Por Victoria Ginzberg Considero que mi ciclo
parlamentario y constituyente ha terminado y, por lo tanto, no me presentaré como
candidato en las próximas elecciones, sorprendió ayer Alvaro Alsogaray. Después
de 16 años ininterrumpidos como diputado nacional, el capitán ingeniero, símbolo de la
alianza entre el peronismo y el establishment que sostuvo al gobierno de Carlos Menem, se
alejará, a los 86 años, de los espacios institucionales.
Hace cuatro años, el fundador de la Ucedé amagó con la retirada, pero recién ahora, en
el ocaso del menemismo, ésta parece concretarse. Como siempre, Alsogaray se sintió
forzado a dar una explicación teórica de su decisión. Dice su comunicado que ante
el deseo de muchos adherentes a mi línea de pensamiento de que me presentara nuevamente
como candidato, consideré en profundidad el tema por la contribución que esta
candidatura aportaría a la reorganización de la Ucedé y a la defensa de mis ideas.
Tomé, sin embargo, la decisión de no hacerlo. Así, el próximo 10 de diciembre,
el mismo día que Menem termine su segundo mandato y el capitán ingeniero el cuarto,
Alsogaray se retirará de la vida institucional. Seguiré interesado en la política
con mayúscula, que considero como una de las actividades esenciales del hombre, pero
actuando en el plano de la doctrina y de las ideas y no de las organizaciones
partidarias, dijo.
Alsogaray reconoció hace dos años que la Udecé, partido que fundó en 1982, estaba en
decadencia. Pero se opuso a la reconversión que las nuevas generaciones quisieron darle.
Malas semillas, incapaces y ciegos, les disparó a los dirigentes que, luego
de que el octogenario dirigente perdiera la presidencia del comité nacional, aprobaron la
disolución de la Ucedé para impulsar una confederación de fuerzas demócratas,
conservadoras, federalistas y liberales.
Pero su sueño, que durante décadas compartió con Bernardo Neustadt, estaba cumplido de
la manera más inesperada. Nunca, antes de 1989, imaginó que un gobierno peronista
aplicaría las políticas de libremercado y privatizaciones. Alsogaray solía definir al
régimen (para él, sinónimo de peronismo) como una dictadura
económica, social y política acompañada de una desbordante demagogia. La década
de 1946-55 fue para Alsogaray una época de oscurantismo. Lo contrario de la etapa que
comenzó en 1989, cuando Menem lo convirtió en su personal trainer para la economía.
A pesar de que, al asumir, el Presidente le ofreció ser embajador ante los Estados
Unidos, prefirió permanecer como asesor para pagar la deuda externa y dedicarse a su
banca de diputado, que supo mantener desde el retorno de la democracia. Desde el principio
se enfrentó con el ex ministro Domingo Cavallo y defendió la paternidad del modelo
económico. Su lealtad, sin embargo, no fue incondicional: en 1994 declaró que la
reelección de Menem no era indispensable.
El momento de gloria de Alsogaray como líder partidario fue en 1987, cuando la Ucedé se
convirtió en la tercera fuerza nacional. Alguna vez se ufanó de haber juntado 80 mil
personas en un acto en el estadio de River Plate, en el que los asistentes tenían que
pagar la entrada. Pero su cercanía al poder no dependió del número de adherentes que
cosechaba sino de sus aceitados contactos con los grandes grupos económicos.
Al cumplir cincuenta años de actividad política ininterrumpida, creo que ha
llegado el momento de tomar ciertas decisiones, aseguró el sponsor de la aeroísla.
Y prometió terminar como empezó: en el futuro se dedicará a divulgar las ideas
liberales.
El Alsogaray Ilustrado
Hay que pasar el invierno. (La dijo cuando era ministro de Economía de
Arturo Frondizi.)
Se habla mucho de los chicos robados. No hay tal cosa.
Las madres guerrilleras querían que sus hijos siguieran el curso de ellas y cuando en la
lucha quedaban chicos desamparados hubo que adoptar medidas para poderlos recuperar.
(Octubre del 1998; le valió un juicio por apología del delito.)
Astiz no asesinó a las monjas. Se infiltró en una
célula, con riesgo de su vida, y desde el punto de vista militar, hizo casi un acto
heroico. La cúpula militar no asesinó a nadie, sin embargo, las juzgaron. (Junio
de 1997.)
Tuvimos gobiernos de toda clase: de facto, civiles...
pero hay un denominador común para que hayamos retrocedido tanto: eran
socializantes (Agosto de 1995.)
Desde 1983, cuando el peronismo fue derrotado en las
urnas, y especialmente desde 1989, cuando el doctor Menem le dio un golpe de
gracia como ideología, el peronismo ha dejado de ser un problema (3 de
noviembre de 1995.) |
PROPONEN LIMITAR LA DIFUSION DE LAS BOCAS DE
URNA
Para que no se repita lo de Tucumán
Por Raúl Kollmann
La
Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados debatió ayer el proyecto
de limitación a las encuestas electorales y a las bocas de urna. Aunque hubo acuerdo con
prohibir la publicación de sondeos en las 48 horas previas a cada comicio, en lo que se
refiere a las bocas de urna se propuso un cambio sustancial: en lugar de que se puedan dar
a conocer recién a las 21, se permitirían a partir de las 18. El diputado demócrata
Carlos Balter, titular de la Comisión, señaló que una vez cerrado el comicio, a
las 18, la boca de urna ya no influye en los votantes y por lo tanto, no hay razón para
que se las prohíba. La propuesta fue votada por unanimidad con ese cambio y ahora
Balter quedó en buscar un consenso con los presidentes de otras comisiones para que en
unas dos semanas el proyecto se pueda votar en la Cámara.
Entre los diputados y los encuestadores hay coincidencia en que los sondeos de opinión no
deben publicarse durante la veda, es decir 48 horas antes de la elección. El problema es
que los medios internacionales, como la CNN, pueden dar a conocer encuestas porque emiten
desde otros países. Esto le está ocurriendo a Francia o España, prácticamente los
únicos que hoy tienen prohibiciones de publicación de sondeos, y los canales de los
países limítrofes se llenan todos los días de encuestas que bombardean a los
electorados franceses y españoles. De todas maneras, la idea de imponerle a los sondeos
la misma veda que a la propaganda política, parece tener aceptación entre legisladores y
consultores.
Lo que sí produjo debate es la cuestión de las bocas de urna, o sea las encuestas que se
hacen preguntándole por quién votó al ciudadano que sale de los lugares de sufragio.
Estos sondeos han sido bastante precisos en la Argentina, pero fallaron de cabo a rabo en
Tucumán y produjeron un verdadero blooper en el que los que ganaron la elección
reconocieron que la habían perdido y los medios consagraron triunfador al derrotado. El
problema fue que todo el mundo consideró a las bocas de urna como palabra santa y lo
cierto es que fallaron. Para impedir que se repita la historia, 17 legisladores de varias
bancadas firmaron un proyecto para prohibir la difusión del resultado de las bocas de
urna antes de las 21. Esto obviamente hubiera significado el final de esa modalidad de
sondeo, porque a esa hora ya empieza a haber datos del escrutinio.
No se puede prohibir algo que no afecta al comicio le dijo Balter a
Página/12. A las 18 ya no hay nadie votando por lo que no influye en nada. Además,
¿quién le puede prohibir al candidato fulano que salga a hacer un comentario eufórico o
un comentario pesimista, con lo que ya estaría diciendo a qué conclusión llegó la boca
de urna que tiene en su poder?. El legislador insistió en que para dirimir la
elección están los escrutinios, pero que no se puede establecer una limitación a la
libertad de expresión si la difusión de la boca de urna se hace fuera del horario del
comicio. El miércoles el proyecto se votó en la Comisión de Asuntos Constitucionales y
ayer se aprobó en su par de Libertad de Expresión, aunque con el cambio consignado.
Ahora Balter se comunicará con Carlos Soria, presidente de Asuntos Constitucionales para
ver si se puede llegar a un acuerdo. También deberán dar su aprobación las comisiones
de Comunicación y Legislación Penal, pero si hay consenso el proyecto, tras pasar al
Senado, podría ser convertido en ley en julio o en agosto.
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