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El Banco Central terminó de reglamentar ayer el plan de refinanciación de las deudas bancarias de las pymes. A pesar de la insistencia de la Unión Industrial, el Central se opuso a flexibilizar el sistema, aunque acordó con las cámaras bancarias la creación de otro mecanismo para los pasivos superiores a 200 mil pesos. El denominado Plan Brady para pymes será para las deudas menores, contraídas por las empresas antes del 31 de mayo, con una tasa de interés variable de hasta el 15 por ciento y a un plazo de 3 a 20 años. El otro sistema, elaborado ayer en una reunión entre el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez; el titular del Central, Pedro Pou, y los presidentes de las cámaras bancarias, alcanza a las deudas mayores a 200 mil pesos. En este caso, cada banco podrá acordar libremente con sus acreedores la refinanciación. Para que las empresas puedan mejorar su calificación crediticia, deberán cumplir una serie de requisitos. El presidente de la UIA, Osvaldo Rial, enfatizó que las autoridades del Central no comprenden la magnitud de la crisis. Los cambios son insuficientes y en la práctica van a tener poco uso, insistió, al entender que el sector bancario adoptará un criterio muy restrictivo que hará inoperante el sistema. Por su parte, el titular de la Confederación General Económica, César Tortorella, señaló que el sistema deja la pelota del lado del sistema financiero, ahora habrá que evaluar cómo reaccionan los bancos y hasta dónde están dispuestos a ayudar. Las quejas obedecen a que las condiciones fijadas para renegociar deudas mayores a 200 mil pesos son difíciles de cumplir por las empresas. En primer lugar, deben presentar garantías que avalen su situación financiera, y someterse a una auditoría externa cuando el pasivo sea de hasta 1 millón de pesos. Si pasan esos obstáculos y consiguen la aceptación del banco a refinanciar la deuda, la calificación bajará de 4 (alto riesgo de insolvencia o de difícil recuperación) a 1 (situación normal) sólo si saldan el pasivo en seis cuotas. En cambio, si se acogen a un plan de 12 cuotas, la recalificación será de 4 a 3 (con problemas o cumplimiento deficiente). En deudas que superen los 5 millones, las empresas tendrán que pagar el 35 por ciento de entrada o bien presentar una garantía adecuada, no vinculada directamente a su actividad de explotación o a la firma que se refinancie. Además, la compañía tendrá que someterse a una auditoría externa, mientras que el banco acreedor deberá conseguir la autorización de la Superintendencia de Bancos del Central para mejorar la calificación de la empresa deudora.
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