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CONDENARON A MUERTE AL LIDER KURDO ABDULLAH OCALAN
Y los turcos no tuvieron piedad

Pese a las intimaciones en contra de la Unión Europea, que dijo que la medida bloqueaba la entrada de Turquía a sus filas, una corte turca sentenció a muerte al jefe del separatismo kurdo, aunque aún debe decidirse si el veredicto se aplicará o no.

Un lloroso exiliado kurdo en Europa sostiene ayer un poster con el rostro de su héroe.
Ocalán volvió a hablar ayer de paz y de reconciliación, pero sus jueces no se conmovieron.

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The Guardian de Gran Bretaña
Por Chris Morris Desde Mudanya

t.gif (862 bytes) Una corte turca sentenció ayer a muerte al líder rebelde kurdo Abdullah Ocalan por alta traición, en una decisión que ignoró los pedidos de indulgencia y puso al gobierno de Ankara contra Europa. La corte, reunida en una prisión en una isla fuertemente custodiada, sentenció a Ocalan a la horca, diciendo que su liderazgo de una rebelión de 15 años del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) había producido la muerte de “bebés, niños, mujeres y ancianos”. “Asesinó a miles de inocentes –le dijo el juez Turgut Okyay a la corte–. Sus actividades constituyen un serio, inmediato y gran peligro para el Estado.” Ocalan mismo demostró poca emoción cuando se leyó la sentencia. Oyó impasible la declaración del juez desde el interior de un cubículo de vidrio a prueba de balas. Luego saludó con la mano a la corte antes de ser retirado del lugar.
En Turquía se impusieron medidas de seguridad extra para resguardarse de posibles reacciones violentas. Pero no hubo una repetición de la ola de manifestaciones violentas que ocurrieron en toda Europa después que Ocalan fuera capturado en febrero. Mientras Alemania, que alberga a una gran comunidad kurda, también entró en estado de alerta de seguridad, tanto la Unión Europea como el Consejo de Europa exhortaron a Ankara para que conmutara la pena. La sentencia podría llevar a un boicot de la cumbre de la Organización por la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), de la que Turquía será la sede en noviembre. El juez dijo que no había ninguna posibilidad de que la corte de seguridad del Estado conmutara una sentencia de muerte, pero el caso de Ocalan va ahora directamente a la corte de apelación. Luego le tocará al Parlamento turco decidir si la ejecución se lleva a cabo o no.
El veredicto en este juicio emocionalmente cargado fue dado después de sólo nueve sesiones de la corte. Ocalan, usando un saco cruzado marrón y una camisa abierta al cuello, habló brevemente al comienzo de la audiencia de ayer. “No acepto los cargos de traición –dijo con tranquilidad–. Creo que el futuro de este país debería ser la paz, no la guerra.” El líder rebelde reiteró su pedido de reconciliación durante todo el juicio: paz y hermandad entre turcos y kurdos. Como muchos de sus compatriotas turcos, el panel de tres jueces no se dejó impresionar. Les tomó menos de media hora llegar a una decisión, que fue recibida en la corte por un coro en que los familiares de los soldados caídos en la lucha contra el PKK entonaron el himno nacional turco. “Espero que este veredicto sea auspicioso para nuestro pueblo”, dijo en Ankara el primer ministro turco, Bulent Ecevit. Su gobierno debe enfrentar ahora el debate político sobre si ejecutar o no la sentencia.
Los siete comandantes jefes del PKK dijeron en una declaración ayer que el pueblo kurdo “advertirá al mundo que esta peligrosa decisión podría envolver en llamas no sólo a Turquía y a Kurdistan, sino a toda la región”. Mizgin Sen, una vocero del PKK, advirtió en Londres que “la decisión de Turquía llevará a una intensificación de la guerra”. Mientras muchos turcos salieron a las calles a festejar, los seguidores de Ocalan fueron rápidos para condenar el veredicto. El ala política del PKK dijo que el Estado había malgastado una importante oportunidad para lograr una solución democrática, y sostuvo en una declaración: “Con este veredicto Turquía ignoró el llamado kurdo de una resolución pacífica de la guerra y un fin al derramamiento de sangre”.
Pero por ahora las protestas kurdas probablemente sean limitadas. La mayoría de la gente está esperando a ver si la ejecución se lleva a cabo o no. Hubo protestas en pequeña escala ayer, de exiliados kurdos en varias ciudades europeas, incluyendo una frente a la embajada de los Estados Unidos en Londres. Los abogados de Ocalan dijeron que llevarán el caso a la Corte Europea de Derechos Humanos. Creen que hay varios motivos paraapelar contra la conducción del juicio. Amnesty International ya pidió un nuevo juicio, argumentando que los procedimientos de la corte violaron la ley nacional turca y las normas legales internacionales. Sin embargo, las autoridades de Ankara advirtieron que no tolerarán ninguna
injerencia externa en sus sistema judicial.
Ocalan trató de atraer tanta atención internacional hacia su caso como le fue posible. Aunque por un lado no discutió los detalles de los cargos en su contra, intentó llegar a un acuerdo, sugiriendo que solo él podría poner fin a la rebelión kurda. Su argumento fue rechazado firmemente por los jueces, pero el debate sobre su destino recién comienza.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

 


 

EE.UU. SE ABSTUVO DE OPINAR, E ISRAEL REFORZO SU SEGURIDAD
Cuando Europa pone el grito en el cielo

Por Ian Traynor Desde Berlín

t.gif (862 bytes) Cientos de kurdos manifestaron ayer en las principales capitales europeas en protesta por la sentencia de muerte que Turquía dictó al líder de la guerrilla Abdullah Ocalan, mientras la Unión Europea advirtió que su ejecución podría ser un serio revés para la ambición del gobierno de Ankara de unirse a ella. Las protestas, desde Moscú hasta Londres, fueron pacíficas, en contraste con los disturbios de febrero, cuando Ocalan fue tomado por la fuerza y arrestado en Nairobi por un escuadrón turco de secuestro. Pero las organizaciones y los activistas políticos de la guerrilla kurda amenazaron con recrudecer su insurgencia de 14 años, declarando que una mayor violencia es ahora inevitable.
El proscripto Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) de Ocalan respondió a la detención y la sentencia por los cargos de alta traición y asesinato contra su líder acusando a Turquía de haber perdido su oportunidad para lograr la paz y el diálogo. “Este veredicto significa que Ankara será ahora incapaz de perseguir el camino de la paz, la democratización y el desarrollo económico”, declaró desde Génova el vocero del PKK, Mehmet Balci. En Colonia, un centro principal de la diaspórica red del PKK, el liderazgo de la guerrilla hizo un llamamiento a todos los kurdos a protestar contra el veredicto, que continúa con “el exterminio y el rechazo al pueblo kurdo”. En Viena, el Frente de Liberación Nacional del Kurdistán –el ala política del PKK– dijo que el veredicto significa que puede haber una escalada del conflicto y dejó en claro que el movimiento está examinando sus próximos pasos.
Los gobiernos occidentales fueron unánimes en condenar la sentencia de muerte y mostrarse alarmados, especialmente Alemania, dado el potencial de violencia que implica en el seno de sus países. En uno de los últimos actos de Alemania como presidente de la Unión Europea, el Ministerio del Exterior presentó una declaración en nombre de la Unión al sostener que “la presidencia expresa su esperanza de que Turquía no ejecute la sentencia de muerte contra Abdullah Ocalan. A la luz de la declarada intención de Turquía de querer ser miembro de la Unión Europea, debería ser claro que la no aplicación de la pena de muerte es uno de los valores comunes de la Unión Europea”. Sólo EE.UU. se abstuvo de opinar sobre la sentencia, pero calificó a Ocalan de terrorista y afirmó que el juicio había sido justo. Israel, por su parte, puso en estado de alerta sus embajadas en Alemania, Gran Bretaña, Suiza, Francia e Italia, donde viven grandes comunidades kurdas que acusan al Estado judío de haber ayudado a la captura de su líder.
En el encuentro de la Unión Europea en Colonia a principios de este mes, el canciller alemán Gerhard Schroeder, revirtiendo años de hostilidad alemana hacia las ambiciones de Ankara, intentó que Turquía fuese admitida en la lista de países aspirantes a ser miembros de la unión. Pero no lo logró, por la resistencia de Grecia y por las reservas de algunos miembros sobre los antecedentes de Ankara en materia de derechos humanos.
El veredicto también planteó una situación incómoda para Occidente en la etapa posterior a la campaña de bombardeos de la OTAN contra los serbios. Turquía es el miembro clave de la OTAN en los Balcanes y fue un fuerte sostén de la campaña aérea, pero los activistas occidentales contrarios a la guerra han señalado insistentemente la inconsistencia de la OTAN al librar una guerra “humanitaria” para salvar los derechos humanos en Kosovo, mientras no levanta un dedo para castigar las políticas represivas de Ankara contra los kurdos.
Alemania montó operaciones de seguridad para cortar de raíz toda protesta violenta como las que hicieron erupción en febrero, cuando cuatro kurdos fueron asesinados frente al consulado de Israel en Berlín. Las demostraciones pacíficas se desarrollaron en media docena de ciudades de Alemania, que alberga tres millones de turcos y 500.000 kurdos, incluyendo 50.000 simpatizantes del PKK y 11.000 miembros activos.

Traducción: F. G.

 

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