Por Gustavo Veiga La vieja antinomia nunca
superada volvió a tomar vuelo en las vidas de César Luis Menotti y Carlos Salvador
Bilardo. Esta vez, ambos directores técnicos escogieron un nuevo escenario para dirimir
sus fatigosas disputas. Ya no se trata del fútbol y su ambiente, sino de la política y
una candidatura. La conducción de la Secretaría de Deportes es el cargo para el cual son
mencionados si Eduardo Duhalde gana las elecciones del 24 de octubre. El Flaco, aunque
niegue sus aspiraciones, trabaja con un equipo de colaboradores en sus oficinas de la
calle Paraguay. Un ex subsecretario de Estado del área deportiva suele viajar desde Santa
Fe a las reuniones que organiza Menotti. La tarea política que desarrolla el Narigón es
más orgánica y se da en el marco de una comisión que encabeza el mayor (R) Víctor
Sergio Groupierre, actual titular del Instituto Bonaerense del Deporte.
Aunque el entrenador de Independiente haya tomado cierta distancia de sus declaraciones
públicas a favor de Duhalde llegó a compararlo con el Che Guevara, no olvida
visitar de vez en cuando la quinta de San Vicente que posee el gobernador bonaerense.
Tampoco dejó de frecuentar a quien es su padrino político, el duhaldista de la primera
hora Hugo Toledo. La relación de Bilardo con el candidato justicialista a presidente de
la Nación es más añeja. El ex técnico fue el primer personaje que brindó su imagen a
los Torneos Juveniles Bonaerenses, un gesto que Duhalde no olvida.
Groupierre dialogó con Página/12 desde Azul allí estaba por razones inherentes a
su cargo y dijo sobre la difundida candidatura de Bilardo: El trabaja con
nosotros sin ser candidato. Integra los equipos técnicos del peronismo. Colabora en un
programa del gobierno bonaerense para el área de deportes y no quiere involucrarse en
ningún cargo. Le digo lo que hablo en forma permanente con él. Respecto a la
comentada aspiración de Menotti para acceder al mismo puesto, el funcionario agregó:
De ese tema no tengo ningún conocimiento oficial. Menotti no forma parte de los
equipos técnicos y, es más, no pertenece al justicialismo. Eso fue lo que dijo en un
reportaje que le hizo Jorge Guinzburg para la revista Viva la semana pasada.
Si se toman en cuenta las palabras de Groupierre, el ex técnico del seleccionado nacional
campeón del mundo en México 86 tendría más chances que Menotti para ocupar una
función importante en un eventual gobierno del PJ después de octubre. Pero en política,
hacer lucubraciones de ese tipo puede resultar temerario. Y sobre todo, por lo que acotó
el militar retirado en otro tramo de la charla: Candidatos hay muchos, se anotan de
todos lados. Incluso yo no me inhibo de serlo. Pero el gobernador Duhalde, si accede a la
Presidencia de la Nación, será el único que tome la decisión en su momento.
La disputa entre Menotti y Bilardo cobraría otra dimensión si prospera el proyecto
duhaldista de modificar la Ley de Ministerios para crear una nueva cartera de Deportes.
Por lo pronto, esa idea está incluida en la plataforma justicialista que, además,
propone financiar la actividad deportiva con recursos como una lotería. Esta iniciativa
nada tendría que ver con un proyecto de ley del motonauta Daniel Scioli para reemplazar
al desmantelado Prode, considerado inviable por Groupierre. El funcionario
calificó a ésta y otras propuestas legislativas similares como inconsultas.
Si Bilardo y Menotti no llegaran a ocupar el máximo cargo al que puede aspirarse en la
política deportiva nacional, además de Groupierre, en el entorno duhaldista se le
atribuyen chances a Guillermo Vilas. El ex tenista mantiene lazos orgánicos con el
Instituto Bonaerense del Deporte a través de las clínicas de tenis y la detección de
talentos que realiza en la provincia y que le demandan al Estado una importante
inversión. De cualquier modo, los dos directores técnicos trabajan en sus respectivos
proyectos, mantienen lazos más o menos estrechos con Duhalde y se puede inferir que uno
tratará de impedirle al otro ocupar espacios que desearía cubrir. En la vida, el fútbol
y la política, Menotti y Bilardo son irreconciliables. Aunque debe puntualizarse que los
dos coquetean hace tiempo con Eduardo Duhalde. Y, tratándose de ellos, esa curiosa
coincidencia no resulta un dato menor.
Frío, frío en la Alianza
Si Eduardo Duhalde tiene a mano varios candidatos a manejar el deporte que complican su
elección, Fernando De la Rúa observa el horizonte mucho más diáfano. Acaso porque en
el radicalismo y, por extensión en la Alianza, el deporte no atrajo hasta ahora a figuras
de la envergadura de Bilardo, Menotti y Vilas. El nombre para la Secretaría de Deportes
que se escucha con más fuerza es el de Ricardo Nosiglia, hermano del Coti.
Menor que el ex ministro del Interior durante la presidencia de Raúl Alfonsín, ocupa en
la actualidad la Subsecretaría de Deportes del gobierno porteño. Además, mantiene la
conducción del área deportiva en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Cuentan que
Ricardo Nosiglia, un hombre que se ha dedicado también a manejar una imprenta en su
comercio se hicieron los volantes que apoyaban a Osvaldo Otero cuando hizo campaña para
presidir a Racing, es un personaje de curiosos modales.
En una oportunidad recibió en su despacho al titular de la Federación Internacional de
Tenis (FIT), calzado en ojotas. Y durante una visita del Círculo de Periodistas
Deportivos (CPD) de Buenos Aires, atendió a su conducción con los pies sobre el
escritorio y fumando un habano. Alguna vez, el diputado nacional por la UCR, Enrique
Benedetti, se quejó de la falta de referentes deportivos en su partido: Teníamos a
Gatti, aunque después se fue al peronismo, dijo con cierta desazón. |
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