Por Felipe Yapur ¡Estamos saliendo de la
meseta!, exclamó el operador duhaldista cuando leyó la última encuesta que
recibió Eduardo Duhalde y que, siempre según la fuente, los coloca dos puntos por arriba
de la Alianza. Convencidos de que fue un acierto abandonar los trenes por un tiempo, ahora
pretenden incrementar la declamada diferencia con la oposición, a través de la
discusión ideológica y con la instalación de temas que marquen una clara diferencia con
el oficialismo, por ejemplo una ofensiva contra los integrantes de la llamada
mayoría automática de la Corte Suprema que podría incluir el pedido de
juicio político.
Pero el exagerado optimismo de los operadores duhaldista se contrapone con la apenas
disimulada preocupación del propio candidato cuando reconoció que la preferencia en las
encuestas no lo beneficiaban. Con el tren de la esperanza desactivado, los equipos
técnicos reiniciaron una práctica que había quedado un poco abandonada. La elaboración
de estrategias políticas y la implementación de temas que se instalen en la población.
La deuda externa fue uno de ellos. El que viene es el de la Corte y en ese sentido Duhalde
tendrá una tarea difícil que cumplir, cuestionará la estrecha relación de varios de
los jueces con el poder. Y hasta puede escalar el conflicto y promover su juicio
político. Esto le valdrá, seguramente, un nuevo enfrentamiento con Menem.
Estos polémicos temas, como el de la deuda externa y la Corte, nacen también porque los
hombres de Duhalde sostienen que es necesario definir muy bien cuáles son nuestros
enemigos o adversarios. Los operadores juran que la pelea con Menem ya es
historia y lo único que necesitamos es que se dedique a gobernar y reunirse con Charly
García, los Rolling Stones, Claudia Schiffer, Xuxa y con todos los que él quiera.
Con el objetivo puesto en conquistar las grandes concentraciones de población, porque
ahí están los votos, Jorge Telerman, Pablo Fontdevila y Enrique Rodríguez
Larreta reescriben con rapidez el borrador con las diez ideas fuerza que tendrán, a su
vez, diez medidas para concretarlas. Lo cual se transformaría en una versión aggiornada
de Las 100 medidas para el cambio del ex presidente Raúl Alfonsín.
Pero éte no es el único tema que desvela a los hoy forzados optimistas operadores del
duhaldismo. La ciudad de Buenos Aires les duele, les preocupa, porque los casi 733.000
votos de diferencia que obtuvo la Alianza sobre el justicialismo en 1997 son difíciles de
licuar en una elección nacional. Nuestro problema es que con (Miguel Angel) Toma
como candidato a diputado o sin él tenemos un 15 por ciento de los votos. Es por ello que
necesitamos otro candidato y otra lista que lleve la fórmula DuhaldeOrtega,
reconocen los operadores y juran que será la boleta de Domingo Felipe Cavallo la que
también la llevará.
Pero Duhalde quiere más y para sus operadores esto significa la cabeza de
Toma. Ya se animan a afirmar que el candidato que quieren para Buenos Aires es el
ministro bonaerense León Arslanian. Tiene muy buena imagen y puede mejorar el
caudal de votos. Las dos boletas juntas nos permitirán reducir la brecha que nos separa
de la Alianza, dice el operador mientras se acomoda el chaleco y se recuesta en una
silla del bar cercano al comando de campaña.
La UIA pide una rebaja El titular de la UIA, Osvaldo Rial, dijo que hay que ponerle un tope a
la deuda externa porque no es posible que sigamos endeudándonos. Rial,
ligado al duhaldismo, ajustó así el discurso del candidato a presidente del PJ, que hace
una semana había considerado la necesidad de una condonación de la deuda
para aclarar días después que había que cumplir los pagos pero que consideraba injusto
hacer frente a éstos mientras había gente que no tenía para comer. |
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