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 El nuevo
gobernador de Corrientes, Hugo Perié, inició su gestión acusando al Partido Nuevo
(PANU) de haberse apoderado del 80 por ciento de las donaciones que llegaron el año
pasado para ayudar a los inundados. También anticipó que viajará mañana a la Capital
para negociar con los bancos y el Gobierno un préstamo de 120 millones de pesos que le
permitan pagar la deuda que mantiene el Estado provincial con los 48 mil empleados
públicos, situación que llevó la crisis al máximo de tensión y a la instalación de
carpas públicas en la Plaza 25 de Mayo, frente a la gobernación. Cargando las tintas por la responsabilidad del intendente Raúl "Tato" Romero Feris y del (PANU), Perié dijo que la gente piensa que los responsables de los hechos de violencia que incluyeron el incendio de locales políticos el sábado están en "el sector político que está en franca retirada y que son los causantes de todo este desastre que vive nuestro pueblo". El gobernador surgido por consenso declaró que asumía la responsabilidad "como peronista, con el apoyo de mi partido en conjunción con otras fuerzas políticas y sociales". También flota la posibilidad de una doble intervención, por una parte al gobierno provincial y, por la otra, de la flamante gobernación al municipio de la capital correntina que encabeza Tato Romero Feris. Por su parte, el presidente Carlos Menem ni afirmó ni descartó la intervención de la provincia para resolver la crisis. La serie de atentados contra locales partidarios del autonomismo, del justicialismo y de la UCR agravaron el conflicto institucional que se devoró a dos gobernadores en el término de 15 días, después de una serie de huelgas y de acusaciones cruzadas de corrupción. "La situación de Corrientes es de absoluta normalidad", dijo el ministro del Interior, Carlos Corach, descartando la idea de una intervención federal. También el viceministro de Interior, Jorge Matzkin, se sumó a la idea de postergar por ahora la intervención, decisión que podría adoptarse en caso de que "se produzcan hechos de una magnitud que tornen la situación de una manera totalmente distinta. Pero no tenemos ni deseos, ni vocación, y apostamos a la solución dentro de las instituciones correntinas". Pocas horas después de la toma de posesión del nuevo gobernador interino, Perié, se sucedieron en la capital provincial violentos ataques a las sedes de los partidos Justicialista, Autonomista (del senador Romero Feris) y del radicalismo. Alguno allegados al nuevo gobernador creen que los atentados se produjeron como advertencia ante la posibilidad de que se realice una intervención federal. En este sentido, Corach aclaró: "Espero que no sea necesario". Matzkin, en cambio, consideró que "las diferencias tremendas (que existen) entre los jefes políticos provinciales" y el hecho de que las finanzas provinciales estén en rojo conspiran contra la transición institucional que se propusieron los radicales, los justicialistas y los autonomistas correntinos al nominar a Perié. Al barajar la posibilidad de una intervención, Menem pareció olvidar que, desde la reforma constitucional de 1994, necesita la aprobación del Parlamento para adoptar una decisión de ese tipo. Pero también se olvidó de que el flamante gobernador interino es un justicialista. Mientras los aliados del menemismo, Tato Romero Feris y Pedro Braillard Poccard gobernaron Corrientes, Menem jamás mencionó en forma pública la posibilidad de una intervención. Por su parte, Perié, apoyándose en un acta de coincidencias básicas que permitirá la gobernabilidad durante la transición que se inicia, anunció el punto final para el despilfarro que realizaron Tato Romero Feris y Braillard Poccard. La idea es que los primeros beneficiados por este recorte en los gastos sean los trabajadores estatales, quienes se pusieron a la cabeza de las protestas contra los gobernantes del PANU. "Vamos a poner en marcha un plan de austeridad y de restricción del gasto público, de donde se cortarán de cuajo todos los gastos superfluos", afirmó Perié en referencia a los cientos de miles de dólares que el PANU destinaba a publicidad en medios adictos. El Estado correntino todavía no terminó de pagar abril, no sabe cuándo pagará mayo ni junio, además de adeudar los aguinaldos de diciembre de 1998 y, desde luego, junio del '99, lo que significa que hay familias que no tienen para comer en la provincia ya que el Estado es el empleador más importante.
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