|
En un final cabeza a cabeza, hoy quedará consagrado el primer gobernador fueguino del próximo milenio. Después de que ninguno de los tres candidatos lograra sumar la mitad más uno de los votos en la primera vuelta electoral del domingo 20 de junio, la definición en esta segunda vuelta redujo la disputa entre el aliancista Jorge Colazo y el justicialista Carlos Manfredotti. La polarización no es solo partidaria, también contiene rivalidades localistas. Mientras Colazo representa los intereses de Río Grande, Martelotti corre con los colores de Ushuaia. Hasta última hora de ayer nadie se atrevía a pronosticar el resultado del escrutinio de hoy, del que también estarán pendientes las fórmulas presidenciales que no ahorraron muestras de respaldo a los candidatos locales. Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde, junto a su respectivos compañeros de fórmula, soportaron media docena de prolongados viajes hasta el fin del continente para apoyar a los referentes locales de sus respectivos partidos. Si bien Tierra de Fuego es insignificante a la hora de contar los votos a nivel nacional tiene un padrón de 62 mil electores, las elecciones provinciales anticipadas se convirtieron en la antesala electoral de octubre. Según los asesores de campaña de unos y otros, ante la paridad en la intención de voto que les otorgan las encuestas a ambas fórmulas, un triunfo o una derrota puede cambiar la tendencia de los indecisos que tienen en su manos la definición de las presidenciales. Debido a esto el propio Duhalde se convirtió en el principal operador político de la provincia cuando le encargó al gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, cerrar un acuerdo entre el PJ y el Movimiento Popular Fueguino que obtuvo el tercer lugar con el 21 por ciento en la primera vuelta para enfrentar a la Alianza en el ballottage de hoy. Pero el pacto no dio los resultados esperados. Cierta desprolijidad y apresuramiento a la hora de su anuncio generó un efecto contrario al deseado. En ese momento se dijo que, a cambio de apoyar al justicialista Manfredotti, el actual gobernador fueguino y referente del partido provincial había arreglado un lugar en el gabinete federal de Duhalde si éste llega a la presidencia de la Nación. No todos los dirigentes del MoPoF se mostraron conformes con el acuerdo; de hecho la mayoría de sus afiliados le estarían otorgando el voto a la Alianza. El reelecto intendente de Ushuaia por el MoPof, Jorge Garramuño, que el pasado 20 de junio dobló en votos al candidato a gobernador de su partido, Roque Martinelli, viajó la semana pasada a Buenos Aires, donde se entrevistó con De la Rúa y dirigentes nacionales del Frepaso. Apoyo la candidatura de Manfredotti, aunque creo que el acuerdo fue apresurado. Pero no comparto la adhesión de Estabillo a la fórmula que encabeza Duhalde, dijo de regreso a la isla, después de aventurar: No descarto un triunfo de Colazo. Se trata de un pacto entre dirigentes a espaldas de sus partidarios, y nosotros queremos un acuerdo con la gente, declaró entusiasmado el candidato aliancista al enterarse de los últimos resultados de las encuestas que llegaron a posicionarlo por encima del justicialista Manfredotti después del acuerdo con el MoPof. Esto demuestra que los dirigentes no somos los dueños de los votos de nadie; la gente no quiere más contubernios, señalaron en Río Grande los voceros de Colazo, quien estaba acompañado por el jefe de la campaña delarruista, Rafael Pascual. Duhalde tampoco le pierde pisada al proceso electoral fueguino, y puso a algunos de sus hombres a monitorear la situación de los últimos días. Jefe, qué quiere que le diga, me parece que este hombre no tiene ganas de ganar, le confesó uno de ellos al hacer un balance de la campaña de Manfredotti, quien se negó a organizar caravanas, caminatas, nuevos spots televisivos y a poblar de afiches la vía pública de la provincia, lo que con persistencia sí hizo Colazo.
|