Por Laura Vales En la determinación de todo
crimen los jueces buscan el cuerpo del delito. En el caso Trovato, el cuerpo del delito es
un placard. Ayer, el carpintero que lo construyó, Noel Tejera Rodríguez, comenzó a
cerrar el círculo sobre el ex magistrado y sus dos compañeros de desventuras. En la sala
de audiencias del tribunal oral número once, Tejera Rodríguez ratificó que el vestidor
en cuestión fue encargado y pagado en su totalidad por la empresa Almagro
Construcciones. Y dejó en claro que Francisco Trovato no pudo desconocer que esa firma
corrió con los gastos de la obra.
El carpintero fue el primer testigo de la segunda jornada del juicio seguido por cohecho
agravado contra Trovato, Antonio Visciglia ex vicepresidente de Almagro
Construcciones y el abogado José María Orgeira. Poco después de las diez y media
de la mañana, ante un auditorio repleto de cronistas, abogados curiosos y parientes de
los acusados, Tejera Rodríguez comenzó a hilvanar, paso por paso, la historia de la
construcción del vestidor. En realidad, como se encargó de puntualizar más tarde el
arquitecto que diseñó el trabajo, no se trató de un mueble sino de once distintos,
distribuidos en diversas dependencias del departamento de Quintana 59.
¿Conoce a Francisco Trovato? le preguntó el fiscal Eduardo Marazzi. Tejera
Rodríguez miró en dirección al ex juez. Vestido con un sobrio traje gris, Trovato
apenas levantó la vista de sus apuntes.
Físicamente no lo conozco explicó. Sólo una vez hablé con él por
teléfono, cuando me llamó a mi taller para preguntarme por qué no terminaba de hacer el
placard.
El carpintero aclaró que no había sido contratado por Trovato sino por Antonio
Visciglia, quien por entonces era vicepresidente de Almagro Construcciones. En la sede de
esa firma, relató, el ejecutivo le dio la dirección del departamento de Trovato para que
tomara medidas y le encomendó que confeccionara el presupuesto correspondiente. Fueron en
total 19 mil dólares, pagados en cuotas. El fiscal quiso saber entonces quién las había
abonado.
Me pagaron en Almagro.
¿Todas las cuotas?
La totalidad; no me deben nada. Cobraba en la caja de la empresa.
Desde su asiento, el juez acusado no mostró un solo signo de nerviosismo. Trovato había
sido trasladado al edificio de Lavalle 1171 más temprano que en la audiencia anterior,
para evitarle repetir el mal trago de atravesar la multitud de cámaras montando guardia
en la entrada. Durante todo el testimonio del carpintero fue preparando, en carillas
sueltas, las preguntas que más tarde le formularía personalmente. Tejera Rodríguez no
dejó espacios para la duda:
El doctor nunca me hizo saber que tuviera dinero para mí aseveró cuando le
preguntaron sobre el punto.
Noel Tejera Rodríguez tiene 46 años y es uruguayo, pero vive en Buenos Aires desde 1974.
Se vinculó a Almagro Construcciones a través de Horacio Ferrer, un arquitecto que
trabaja para el grupo y es accionista de cuatro de sus sociedades. Por eso conocía
también a Antonio Visciglia, a quien aseguró que mantuvo informado de los avances de la
tarea encomendada. Cuando el placard estaba a medio terminar, explicó Tejera Rodríguez,
Almagro Construcciones dejó de pagarle, por lo que el carpintero dejó el vestidor sin
terminar. Entonces fue cuando recibió el único llamado de Trovato, quien quería saber
qué era lo que estaba sucediendo. En esa conversación, según se desprende del
testimonio del carpintero, el ex juez fue informado de que a la constructora se le había
terminado la generosidad. Yo me encargo del tema, le habría dicho Trovato al
recibir la noticia.
El lunes pasado, durante la primera audiencia, Antonio Visciglia aseguró fue el dueño de
la firma, Urbano González, quien ordenó la suspensión delos pagos, y que ante esta
situación el propio Trovato se presentó en sus oficinas visiblemente irritado. Voy
a hacer mierda a Urbano González, recordó Visciglia haber escuchado de boca de
Trovato. Las afirmaciones del ex directivo fueron realizadas durante una indagatoria, en
la que como acusado no está obligado a decir la verdad.
El encargado de destrabar el conflicto que dejó los muebles a medio terminar fue José
María Orgeira, quien entregó al carpintero dos mil dólares. El abogado no está
procesado por haber ofrecido el placard a Trovato, sino por haber cooperado con Visciglia
en el tema del placard al suministrar ese dinero. Al formular su acusación, el fiscal de
instrucción Juan Manuel Sansone consideró que el aporte de Orgeira fue
indispensable para que Tejera continuara la obra, y por lo tanto para que se
consumara el delito.
Orgeira había representado a Almagro Construcciones en la causa penal que se sospecha
como origen de la presunta coima. En el expediente en cuestión, a cargo de Trovato, se
investigó la muerte de Lourdes Manzanares, una nena de cinco años que cayó por el hueco
de un ascensor en uno de los edificios levantados por Almagro Construcciones. La misión
de Orgeira ante el juzgado de Trovato consistió en conseguir que se levantara la clausura
del ascensor donde ocurrió la tragedia.
En su descargo, el abogado sostiene que entregó de su bolsillo los dos mil pesos al
carpintero luego de acordar con Trovato que se los devolvería al día siguiente. Pero
ayer las palabras de Tejera Rodríguez también pusieron en duda este argumento, al
sostener que había ido al estudio del abogado para cobrar los dos mil pesos
por expresa indicación del vicepresidente de Almagro Construcciones.
El tribunal oral, integrado por Enrique Posse, Floreal de Laurentis y Enrique Alvarez
Aldana llamó después a declarar a cuatro empleados de la edificadora.
Yo estaba encargado de adquirir los insumos para la empresa, pero nunca me enteré
de la compra de la madera para el placard. Ese fue un tema del que me enteré mucho
después, cuando allanaron la empresa sostuvo Abraham Marchevsky.
Amanda Lucía Gómez, tesorera de Almagro Construcciones, confirmó que había pagado,
con dinero de la caja al carpintero. Y Horacio Ferrer, el arquitecto que
diseñó los muebles, dijo a su turno que fue el vicepresidente Visciglia quien
autorizó el primer desembolso con el que se compraron los materiales para el vestidor.
Ferrer es, también, dueño de la carpintería donde se armó el placard.
En realidad no fue uno sino once muebles se explayó el arquitecto sin previo
aviso.
Trovato lo observó con el mentón levemente erguido. Los camaristas invitaron con su
silencio a que Ferrer completara el panorama:
También se hizo una biblioteca continuó el testigo, con su base y sus
estantes, por ejemplo... y otros trabajos en distintas dependencias, como los dormitorios
o las habitaciones de servicio.
¿Notó en esos meses que Visciglia estuviera perturbado o preocupado por algo?
le preguntaron después, en alusión a los dichos del directivo, que asegura que
Trovato lo atemorizaba y lo presionó para conseguir su placard.
Ferrer se tomó su tiempo para pensar su respuesta. Después, volvió a mirar a los
camaristas y sólo dijo: Visciglia sólo me comentó que el doctor fue a su oficina
para tomar un café. Y que Trovato lavó las tacitas varias veces.
Textuales
Vi a la señora de Trovato dos veces. La primera vez, me recibió cuando tuve
que tomar las medidas para los muebles. Después pasó para ver cómo había quedado todo
(...) En realidad, yo siempre informé sobre cómo iba el trabajo a Antonio
Visciglia. Noel Tejera, el carpintero.
El
presupuesto fue de 19 mil pesos. Almagro Construcciones me pagó 10 mil y suspendió las
entregas. Yo tuve que parar la obra, y entonces recibí la única llamada del señor
Trovato que quería saber qué pasaba. Después de eso, Visciglia me avisó que fuera a
cobrar el dinero al estudio del doctor Orgeira (...) Trovato nunca me hizo saber que
tuviera el resto del dinero (...) La empresa terminó de pagar la totalidad del
presupuesto. Noel Tejera.
Me
encargué de hacer los bocetos con el diseño de los muebles. No cobré nada por el
trabajo; tengo relación de dependencia con Almagro Construcciones, que todos los meses me
paga un sueldo. Horacio Ferrer, arquitecto de Almagro Construcciones.
Fueron once muebles en total, en distintas dependencias del departamento.
Además del vestidor había una biblioteca y los interiores de placard de las habitaciones
de servicio. Horacio Ferrer. |
Que conste en actas Francisco Trovato esperó con paciencia que todos los abogados defensores
terminaran de interrogar al carpintero Noel Tejera. Después, levantando la mano derecha,
consultó al presidente del tribunal, Enrique Pose, si podía formular unas preguntas.
Cuando obtuvo el sí, con voz firme y tono afable comenzó:
Señor Tejera, cuando usted fue al departamento de Quintana a tomar las medidas para
el mueble del que estamos hablando, ¿estaba habitada la casa?
No contestó el carpintero
¿En qué condiciones estaba?
En terminación... no tenía pisos ni puertas.
¿Cómo definiría la situación del departamento, en qué porcentaje le parece que
estaba terminado?
Yo diría que en un ochenta por ciento.
¿Los baños, por ejemplo, estaban habilitados?
Discúlpeme se impacientó Tejera, yo no ando mirando si faltan o no
faltan cosas... además, para ir al baño bajaba a un bar.
Claro, porque el de mi departamento no tenía sanitarios concluyó Trovato. Y
pidió al tribunal: Que conste en actas.
Su intención fue apuntalar sus declaraciones del lunes pasado, en las que explicó al
tribunal que como la casa estaba sin pisos, sin puertas y sin sanitarios, el
tema del placard era para él una cuestión menor a la que no presté mayor
atención. El ex juez asegura que, en realidad, la encargada de combinar los
trabajos con el carpintero fue su mujer Graciela Desimone. En este aspecto, las palabras
de Tejera tampoco lo desmintieron. En cambio, sí puso en blanco sobre negro que alguien
ordenó desarmar el vestidor poco antes de que la Justicia ingresara a la vivienda de la
calle Quintana. Dejé el trabajo terminado y estaba todo funcionando dijo el
carpintero cuando le mostraron las fotos tomadas durante el allanamiento; pero por
lo que veo ahora, el placard, efectivamente, fue desarmado. |
Página/12, un diario amigo Página/12 es un diario amigo, sólo piensa en destruirme, dijo
Francisco Trovato en agosto de 1996 después de tres notas de investigación de Horacio
Verbitsky que pusieron al descubierto los secretos del juez. El 21 de julio de 1996
Página/12 publicó en exclusiva una nota en la que se daba cuenta de la reciente mudanza
del magistrado. Trovato había dejado un departamento de 80 metros cuadrados para mudarse
a otro, sobre la avenida Quintana, con una superficie de 350 metros, con cochera para dos
autos y una moto, hidromasaje de dos plazas y baulera del tamaño de un departamento de un
ambiente. Su costo: 700 mil dólares. El 6 de octubre este diario publicó los facsímiles
de los certificados de depósitos bancarios del juez que demostraban el rápido incremento
de sus ahorros a partir del momento en que citó a declarar a Guillermo Coppola en la
causa por el asesinato de Poli Armentano, se negó a citar a otros dos
invitados a la cena que junto a Coppola, compartió Armentano la noche de su muerte: el
jefe de la custodia presidencial, Guillermo Armentano, y el secretario presidencial,
Ramón Hernández. El 18 de agosto de 1996 este diario publicó en su tapa una foto en la
que se veía al juez, sin saco, la corbata floja, bailando en una disco con la vedette
Silvia Süller. Me encantan los hombres como él: con pancita, peladito, entrado en
años... ¡Con plata! ¡Con poder!, declaró en esa oportunidad Süller. En total,
Página/12 le dedicó siete tapas a Trovato cuando se descubrieron los secretos del juez,
en 1996. |
Opinan Grondonda y Leuco |
Caricatura
Alfredo Leuco (periodista)
Creo que el ex juez Francisco Trovato es la caricatura más indignante del saldo que
deja en la justicia argentina el menemato en la retirada. Sus anécdotas, presuntamente
divertidas, se transforman en tragicómicas si pensamos que ese señor decidió sobre la
vida, los bienes y la libertad de muchos argentinos. El caso más patético y cruel es el
de la chiquita que murió en el hueco del ascensor y que generó todo este juicio. Trovato
tiene profundas debilidades intelectuales, lo cual torna incomprensible cómo llegó a
juez. Pero sí se torna comprensible la manera en que hizo todo lo que hizo. Además se
sintió protegido por la nube de impunidad general que instaló institucionalmente este
gobierno. |
Un
perejil
Mariano Grondona (periodista)
Mi sensación es que Francisco Trovato es casi un perejil, porque en este tema del
juicio en el que él está involucrado estamos hablando sólo de un placard. Los perejiles
van presos por estas cosas pero quizás los grandes actos de corrupción de la Justicia
quedan impunes. El problema originario fue que en este país se eligieron jueces a granel,
muchos por amiguismo y pocos con la rigurosidad que es necesaria para designar a alguien
en un cargo de tanta trascendencia. Haber nombrado jueces por ser amigos en lugar de
jueces en serio es peligroso, porque esta clase de amigos se transforman rápidamente en
enemigos, cambian, nunca ofrecen garantías, giran como veletas. |
Charlie & Charly, una gran cumbre en
Olivos
Menem invitó a Charly García a
Olivos. El rockero, con banda, acudió anteanoche. Cantaron y se contaron chistes.
Fue como mirar TV, dijo Charly.
Carlos y Charly, juntos y felices, en la
Quinta de Olivos, donde el rockero tocó anteayer.
El presidente Menem luce orgulloso el brazalete de Say no more, última
creación de García. |
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Por Nora Veiras
Todo fue muy informal.
Entró al Polideportivo de Olivos enredado en sus piernas. Me llamó él en persona.
Así nomás... fuimos con la banda, cuenta Charly García. Llegaron, cenaron y
montaron un show para divertirse junto al presidente Carlos Menem y Zulemita. Fue
todo muy campechano, muy cool, dice el rockero después de un tardío amanecer.
Charly parece haber olvidado los tiempos en que decía yo no puedo pronunciar Menem,
digo Nemen... y a veces Never. En todos los recitales digo que no voten a Nemen, lo veo
como el enemigo. Relajado, contento porque se divirtió, el autor de
Demasiado ego, en diálogo con Página/12 asegura que no dio para hablar de
política.
¿De qué hablaron?
Fue como ir a mirar televisión. El estaba lo más pancho. Lo que hablamos fue
siempre como sobreentendidos, chistes... Hablar de otra cosa era como ir a una fiesta y
como el tipo es médico aprovechar para decirle me duele el hígado. Si me
hubiera preguntado, por ahí, se daba. El se comportó como un fan. Tenía todo.
Charly repartió brazaletes de Say no more y filmó con su video casera a Menem
bailoteando al ritmo de su música. Con Zulemita, todo bien, muy simpática. Estaba
con sus amigos, cuenta ajeno al entorno.
Usted es un símbolo...
Dos potencias se saludan, por decirte una frase hecha.
Yo iba a que usted es un símbolo y Hebe de Bonafini, su amiga, también es un
símbolo de antimenemismo. ¿Cómo explica entonces este show?
Qué sé yo... A Hebe le puede gustar Charly y no otro grupo. A mí, qué sé yo, de
Hebe soy amigo, a Olivos fui como invitado. Hebe entiende todo. No problem.
¿Es decir que Hebe es amiga y Menem no?
Lo vi dos veces en mi vida, no me gusta subirme a caballito.
Pasados diez años de aquella campaña en la que Charly enloquecía a los radicales y
confesaba que soy consciente del peso de mis palabras y por eso digo todo el tiempo
que voy a votar a Angeloz, para que me imiten, el músico se escabulle en sus
típicos divagues y elude una respuesta cuando se le pregunta:
Si hubiese tenido oportunidad de hablar de política, ¿qué le hubiese dicho?
Su frase fue que vamos a ir juntos al 2003. Say no more es el partido que viene,
quedamos en hablarlo.
¿Es decir que la fórmula sería Charly-Charly?
Sí, eso se comentaba en Olivos.
No me cargue...
En serio.
Si Eduardo Duhalde o Fernando De La Rúa lo invitan, ¿iría?
No creo que Carlitos deje la Residencia de Olivos. El, en realidad, no quiere ser
Presidente, el tema es que no quiere irse de Olivos. Arregló todo, me dijo que antes
había cucarachas. Qué sé yo, que los otros hagan otra casa... que Duhalde haga una en
el sur.
¿Iría si lo invitan?
No sé. Olivos conozco, otros lados todavía no.
Cuando se encontraron en la producción de la foto de la tapa de Gente para los personajes
del año, Menem se acercó a Charly para decirle que había estado escuchando sus
canciones. Quedaron en encontrarse pero recién hace tres semanas le pusieron fecha a la
cita. Miguel, el hijo de Charly, se enfermó, y el músico avisó a último momento que
tendrían que esperar para disfrutar del show. La visita se concretó anteanoche cuando el
presidente acababa de regresar de la cumbre de Río de Janeiro.
En los estertores de diez años de menemismo, Alberto Kohan es el encargado de organizar
la diversión del Presidente. En los últimos dos meses invitó a Olivos a los mellizos de
Boca Juniors, Guillermo y GustavoBarrios Schelotto, al rugbier Agustín Pichot y a
distintos tangueros. En todos los casos, la consigna es no incomodar al anfitrión con
devaneos políticos.
Charly García cumplió con su rol y recibió de regalo una caja de vinos Menem. Todo fue
como de entrecasa. No estaban las cámaras para que el Presi luciera el traje
amarillo con el que deslumbró en su momento a los Rolling Stones. El músico se llevó la
filmación y anoche esperaba el álbum de fotos que le prometieron en Olivos. Menem se
quedó con las ganas de escucharlo entonar uno de sus clásicos de Confesiones de
Invierno, Cuando ya me empiece a quedar solo: Un escenario vacío y un
millón de voces que me gritan/ y un millón de manos que me aplauden/ y el fantasma tuyo,
sobre todo cuando yo me empiece a quedar solo.
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