Por R.K.
Aunque con
leve ventaja del aliancista Jorge Colazo, la realidad es que la elección de gobernador de
Tierra del Fuego registra un empate técnico. A 24 horas de los comicios, la paridad es
casi absoluta y todo terminó en una especie de choque entre las dos grandes ciudades de
la isla: en Río Grande gana la Alianza por goleada, en Ushuaia hay gran diferencia a
favor de Carlos Manfredotti, el candidato del PJ.
Las conclusiones surgen de la encuesta realizada por la consultora Sofrés-Ibope que
conduce Enrique Zuleta Puceiro. En total se encuestaron 900 personas en toda la provincia
respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel socioeconómico.
Tras la primera ronda, en la que Colazo se impuso nítidamente, quedaba por ver la
conducta de los votantes del otro partido de envergadura, el Movimiento Popular Fueguino
(Mopof), actual oficialismo de la provincia. Tras un viaje del duhaldista gobernador de
Santa Cruz Néstor Kirchner, los dirigentes del Mopof decidieron respaldar al PJ, pero en
la base se produjo una distribución proporcional: la mayoría de los riograndenses del
Mopof se volcaron a Colazo y la mayoría de los habitantes de Ushuaia a Manfredotti. Así
las cosas, el cinco por ciento de indecisos será lo que inclinará la balanza.
En los últimos días, la reducción de la cantidad de indecisos mejoró la performance de
la Alianza, que hace una semana estaba cinco puntos por debajo del PJ. Se nota que
en la gente no decidida estaba mejor Colazo, pero hay que ver qué sucede con ese 5 por
ciento que aún no dice a quién va a votar. Hoy por hoy, hay que decir que la situación
es de empate.
Esa situación de paridad se ve también respecto de la evaluación que hacen los
ciudadanos sobre el acuerdo Mopof-PJ. Casi la mitad de la población sostiene que fue un
pacto hecho a espaldas de la gente y la otra mitad dice que fue correcto hacer el acuerdo.
La verdad se sabrá el domingo, después de las 18 horas. Lo único seguro, a esta altura,
es que en Tierra del Fuego ya está asegurado el cambio de signo político del gobierno:
el mandatario saliente, José Estabillo, es del Mopof, partido que quedó afuera del
ballottage. De esta manera, la provincia austral sigue el ejemplo de Córdoba, San Juan y
Tucumán donde perdió el oficialismo.
SUSPENDIERON AL GOBERNADOR
INTERINO DE CORRIENTES
Ahora, elecciones en sesenta días
Por F.A.
La Legislatura correntina
suspendió ayer al vicegobernador Víctor Hugo Maidana, quien estaba a cargo del Ejecutivo
provincial desde hace dos semanas, cuando los mismos diputados separaron de su cargo al
gobernador Pedro Braillard Poccard. El segundo cambio institucional en quince días logró
desplazar al último de los representantes del oficialista Partido Nuevo de la
administración correntina, e instalar a un justicialista al frente de provincia: el
senador Hugo Perié. Los legisladores votaron a favor del juicio político de Maidana
lo que implica su inmediata suspensión, al que acusaron de mal desempeño en
sus funciones, malversación de fondos y sedición. Los cinco mil personas, entre
estatales y docentes, que desde hace dos meses acampan en la plaza 25 de Mayo, frente a la
Legislatura, festejaron el alejamiento y ahora esperan que con un peronista en la Casa de
Gobierno la Nación envíe los fondos frescos necesarios para poner al día el pago de sus
salarios.
Se trató de un final anticipado. El vicegobernador Maidana sabía que poco podía hacer
para sostenerse al frente del Ejecutivo provincial, pese a sus arrebatados gestos de
concordia política. La oposición que agrupa a justicialistas, liberales,
demoprogresistas y federales controla la mayoría de la Legislatura correntina, y
aprovechó la crisis económica en que quedó enterrada la anterior administración para
desplazar del poder al oficialista Partido Nuevo, que controla Raúl Tato
Romero Feris.
Los diputados y senadores provinciales ya habían anunciado su estrategia en encendidos
discursos frente a los miles de manifestantes que durante más dos meses poblaron las
calles de la capital correntina. La aprobación del juicio político al gobernador y su
vice dejarían despejado el camino para acceder al control de la provincia. Y lo hicieron.
A modo de postre, la semana que viene votarán a favor de la intervención a la
intendencia capitalina, a cargo de Tato Romero Feris, quien era el que en realidad
controlaba los hilos del poder provincial.
La crisis correntina comenzó a fines de 1998, con los primeros atrasos en el pago de los
sueldos de los empleados estatales. En mayo se sumaron a la protesta productores
agropecuarios y comerciantes. A mediados de ese mes 20 mil personas cortaron el puente que
une a Corrientes con Resistencia, la capital del Chaco. Los seguidores del oficialista
Partido Nuevo que orienta Tato Romero Feris ocuparon la Legislatura provincial para evitar
que se trate el pedido de juicio político que pesaba sobre el gobernador Braillard
Poccard, y su vice, Maidana.
La temperatura de la crisis obligó al gobierno nacional a estudiar seriamente la
posibilidad de una intervención federal. Desde el Ministerio del Interior se designó a
un hombre para monitorear el conflicto, José María Tati Vernet. Y para
evitar desbandes ante el virtual acuartelamiento de la policía correntina, envió 400
gendarmes para garantizar la seguridad. Vernet logró convencer a Tato Romero Feris de que
era el momento oportuno para dar un paso al costado. El argumento fue contundente: la
Nación no daría ni un solo centavo de los 120 millones necesarios para poner al día los
salarios caídos.
El nuevo gobernador interino, según la Constitución provincial está obligado a convocar
a elecciones en 60 días. Pero en el justicialismo provincial especulan con estirar los
tiempos a octubre, para aferrarse a los votos de Eduardo Duhalde e impedir así un nuevo
triunfo del ahora defenestrado Partido Nuevo. |
|