hay una comprobación en el Perú: tanto la ola neoliberal como
el gobierno dictatorial están en franco proceso de declinación y completamente
desacreditados por el desastre económico de desempleo y recesión al que han llevado al
país. Entonces, el APRA, que es un partido popular y de justicia social, comienza
inercialmente a llenar un espacio. En ese momento el partido propone, realistamente, que
Alan García encabece la lista parlamentaria para ocupar un espacio en el Parlamento que
permita crear un contrapeso, una división de poderes respecto de quien sea elegido
presidente en el año 2000.
–¿Cree que una candidatura presidencial suya, luego de una gestión presidencial muy
cuestionada, tendría, en estos momentos, alguna opción de éxito?
–Nosotros reconocemos que el principal error del gobierno aprista, error de buena
voluntad, error de izquierda, fue la hiperinflación. Quisimos hacer muchas obras, mejorar
los salarios y, a la vez, dar crédito al campesinado, lo que generó un problema de
inestabilidad monetaria. Nosotros somos realistas. Comprendemos que exista una
insatisfacción del pueblo con el gobierno aprista, por lo tanto no vamos a pedir el
gobierno, eso sería poco realista y poco sensato. Vamos a buscar nuestro sitio en el
Parlamento para compensar el poder y para ayudar a controlarlo. Durante 10 años hemos
sufrido una ola mundial publicitaria económica y política, que ha venido a nuestros
países en algunos casos con dictadura, como en el Perú, en otros con autoritarismo por
decretos presidenciales...
–¿Se está refiriendo al presidente Menem con esta última afirmación?
–Bueno, al que le caiga el guante que se lo chante. Esta ola neoliberal ha venido con
reelecciones para mantener el modelo desesperadamente. Este modelo que ahora muestra sus
deficiencias con desempleo, inestabilidad en las balanzas comerciales, retroceso per
cápita, crecimiento de la deuda externa a pesar de que se han pagado grandes cantidades
por deuda abre, con su fracaso, las posibilidades a un nuevo relanzamiento, actualizado y
modernizado de los planteamientos sociales y socialistas.
—Siete años ausente sin poder jugar deben ser una gran frustración para usted...
–Bueno, el general Perón estuvo 17 años fuera y yo sólo llevo siete.
–En el Perú se habla mucho de un pacto secreto entre usted y el gobierno de Fujimori
para facilitar su participación en el próximo proceso electoral, algo que según muchos
analistas favorecerá la candidatura de Fujimori. Especulaciones que cobraron fuerza desde
que usted reapareció enla escena peruana desde un canal cuyo propietario (Baruch Ivcher,
dueño del Canal 2) fue despojado de éste para ponerlo bajo control del gobierno, ¿qué
puede decir sobre esto?
–Todos los canales están manejados por el gobierno. Entonces ¿en cuál canal
podría haber aparecido? Todos conocen las conversaciones del dueño de otro canal (el
Canal 4) con el jefe del servicio de inteligencia...
–¿Descarta cualquier posibilidad de pacto con el fujimorismo?
–Naturalmente, porque nosotros no sólo condenamos la dictadura, sino también el
modelo económico. Lo que ocurre es que parte de la oposición, que es una oposición
jurídica y no social, no quiere que ingrese a la escena un partido que representa la
oposición económica y social.
–¿No ha habido ningún contacto entre dirigentes apristas y representantes del
gobierno peruano para hablar de su posible retorno al Perú?
–Usted me está entrevistando en Bogotá como asilado político. El día que me
entreviste en mi casa en Lima podría decir que hubo un arreglo para que me dejen entrar.
El partido aprista no negocia ni mi presencia dentro del país, ni mi candidatura, porque
nosotros no negociamos los derechos por un plato de lentejas.
–¿Tiene previsto retornar al Perú, donde sigue teniendo orden de captura?
–Cuando sea conveniente para el partido estaré ahí.
–¿Cuándo podría ser eso?
–Vuelvo a repetir que el general Perón esperó pacientemente 17 años, yo sólo
llevo siete. Es cuestión de esperar pacientemente.
–¿Su presencia en el escenario político peruano podría favorecer la voluntad
reeleccionista del gobierno de Fujimori al resucitar el fantasma de la hiperinflación?
–Evidentemente el fujimorismo hará todo lo necesario por recordar los aspectos
negativos de mi gobierno, pero yo me he enfrentado al país diciéndole que la
hiperinflación es un gravísimo error que jamás volveríamos a cometer, además de que
fue un fenómeno continental en esa época. Había hiperinflación de miles por ciento en
Argentina, Brasil, Venezuela. Pero también le he recordado al país que en esa época el
campesinado tuvo créditos, había mayor producción agraria, más empleo, los salarios
según las cifras oficiales valían más que el doble que ahora. Tienen alguna razón los
que dicen que Fujimori hará todo lo necesario por recordar la hiperinflación, pero yo
haré todo lo necesario para recordar el hiperdesempleo y la hiperdestrucción de la
industria que hay ahora.
–¿Ante la voluntad del Fujimori de perpetuarse en el poder, cree que existe la
posibilidad de que en el Perú ocurra un nuevo autogolpe para mantener al actual gobierno
o que explote una insurgencia civil ante un posible fraude electoral?
–Ellos tienen muchas culpas que pagar. No sólo en términos políticos por la
destrucción del estado de derecho; hay muchas muertes, muchas violaciones a los derechos
humanos. Hay muchas protestas larvadas que van a explotar el día que esta gente deje de
tener el poder. El día que Fujimori, Montesinos y toda esta gente deje de tener el poder
perderá la fuerza política que ahora tiene y ese día habrá un enjuiciamiento nacional
inevitable. Por eso su desesperación es alargar ese plazo y eso les hace perder de vista
todo escrúpulo. No es impensable que esta gente que destruyó la institucionalidad evite
su reconstrucción. La propia reelección es un fraude. Estamos frente a un golpe y un
fraude permanente, que eso se pueda complementar con una manipulación de las cifras puede
ocurrir.
–Usted ha criticado mucho a la oposición actual a Fujimori y la ha llamado
cortesana, pero su partido forma parte de esa oposición. ¿Cómo juzga la conducta de su
partido? ¿Cree que la oposición, incluido supartido, debió, por ejemplo, haberse
retirado en un momento del Congreso ante los atropellos a la legalidad que denunció
muchas veces para no avalar, con su presencia, un Congreso cuya legitimidad ha
cuestionado?
–Creo que como estrategia todos los grupos pudieron en un momento separarse de este
escenario para no servir de comparsas y para no legalizarlo. Pero eso también podría
preguntárselo al señor (Javier) Pérez de Cuéllar que ante la evidencia del
cargamontón fujimorista debió separarse de la candidatura presidencial para no
santificar a Fujimori. De manera que creo que ha habido una mezcla entre oposición y
compartir el escenario sabiendo que no es realmente democrático. Pero cada persona es
dueña de sus miedos.
–¿Esa permanencia ha sido un error?
–Personalmente creo que sí y creo que eso no debería repetirse.
–Cree que Fujimori y Menem son algo así como hermanos políticos a quienes los une
la misma voluntad reeleccionista y el mismo apego por el neoliberalismo?
–Yo no lo digo, pero me parece que el presidente Fujimori ha tenido muchas cercanías
con el presidente Menem. Son los procesos internacionales que trascienden los países. En
el Perú hay una voluntad reeleccionista, que también la había en Argentina, pero en
Argentina no hay dictadura, no hay (Vladimiro) Montesinos (asesor de Fujimori y jefe de
facto de los servicios de inteligencia), no hay un pequeño grupo militar aliado al sector
financiero que quiere mantener el poder. La tendencia del modelo es a la reelección. No
son las personas, es el modelo que les impone continuar. A pesar de esa tendencia, Menem
ha debido obedecer la realidad. En el Perú no, porque hay un pequeño grupo que manipula
lo fundamental de los medios de comunicación y está dispuesto a perpetuarse por la
fuerza cualquiera sea el resultado de su acción.
|