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EMPRESARIOS LIDERES PIENSAN QUE LA RECESION VA PARA LARGO
Frío en la economía hasta el 2000

Una encuesta de IDEA revela que la mayoría de los ejecutivos de las compañías más importantes del país considera que la recesión durará entrado el nuevo siglo. Roque Fernández, en cambio, sigue tirando buenas ondas en el Gabinete nacional, asegurando que del parate se sale a fin de año.

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El 63 por ciento de los empresarios opina que dentro de seis meses la economía estará peor o igual que ahora.Para los ejecutivos, la recesión es por razones externas, potenciadas por la falta de competitividad de la economía.


t.gif (862 bytes)  La mitad de los ejecutivos de las principales empresas del país opinan que la reactivación de la economía no comenzará hasta el año que viene. Pero ni siquiera ese presunto repunte a partir del 2000 infunde muchas esperanzas respecto del futuro: el 63 por ciento supone que se comenzará el siglo igual o peor de como se está en la actualidad. Los datos surgen de la última encuesta periódica que realizaron el Instituto Para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) y de la consultora D’Alessio/Luis Harris sobre 128 ejecutivos. La mayoría de los entrevistados sostiene que para salvar la situación el Estado debe gastar menos y mejor, priorizando las áreas sociales. Muy pocos ven la dolarización o la revisión de las privatizaciones como un buen camino para superar las angustias económicas.
Las actuales expectativas contrastan enormemente con las que animaban a los encuestados hace dos años, cuando el país estaba en el auge pos tequila. En abril de 1997, por ejemplo, el 72 por ciento de los consultados afirmaba que la situación del país era mejor a la de seis meses atrás. Ahora, la relación se revirtió: el 69 por ciento prevé que la situación empeoró, y el 63 por ciento supone que en el futuro inmediato será igual o peor.
“La recesión habría llegado a su punto de inflexión”, interpreta
D’Alessio en su parte de prensa. Esta lectura del relevamiento se funda en el hecho de que el 37 por ciento de los ejecutivos espera que la reactivación comience de inmediato, en el segundo semestre de este año. Sin embargo, el 51 por ciento opina que no habrá mejora en la economía hasta la mitad o fines del próximo.
Para el grueso de los empresarios la actual recesión se explica básicamente por razones externas, aunque potenciadas por la falta de competitividad de la economía argentina. El 82 por ciento de los hombres que deciden en las empresas líderes coincide en que la crisis brasileña, y la consiguiente caída en la demanda de productos argentinos, es la principal responsable de la depresión. En segundo lugar están la caída de los precios de las principales exportaciones argentinas y la aludida falta de competitividad.
“Frente a este panorama, los empresarios se encuentran con altos niveles de expectativa, pero con la sensación de que la situación puede revertirse”, sostiene D’Alessio.
“Creo que no habrá reactivación hasta el segundo semestre del 2000. Pero yo soy moderadamente optimista, porque está claro el diagnóstico y lo que debe hacer el Estado. Devaluar o aumentar el gasto público sería una mala solución. Eso sí: el Gobierno debería ya instrumentar un plan general para bajar los costos argentinos. Esperar seis meses a que asuma la próxima administración es mucho tiempo”, comentaba ayer a Página/12 Amadeo Vázquez, director del BBV-Banco Francés, al ser consultado sobre los resultados de la encuesta.
Sólo un 25 por ciento de los entrevistados identificó como uno de los factores de la recesión la incertidumbre generada por las próximas elecciones. La transición política no parece desvelar a los ejecutivos, que coinciden en recomendar a la próxima gestión gastar austeramente.
La sugerencia más remarcada, tanto para promover la reactivación como
para “estimular el crecimiento sostenido”, es que el Estado baje su gasto: el 96 por ciento, en el primer caso, y el 95 por ciento, en el segundo formularon esas recomendaciones. Un porcentaje similar entiende que la Argentina crecería más si, además, incrementa la eficiencia en la provisión de servicios públicos.
Apenas un 16 por ciento opinó que dolarizar la economía contribuiría a ese objetivo, y un reducido 3 por ciento se pronunció por abandonar la Convertibilidad. Tampoco ven con buenos ojos (16 por ciento) la revisión de las privatizaciones.
La misma percepción negativa de la situación económica global se traduce en modestas proyecciones sobre la suerte que correrán las empresas. El 33por ciento cree que su rentabilidad permanecerá igual, mientras que el 35 por ciento opina que disminuirá. Estos mismos datos, sin embargo, demuestran que hubo una leve mejoría en el ánimo patronal, ya que en la encuesta pasada la respuesta más frecuente fue que las ganancias disminuirían, aunque “moderadamente”.
Agrupadas por sectores, las respuestas del trabajo encomendado por IDEA también ponen de relieve que el horizonte de la industria se divisa más oscuro que el de los servicios. El grueso de los empresarios de ambos rubros (45 y 44 por ciento, respectivamente) prevé que la situación no cambiará en los próximos seis meses. Pero el 25 por ciento de los industriales pronostican que su rubro estará peor, mientras que el 40 por ciento de los responsables de servicios avizoran un repunte.

 

¿Cuándo se saldrá de la recesión”

Pedro Lacoste, asesor de inversores extranjeros
“Más pesimismo”

“Ningún indicador serio demuestra que estemos saliendo de la recesión. Al contrario, en los últimos treinta días se ha acentuado el pesimismo entre los consumidores, los empresarios y los inversores externos. La pregunta que hace dos meses diferenciaba al gobierno de algunos analistas era si empezaba la reactivación. Roque Fernández decía que sí y algunos sosteníamos que no había señales claras en ese sentido. El panorama ha empeorado hasta el punto de que hoy la discusión es si hemos llegado al piso de la caída, como afirma el gobierno, o si la crisis será aún más grave. No encuentro ningún elemento externo o interno que me haga pensar que la recuperación llegará antes de fin de año. Las próximas elecciones acentúan la incertidumbre. No debería sorprender que en agosto la Reserva Federal decida un nuevo aumento de la tasa. Brasil sigue siendo inestable. Y los precios de las commodities están en el piso. Otro factor negativo es que la gente restringe el consumo por temor al desempleo, y ante esto los bancos prestan menos.”

Aldo Abram, economista de la consultora Exante
“Será peor”

“Me parece bastante improbable que la recuperación empiece siquiera en el cuarto trimestre. Y el primer trimestre del 2000 será peor. En marzo y abril logramos montarnos en la reversión de la crisis que mostró Brasil. Ante eso, la expectativa era que se acentuará la reactivación. Sin embargo, no ocurrió porque desde mayo los políticos dieron señales de irresponsabilidad fiscal. El Congreso frenó el ajuste del Gobierno y los candidatos presidenciales hicieron declaraciones imprudentes en contra del modelo, del pago de la deuda y del FMI. Por ende, el riesgo país picó en punta y hoy está 3 puntos arriba de mayo. Los políticos potenciaron la incertidumbre natural del recambio de gobierno. Se puede esperar un tercer trimestre con una tendencia de crecimiento insignificante y un cuarto con estancamiento. Hasta que no asuma el próximo gobierno y envíe señales claras de cuál será su política económica, tanto los financistas como la gente postergarán decisiones de inversión y consumo.”

Roberto Lavagna, director de Ecolatina
“No habrá mejora”

“La actividad económica está tocando el piso de la caída. Nos vamos a deslizar en esta meseta por varios meses, pero manteniendo el nivel, que es muy inferior al del año pasado. Las variables que profundizaron la recesión han tendido a estabilizarse. Se aprecia una ligera recuperación en los precios de algunas commodities. La tasa de Estados Unidos, aunque ahora subió, es más baja que a fin del ‘98. Y Brasil dejó de ser un factor de fuerte incertidumbre. Si bien el deterioro económico se detuvo, no existen elementos suficientes como para esperar una mejora. Por eso creo que nos mantendremos a un nivel muy bajo. El año finalizará con una baja del PBI de entre 2,5 y 3 por ciento. Vamos a necesitar buena parte del 2000 para recuperar la pérdida de este año. En el corto plazo, la recesióndemora inversiones empresarias, se encarece el crédito y disminuye el consumo. El problema estructural de largo plazo es la diferencia de precios relativos con Brasil.”


Mala nota a la Argentina

La agencia calificadora de riesgo Moody’s presentó ayer en Nueva York un informe oscuro sobre las perspectivas económicas de Argentina. Los grandes financistas internacionales se basan en análisis de agencias como Moody’s para decidir sus inversiones, por lo que el informe presentado ayer es un nuevo golpe a las expectativas del equipo económico. La calificadora sostiene que la recesión y el clima político en vísperas de elecciones aumentan el riesgo de inversión en el país. Asimismo, mantiene sus perspectivas negativas sobre el futuro de la economía, debido al posible agravamiento de la caída de actividad y de la disminución de la confianza de los inversores. La agencia estima que el bajo precio de los commodities y la recesión por la que atraviesa Brasil hacen prever que Argentina demore en salir de la crisis. Pese a ello, destaca que el Gobierno pudo financiarse en los mercados internacionales, pero advierte que debió pagar mayores tasas de interés. Como si todo ello fuera poco, Moody’s consideró que a Argentina le costará aumentar sus ingresos por exportaciones, en razón de que se espera un largo período de bajos precios de las materias primas.

 

 

ECONOMIA ESTA CADA VEZ MAS SOLO CON SU OPTIMISMO
Algún día tendrán razón

t.gif (862 bytes) El equipo económico debe recurrir a argumentos cada vez más engorrosos para mostrarse optimista. Mes a mes los indicadores de actividad, financieros y de consumo contradijeron sus proyecciones, pero los Roque boys insisten en que pronto se superará la recesión. El jefe de asesores del ministro, Miguel Kiguel, sostuvo ayer que “tocamos el piso de la caída y ahora comenzaremos a salir”. De todos modos, admitió que “en abril parecía que la economía iba a reactivarse rápido. Hoy da la impresión de que será más lenta. Pero habrá reactivación”.
El funcionario atribuyó a las declaraciones de Eduardo Duhalde sobre la deuda el surgimiento de nuevas dificultades para escapar de la crisis. Y reclamó a los candidatos presidenciales de la Alianza y el oficialismo “mayor prudencia en sus afirmaciones”. “Por supuesto que los dichos de Duhalde tuvieron repercusión. Son declaraciones que los financistas que planean inversiones en Argentina a cinco o diez años tienen muy en cuenta. A ellos les importa lo que haga el Gobierno, pero sobre todo observan las señales de quienes pueden sucederlo”, puntualizó Kiguel, aunque concedió que “son expresiones políticas (aquellas referidas a terminar con el modelo), pero a la larga no habrá cambios en la política económica”.
A pesar de pronosticar la recuperación económica, el funcionario se mostró menos contundente que en otras oportunidades al referirse al cumplimiento de la meta de déficit fiscal comprometida ante el FMI. “Tenemos una buena chance de cumplir, pero eso depende de cómo venga la recaudación. No lo puedo asegurar en un ciento por ciento”, admitió. Para no acentuar los temores, Kiguel recomendó a Duhalde y De la Rúa manifestar con claridad que mantendrán el programa con el Fondo.
“Hoy los mercados están preocupados por la transición política y cualquier señal tranquilizadora que se pueda dar, como continuar con el programa con el FMI, puede ser muy positiva”, aseguró. Por su parte, señaló que Economía se propone cubrir las necesidades de financiamiento de este año antes de las elecciones (2900 millones de dólares), y armar un colchón con nuevas emisiones para dejar al próximo gobierno.

 

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