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Rusia violó el espacio aéreo de la OTAN y hay miedo a un descontrol

En la acción más desafiante desde el fin de la Guerra Fría, Rusia sobrevoló Islandia y Noruega,  y no se sabe quién manda a los militares.

Boris Yeltsin entre dos jerarcas militares rusos.
Las sorpresas empezaron con la operación en Pristina.

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The Guardian de Gran Bretaña
Por Martin Kettle y Tom Whitehouse Desde Washington y Moscú

t.gif (862 bytes) El espacio aéreo de la OTAN fue violado la semana pasada sobre el Atlántico Norte por dos bombarderos rusos con misiles de largo alcance, forzando a los aviones estadounidenses en Islandia a la realización de maniobras, según se ha sabido. La confrontación es una de las más serias de su tipo desde el fin de la Guerra Fría. La administración Clinton y el gobierno ruso trataron de bajar ayer la importancia del incidente, pero hay signos de que ha provocado un verdadero shock en Washington. Los nervios de la OTAN todavía están conmocionados por el inesperado y temprano despliegue de tropas rusas el mes pasado.
En el incidente de la semana pasada, los bombarderos rusos TU-95 Bear volaron dentro del espacio aéreo de Islandia en lo que la Casa Blanca describió como uno de los más importantes ejercicios militares de la década. A medida que se aproximaban desde el Este, fueron confrontados por dos pares de cazabombarderos norteamericanos F-15 y un avión patrullero P3 que los escoltaron en torno de Islandia, manteniéndose a una distancia de alrededor de 100 kilómetros de la línea de la costa. Seguidamente, los bombarderos se encaminaron en dirección al norte, atravesando el Polo Norte y reingresando al espacio aéreo ruso, desde donde dispararon misiles de crucero contra blancos en el sur de Rusia, de acuerdo con agencias de noticias de Moscú. Previamente, en el mismo ejercicio, dos bombarderos rusos Blackjack volaron sin aviso sobre las costas de Noruega. Los aviones noruegos iniciaron una maniobra, pero los rusos cambiaron de dirección y salieron del espacio aéreo sobre el mar de Noruega.
Los bombarderos Bear que volaron sobre Islandia son a propulsión y forman parte de la división de bombarderos pesados Estandarte Rojo de Donbass de la Fuerza Aérea rusa, y se encuentran estacionados en la base aérea Engels, al este de Moscú. Funcionarios de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos afirmaron que los bombarderos participaban la semana pasada de un ejercicio conocido como West 99, que involucró a 50.000 tropas rusas de cinco distritos militares y tres flotas navales. La NSA dijo que este tipo de actividades de tanteo de aviones rusos contra defensas de la OTAN en el Atlántico Norte no se habían registrado en muchos años, y que la aparición de los aviones sobre Islandia y Noruega, ambos miembros de la OTAN, había sorprendido a la Alianza. “Estamos inspeccionando a ver qué significa”, dijo un portavoz.
En Moscú, un portavoz de la Fuerza Aérea confirmó que el incidente había ocurrido pero dijo que sucedió sobre “aguas neutrales”, agregando que los bombarderos “no atravesaron la frontera aérea de Islandia” durante su travesía de 15 horas. Interrogado sobre las contramedidas estadounidenses, replicó que “ese tipo de seguimiento de aviones en la vecindad de la frontera aérea de otro país es usual, y en esta instancia no se registraron excesos”. En Washington, el vocero de la Casa Blanca Joe Lockhart también minimizó el incidente. “No creo que haya nadie que piense que esos dos bombarderos a propulsión representaran una amenaza militar significativa.”
Pese a las desmentidas oficiales, los nervios en el Pentágono estaban muy tensos. Oficialmente, el Pentágono señaló que “todavía sólo estaba investigando” la confrontación. Algunos planificadores militares estadounidenses contemplan los hechos de la semana pasada como parte de un canon de acciones militares rusas sorprendentes en las últimas semanas, que han puesto en duda el grado hasta el cual el presidente Boris Yeltsin controla a su gobierno y a las fuerzas armadas rusas. Dos semanas atrás, 200 tropas rusas ocuparon sin aviso el aeropuerto de Pristina, la capital de Kosovo, bajo las narices de las fuerzas de la OTAN en la vecina Macedonia. La tensión subsiguiente sólo se resolvió en forma parcial después de tres días de intensivas conversaciones en Helsinki.
Analistas norteamericanos de inteligencia habrían informado el mes pasado que el despliegue en Pristina era parte de un esquema mayor para enviar unilateralmente 1000 o más soldados rusos dentro de Kosovo para constituir una zona de control totalmente rusa en el noroeste de la provincia. El plan aparentemente se frustró cuando Estados Unidos persuadió a Hungría, Bulgaria y Rumania para que negaran a Rusia permiso a atravesar su espacio aéreo.

 


 

LA OTAN SIGUE FRACASANDO EN KOSOVO
Mantenimiento de la guerra

Por Owen Bowcott

t.gif (862 bytes) El comandante de las fuerzas estadounidenses en Kosovo, el brigadier John Craddock, advirtió ayer que todavía hay paramilitares serbios operando en Kosovo, y éstas pueden haber sido responsables por recientes ataques contra los soldados de la K-FOR (fuerza de mantenimiento de paz). Soldados norteamericanos estuvieron dos veces durante la última semana bajo fuego de francotiradores, pero no sufrieron bajas. Se teme que los ataques sean parte de un plan serbio de hacer ingobernable a Kosovo.
“Es un ambiente peligroso”, afirmó Craddock. “Hay elementos que no le desean nada bueno al K-FOR. No va a ser una tarea sencilla. Hay demasiados actos de violencia. Hay todavía demasiados hogares ardiendo a la noche. Hay demasiados saqueos.” Su advertencia resalta la creciente preocupación estadounidense sobre los peligros que enfrentan las tropas de mantenimiento de la paz. El secretario de Defensa estadounidense William Cohen había llamado a principios de semana para que la OTAN acelerara el despliegue de su fuerza, de 55.000 hombres, para expulsar a las fuerzas serbias que desafiaron el acuerdo de paz y se quedaron detrás de las líneas luego de que se retiraran las tropas del ejército regular. Cohen afirmó que las fuerzas serbias buscaban perturbar las operaciones de mantenimiento de la paz, pero hasta ahora no habían presentado un gran problema. “Lo que será importante para nosotros será acelerar, hasta donde sea posible, la llegada del resto del contingente de la K-FOR”, dijo. Se espera que el contingente completo estadounidense, de 7000 soldados, arribe dentro de dos semanas.
El general Wesley Clark, comandante militar de la OTAN, ha sugerido que algunos paramilitares serbios permanecen tras las líneas con la esperanza de interferir con los esfuerzos de la OTAN para estabilizar a Kosovo. “En un número de localidades es claro que paramilitares serbios, algunos con contactos con organizaciones de inteligencia, han permanecido en Kosovo”, afirmó. Los albaneses étnicos en Kosovo, que se rehúsan a desarmar, también están causando preocupaciones a la OTAN. Clark declaró que la mayoría de los guerrilleros del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) sólo han estado entregando las menos efectivas de sus armas.

 

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