Por José Natanson Un tema desvela a la
conducción de la Alianza: la certeza de que, aunque por una leve diferencia, Graciela
Fernández Meijide y Melchor Posse están debajo de la fórmula justicialista en la
provincia de Buenos Aires. Las dos encuestas que se manejan en la coalición una de
Analogías y otra de Mori coinciden en mostrar una diferencia de entre dos y tres
puntos a favor del peronista Carlos Ruckauf, que profundiza su ventaja en el interior
bonaerense.
Los estrategas de la Alianza están convencidos de que el 24 de octubre la dupla Fernando
de la Rúa-Carlos Chacho Alvarez obtendrá una diferencia cercana a los 600
mil votos en la Capital Federal, a la que podrían sumarse ventajas menores en Córdoba y
Neuquén. Sin embargo, todos coinciden en que Eduardo Duhalde podría compensar estos
números con una amplia diferencia en el resto del interior del país, en donde marcha
primero. Así, la provincia de Buenos Aires, con un padrón de más de ocho millones y
medio de personas, se convertirá en un distrito clave no sólo por su peso en el padrón
general casi la tercera parte sino también por las características del mapa
electoral previsto por los jefes de la coalición.
Y aquí es donde surgen las dudas. En los últimos tres meses, la fórmula presidencial de
la Alianza pasó de un incómodo empate técnico con el PJ a superar a sus adversarios por
una diferencia de entre cinco y diez puntos, según las encuestas que manejan en la
coalición. Pero esta recuperación no tuvo su reflejo en la fórmula bonaerense.
Los estrategas aliancistas esbozan varias explicaciones. La primera: a pesar del enorme
arrastre natural que le permitió triunfar en 1997, Fernández Meijide no logra adaptar su
perfil legislativo a las necesidades de un dirigente que aspira a un cargo ejecutivo. En
palabras de un estratega aliancista: Cuando se vota una lista de diputados, la gente
quiere un igual, alguien que le hable desde el mismo lugar, que la represente. Pero cuando
elige presidente o gobernador, los votantes buscan a alguien que esté por encima de
ellos. No se prioriza la representatividad, sino la ejecutividad.
La segunda explicación: Graciela tiene una alta adhesión en los grandes centros urbanos.
Su compañero de fórmula, Melchor Posse, es un histórico dirigente radical, pero está
identificado con el Gran Buenos Aires. Por eso, los mayores inconvenientes aparecen en el
interior provincial, sobre todo en las ciudades de menos de 30 mil habitantes, en donde
suele pisar fuerte la UCR.
En este sentido, la imposibilidad de Raúl Alfonsín de participar de la campaña como
consecuencia del accidente supuso un inconveniente para la fórmula bonaerense: el ex
presidente es uno de los pocos dirigentes radicales con capacidad de recrear la mística
partidaria y de movilizar la poderosa estructura de la UCR de la provincia de Buenos
Aires.
Con estos datos sobre su escritorio, De la Rúa decidió la semana pasada modificar su
agenda de viajes e incrementó las recorridas por el interior de la provincia. En muchos
casos, el jefe de gobierno porteño estará acompañado por dos mujeres que, según cree,
estarían en condiciones de aportarle un importante caudal de votos: la diputada Elisa
Carrió que ya lo escoltó durante la campaña interna, y la nueva estrella
del firmamento aliancista: la flamante candidata a intendente de La Matanza, Lidia
Pinky Satragno. Esto se complementará con el trabajo de los caudillos del
radicalismo provincial, como Federico Storani y Leopoldo Moreau, quienes intentarán
suplir a Alfonsín y concentrarán sus esfuerzos en poner en movimiento la compleja red de
intendentes, concejales y dirigentes del radicalismo bonaerense.
Los avisos de campaña El equipo de comunicación de la Alianza integrado por Darío
Lopérfido, Antonio de la Rúa y los publicistas Ramiro Agulla y David Ratto ya
comenzó a planificar los nuevos spots televisivos, luego del célebre aviso del candidato
aburrido, considerado en la coalición como un éxito absoluto. La primera publicidad
estará en el aire recién dentro de quince o veinte días. Pero los estrategas
aliancistas adelantaron a Página/12 que se tratará de un spot de tono positivo, al igual
que el último aviso, en el que Fernando de la Rúa mira la Casa Rosada y dice estoy
a cien pasos. El jefe de gobierno porteño aparecerá sin su compañero de fórmula,
Carlos Chacho Alvarez, quien se incorporará en los avisos posteriores. |
CONGRESO DEL FRENTE GRANDE
Autocomplacientes, no
Con un
discurso en el que instó a sus partidarios a no ser autocomplacientes, Carlos
Chacho Alvarez cerró ayer el congreso nacional del Frente Grande que se
llevó a cabo en Mar del Plata. Además de cumplir con las formalidades de aprobar la
plataforma y la fórmula de la Alianza, los congresistas dieron un paso más en la
institucionalización del partido.
Este salto en la calidad institucional que acabamos de dar debe ir de la mano de una
autoexigencia cada vez mayor, aseguró ayer Alvarez, quien luego añadió que
más allá de la credibilidad de los dirigentes como Fernando de la Rúa y de
Graciela, hay que intentar estrechar los vínculos entre la política y la gente.
El congreso que concluyó ayer con el discurso de Chacho fue uno de los pasos exigidos por
la Justicia para completar el proceso de organización del Frente Grande a nivel nacional.
Los congresales aprobaron la incorporación de cinco nuevos distritos a la Mesa Federal
que preside Alvarez y decidieron modificar algunos aspectos de la Carta Orgánica del
Frente Grande. Además, le dieron el visto bueno a la propuesta programática de la
Alianza y a las fórmulas nacional y bonaerense de la coalición.
El congreso comenzó con las palabras de la candidata a gobernadora bonaerense, Graciela
Fernández Meijide, quien luego se trasladó a la Capital Federal para participar del
congreso municipal de la Alianza, en donde se debatieron mecanismos para la modernización
de las intendencias.
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