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El justicialista Carlos Manfredotti fue electo gobernador de Tierra del Fuego en la segunda vuelta celebrada ayer, en la que, según datos oficiales, derrotó al aliancista Jorge Colazo por casi tres puntos, unos 1000 votos. Los datos terminaron confirmando como un acierto el acuerdo celebrado entre el PJ y el gobernante Movimiento Popular Fueguino (Mopof), que permitió la incorporación del actual mandatario provincial, José Estabillo, al gabinete federal que impulsa Eduardo Duhalde, luego de una rápida gestión que llevó a cabo el gobernador santacruceño, Néstor Kirchner, uno de los arquitectos del triunfo. Desde la Capital, Eduardo Duhalde relanzó la idea de una "convergencia" de partidos que incluyan a Domingo Cavallo y al Modín. Según los primeros datos oficiales, la fórmula Manfredotti-Daniel Gallo había conseguido el 50 por ciento contra el 48,3 que logró la nómina del Frente Cívico y Social (como se denominó la Alianza) Colazo-Luis Augsburger. Desde su cuartel en Río Grande, Colazo, quien reiteró la ingenuidad de aceptar los datos de dos encuestas a boca de urna, se declaró ganador poco después de cerrado el comicio, pero a las 21 debió reconocer su error y admitir la victoria de su rival. Los sondeos a boca de urna le habían dado el triunfo por un par de puntos a Colazo, aunque rápidamente, los encuestadores salieron a cubrirse al admitir la posibilidad de un empate técnico. Colazo estuvo acompañado por Rafael Pascual, jefe de campaña de Fernando de la Rúa, los senadores José Genoud y Mario Losada, y el gobernador electo de Catamarca, Oscar Castillo. La influencia del pacto PJ-Mopof la admitieron los propios protagonistas. "El triunfo les pertenece a los justicialistas, pero también a los del Mopof y a todos los que decidieron acompañarme en este proyecto", dijo Manfredotti en Ushuaia, ciudad de la que es oriundo. Análisis con el que coincidió Pascual quien, disimulando la decepción, señaló: "El pacto tuvo mucha influencia, pero de cualquier manera la Alianza hizo una gran elección si se tiene en cuenta lo que sumaban con los porcentajes que consiguieron por separado, el PJ y el Mopof". Mientras que Colazo hizo una evaluación más localista al afirmar que "la gente entendió mejor la propuesta del PJ". Kirchner, en cambio, fue mucho más sincero, y sin descalificar a Manfredotti, directamente consideró a Estabillo y Jorge Garramuño (intendente electo de Ushuaia por el Mopof) como los "verdaderos dueños del triunfo además de Eduardo Duhalde y Ramón 'Palito' Ortega". Precisamente, la fórmula presidencial del PJ reconoció que no viajaron hasta Ushuaia, por temor a que se repitiera lo de Tucumán. Y Duhalde aprovechó para reclamar la prohibición de las encuestas a boca de urna. "Si los boca de urna fallan a nivel provincial, ¿qué va a ocurrir en la elección nacional?", se preguntó irónicamente el gobernador bonaerense. Al igual que en la elección del 20 de junio pasado, Colazo decidió permanecer en Río Grande, ciudad de la que es intendente y en donde lo sucederá un radical. Por su parte, Manfredotti permaneció en Ushuaia, en donde tanto el PJ como el Mopof lograron sacar la distancia que les permitió consagrarse victoriosos. Esta situación está generando una rivalidad entre los dirigentes de ambas ciudades que reflejó el propio Colazo, cuando votaba, al afirmar que "si Dios quiere, y la Virgen, ganaremos y la diferencia la vamos a hacer con los votos de Río Grande, tal como Estabillo hizo las dos veces que resultó gobernador con los votos de Ushuaia". Pero en este duelo entre las dos ciudad más importantes, Ushuaia les permitió al PJ y al Mopof, alzarse con la victoria. Según los datos oficiales, Colazo sacó en su ciudad una diferencia de 13,2 puntos por sobre Manfredotti, pero el peronista lo aventajó por 17,9 en la capital provincial. El clima político de estos comicios sorprendió y hasta disgustó a los fueguinos, ya que por primera vez desde que se convirtieron en provincia vieron nacionalizada la elección de su gobernador. Tanto Duhalde como De la Rúa viajaron seguido a la provincia para apoyar a los candidatos de su partido. Inclusive, el bonaerense celebró en Ushuaia una reunión de su gabinete federal, al que se incorporó Estabillo. En una jornada fría y soleada, los fueguinos concurrieron a votar lentamente, ya que la mayor concurrencia a las urnas se registró por la tarde. Según estaba establecido, debían votar 65.300 fueguinos en un total de 143 mesas, distribuidas 119 en Río Grande, 3 en Tolhuin, 115 en Ushuaia y 6 en la Antártida. Precisamente, los primeros datos oficiales que se conocieron fueron los de las bases antárticas en donde el PJ se impuso con 116 votos contra 26 de la Alianza y 12 en blanco, y uno anulado. Otro hecho que les dio carácter de inciertos a los comicios fue la revelación del juez electoral de la provincia, Horacio Maffei, quien sorprendió a todos cuando afirmó que el Código Electoral fueguino no establece ninguna resolución si en esta segunda vuelta empataban ambos candidatos y que, si se daba una igualdad en los números, debía realizarse una tercera elección. Este dato tuvo repercusión, rápidamente, ya que las encuestadores venían indicando un virtual empate técnico entre ambos postulantes. Pero con la nueva falla de los encargados de los sondeos previos y de los boca de urna, el dato se diluyó, aunque los constitucionalistas fueguinos se comprometieron a trabajar para enmendarlo.
VARIOS PROYECTOS CONTRA LOS
SONDEOS Los sondeos en boca de
urna y las encuestas políticas serán el eje de discusión a partir de esta semana en la
Cámara de Diputados, donde las comisiones intentarán acordar un proyecto que limite el
uso de estos instrumentos de medición y, en el Senado, donde se encuentran en estudio
cuatro iniciativas diferentes. En este sentido, los presidentes de las comisiones de
Libertad de Expresión, Legislación Penal, Asuntos Constitucionales y Comunicaciones de
la Cámara baja buscarán en los próximos días consensuar un proyecto que ponga límites
a los sondeos en boca de urna y a las encuestas horas antes de los comicios.
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