Por Carlos Rodríguez Si lo que pinta madura,
al problema lo tenemos solucionado. En diálogo con Página/12, el ministro de Salud
bonaerense, Juan José Mussi, confirmó que el conflicto entre el intendente de San
Miguel, Aldo Rico, y los médicos del Hospital Larcade está a punto de una
solución satisfactoria para todos. Mussi precisó que ya existe un acta de
compromiso entre las partes que expresa como puntos centrales que el hospital
no se privatiza ni se arancela y que se dejan sin efecto los traslados y las
sanciones contra más de cien profesionales, dispuestos en su momento por Rico. El
arreglo fue condicionado por la Asociación de Profesionales del Larcade al inmediato
retiro de los miembros de una gerenciadora, integrada por funcionarios del
vecino partido de Malvinas Argentinas, quienes eran los padres del proyecto de
privatización del Larcade.
Voceros de los médicos confirmaron el avance en las negociaciones con Rico para
solucionar el conflicto en el Larcade, pero evitaron ser tan optimistas como el ministro
Mussi. La salida al enfrentamiento, que alcanzó picos de gran virulencia, podría
lograrse por la fuerte apuesta que hizo el gobernador Eduardo Duhalde para calmar los
ánimos. Cuando la disputa comenzaba a relacionar la política de salud de Rico con la de
la provincia, el gobernador mandó parar el escándalo, por demás inconveniente en un
año electoral tan importante.
Rico se resiste a sacar del medio a la gerenciadora, sostuvieron fuentes del
gremio médico durante la marcha de protesta que se realizó ayer, en la Capital Federal,
frente a la sede de la Casa de la Provincia de Buenos Aires, en Callao 232. Sin embargo,
trascendió que el intendente ya dejó de oponerse al paso atrás de la
gerenciadora, pero lo que busca es una salida discreta, donde parezca al
menos desde la superficie que no hubo ni vencedores ni vencidos.
Mussi, quien atendió a este diario haciendo un alto a las actividades que cumplía en el
partido de Berazategui, aseguró que está abierta la discusión, entre Rico y los
médicos, respecto de la provincialización del Larcade, que ahora depende de la
intendencia de San Miguel. Mussi aclaró que la provincia está fuera de esa discusión y
que hay tiempo para buscar acuerdos ya que este año tendría que definirse el
proyecto de provincialización, que recién podría aplicarse a partir del año
próximo. Anticipó que, de prosperar la iniciativa, serán consultados
(Carlos) Ruckauf y (Graciela) Fernández Meijide, candidatos a la gobernación de
Buenos Aires por el justicialismo y por la Alianza.
El lunes, con la excusa de seguir conversando sobre una solución en el Larcade, Rico puso
frente a frente a los médicos con los integrantes de la gerenciadora nacida
en el partido de Malvinas, donde maneja la política de salud. Los profesionales del
Larcade se fueron dando un portazo. Desde ese momento, para evitar una ruptura definitiva,
Duhalde acrecentó su labor de persuasión sobre Rico y las partes volvieron a acercarse,
sacando del medio a los gerenciadores.
Ayer, durante la marcha frente a la Casa de la Provincia, el titular de la Asociación
Médica de la República Argentina, Vicente Federico, reconoció que está abierta
una expectativa de esperanza para que se revierta la situación del Larcade.
Federico admitió que el conflicto se destrabará si se va el personal del partido
de Malvinas que cumple funciones en el Larcade. El paso que resta dar es importante
para Rico, porque tendría que pedir la renuncia del nuevo director del Larcade, Carlos
Rubinstein, ex titular de la Asociación de Profesionales de Malvinas.
Aunque a principios de año Rubinstein llamó a Rico golpista y traidor
de la patria, ahora ambos son amigos. Rubinstein es la cara visible, en San Miguel,
del secretario de Salud de Malvinas, Hugo Schwab, quien admitió que su gente estaba
asesorando a Rico en materia de políticas de salud. Como se dijo en una nota
publicada por este diario el martespasado, el hospital público de Malvinas está
totalmente arancelado, una idea a la que se oponen los médicos del Larcade. Ayer, en la
marcha, la principal pancarta decía: No al modelo de salud de (Jesús)
Cariglino, en referencia al intendente de Malvinas Argentinas.
El problema fue el modo El conflicto en el Larcade ganó la tapa de los diarios el 15 de junio,
cuando el intendente Aldo Rico, en su mejor estilo Semana Santa 1987, copó el hospital,
secundado por su patota de amigos y simpatizantes. Desde el gobierno provincial, el
ministro Juan José Mussi condenó el modo prepotente, pero aseguró que no
había ninguna privatización en marcha.
El gobernador Eduardo Duhalde, en cambio, optó por la política de los tres monos sabios:
dijo que no vio, que no escuchó y por lo tanto tampoco habló. El jueves 17, en una
escandalosa sesión del Concejo Deliberante de San Miguel, Rico aprobó la
emergencia en el Larcade y empezó a sancionar a los médicos. Desde ese día,
aunque siguió sin hablar en público, Duhalde comenzó su lenta labor para evitar que la
sangre lo salpicara. |
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