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El PJ apuró la convertibilidad
fiscal ante la presión de la city

Diputados aprobó anoche el proyecto oficial con el voto en contra de la Alianza. Impone límites al déficit y el equilibrio en el 2003.

Tras un duro debate, la cámara baja votó el cinturón fiscal.
Diputados desconoce el proyecto De la Sota votado en el Senado.

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t.gif (862 bytes)  La Cámara de Diputados aprobó anoche en general –con los dos tercios de los presentes– el proyecto de ley de convertibilidad fiscal, que impone topes al gasto público como proporción del PBI. Apurados por las presiones del mercado financiero, que amenazaba con un retiro en masa de capitales si no se establecían límites al gasto del futuro gobierno, los legisladores oficialistas cerraron filas para emitir un mensaje tranquilizador. El proyecto que se votaba anoche apunta a llegar al año 2003 con un déficit cero, con reducciones sucesivas que empiezan a partir de este mismo año.
El proyecto –que pasó a tratamiento en particular por artículo al cierre de esta edición– establece un techo del 1,7 por ciento del PBI como déficit fiscal para el año corriente, que debería reducirse al 1,3 por ciento el año próximo y al 0,6 por ciento en el 2001. El proyecto presentado en minoría por la Alianza era levemente más flexible, fijando un tope de 1,5 por ciento para el 2000 y reducciones escalonadas en los siguientes, hasta llegar al equilibrio en el 2004.
Alberto Pierri, presidente de la Cámara, precisó al inicio de la sesión que “Diputados se arroga ser cámara iniciadora porque, por ley, le corresponde legislar en materia fiscal”. Salió así al cruce de probables presiones del Senado, que anteriormente aprobó un proyecto presentado por José Manuel de la Sota. El proyecto aprobado por Diputados deberá pasar ahora por la Cámara alta antes de ser convertido en ley.
El miembro informante de la bancada justicialista, Jorge Remes Lenicov (principal referente económico del duhaldismo), señaló que “con este proyecto se pretende llegar al 2003 con déficit cero” y agregó que “queremos ponerle tope a la deuda para no dejarles a nuestros hijos esa pesada carga”. También se refirió a la creación del fondo anticrisis dentro del mismo proyecto, “para cuando se produzcan crisis internacionales o una disminución de la economía que hagan peligrar el mantenimiento del gasto social”.
Remes apuntó que “lo que pretende la ley es autoobligarnos, como Estado, a mantener niveles de productividad y eficiencia, y esperamos que las provincias aprueben normas similares teniendo en cuenta que entre ellas y las municipalidades se llevan el 50 por ciento del gasto público”.
Por su parte, el diputado de la Alianza encargado de fijar la posición del bloque, José Gabriel Dumón, adelantó el voto negativo de su bancada y retrucó a Remes Lenicov que los inversores extranjeros “no realizarán una inversión mayor por esta ley”. “El justicialismo se acordó diez años tarde en traer al Parlamento este proyecto mal llamado de convertibilidad fiscal porque, en realidad, es de emergencia fiscal, y en tanto el gobierno ha realizado un gasto cholulo y tilingo a través de sus funcionarios”. Dumón sostuvo que desde el oficialismo “se pretende atar las manos” a un eventual futuro gobierno de la Alianza.
Oscar Lamberto, titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, cuestionó en cambio a la oposición por no acompañar la ley y señaló que la iniciativa “tiene un gran valor político” para mostrar que, “pase lo que pase”, con el cambio de gobierno se mantendrá la estabilidad.
El oficialismo aceptó anular del texto original del proyecto la eliminación de todos los organismos del Estado descentralizados y autárquicos que no lograran autofinanciarse en un 90 por ciento de sus gastos corrientes. De esta manera, mantienen su situación organismos tales como la Comisión Nacional de Energía Atómica, Instituto Malbrán, Teatro Nacional Cervantes y Cenareso, entre otros.

 


 

El Senado avalo el IVA del 21 % para las prepagas
La Corte Suprema será el árbitro

t.gif (862 bytes) En virtud de un acuerdo con Economía, los senadores decidieron ayer no insistir con la propuesta parlamentaria de aplicar un IVA diferenciado a la medicina prepaga. Con esta determinación, la Cámara alta reforzó anoche el criterio del Poder Ejecutivo que pretende imponer a las prestadoras de este servicio una tasa del 21 por ciento, al tiempo que tomó un camino contrario al de Diputados. A la vez, los legisladores decidieron rechazar los otros vetos que ese poder impuso a varios artículos de la Reforma Tributaria.
La decisión fue adoptada por la mañana, durante una reunión que mantuvo un grupo de senadores justicialistas con el ministro de Economía, y se tradujo en la votación de anoche, cuando los senadores trataron aquellos vetos. Roque Fernández insistió ante ellos que gravar a las prepagas con un IVA del 10,5 por ciento significaba para el Estado perder una millonaria recaudación, algo que los problemas fiscales no le permiten resignar.
Ahora, la controversia por el IVA a las prepagas se dirimirá en el ámbito de la Justicia. En estos momentos, el fisco no recauda ni el 10,5 ni el 21 por ciento a las prepagas. Medidas cautelares dictadas por varios jueces suspendieron la aplicación del gravamen. En Economía confían, después de que el Senado apoyara su posición en ese tema, que la Corte Suprema dictamine en ese conflicto, confiando que la mayoría automática del menemismo votará según los deseos del Ejecutivo.
Las entidades patronales que agrupan medios gráficos (Adita, por ejemplo) se ocuparon ayer de defender sus intereses con visitas a los legisladores en el propio Palacio del Congreso. Rindió sus frutos. Los senadores rechazaron el veto al artículo que beneficia a la publicidad gráfica con una alícuota del 10,5 por ciento. También decidieron mantener exentos de este tributo a las radios de baja potencia, coincidiendo en estas dos decisiones con el criterio de los diputados.

 


 

NEGOCIAN EL PLAN BRADY PARA PYMES
Para abrir más la puerta

t.gif (862 bytes) Los industriales, los banqueros y el Central seguirán analizando mañana la posibilidad de introducir modificaciones al plan de refinanciamiento de pasivos de empresas morosas. “Va a haber pocos cambios”, confió un funcionario a este diario. Ayer, los empresarios le insistieron a Pedro Pou con la necesidad de eliminar el tope de 200 mil pesos de deuda previstos para que una compañía pueda sumarse al plan. Y le reclamaron la recalificación automática de las empresas que se integren al sistema.
“Con los bancos ya hay acuerdo y contamos con el apoyo del Gobierno para flexibilizar la normativa del Central”, comentó a Página/12 Osvaldo Rial, titular de la UIA. Los equipos técnicos de las partes analizan la manera de conjugar la relación entre activos y pasivos de las empresas para así formular un nuevo tope, en vez de fijar uno de manera arbitraria. Por su parte, Ana Kessler, de la Secretaría Pyme, adelantó que el BC planea, además, alivianar el proceso de recalificación de las grandes empresas que están en mora con los bancos. “Con esto se cierra el círculo para ayudar a reactivar la economía: habrá planes para las más grandes y para las pymes”, completó Kessler.

 

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