Por Diego Schurman
Juan se
despierta una mañana y la sensación térmica acaricia los 0 grados. Como otros casi
7 millones de pobres no tiene gas natural y hace malabares para calentar su pequeña casa.
Pero ya es tarde: se enfermó y necesita ver a un médico. Tendrá que ir al hospital
público ya que, al igual que otros 7,7 millones de pobres, no dispone de otro tipo de
cobertura médica. Aunque, claro, tiene un problemita extra. El centro de salud le queda a
más de 30 cuadras, algo que le sucede a 4,1 millones de pobres, y deberá tomar un
colectivo si es que no quiere morir de pulmonía. No sería nada si no fuera que por los
magros ingresos de su familia cuenta con apenas 1,18 pesos diarios para comunicación y
transporte, menos de los 1,40 pesos necesarios para un boleto de ida y vuelta en cualquier
colectivo.
Juan no es más que uno de los 13,4 millones de pobres de la Argentina. Y su entorno
socioambiental y de consumo se pudo recrear gracias a un cruce de datos oficiales
realizado por la consultora Equis (Equipos de Investigación Social), al cual Página/12
accedió en forma exclusiva.
El trabajo se basó en la Encuesta de Desarrollo Social realizada por el INdEC (Instituto
Nacional de Estadísticas y Censos) y el Siempro (Sistema de Información, Monitoreo y
Evaluación de Programas Sociales) sobre 26 mil hogares. El muestreo representa el 95,4
por ciento de la población urbana del país y el 83,4 por ciento de la población total.
Para el cruce también se utilizó el informe preliminar sobre pobreza en Argentina
elaborado por el Banco Mundial.
El tema está en la agenda de todos los candidatos y fue materia de
discusión en los últimos días entre el Gobierno, la oposición y representantes de la
Iglesia católica. La pobreza fue, además, la excusa de los candidatos del PJ, Eduardo
Duhalde, y de la Alianza, Fernando de la Rúa, a la hora de pedir una revisión de la
deuda externa. El primero utilizó la palabra condonar, el radical sugirió
una consideración política.
Carlos Menem y Graciela Fernández Meijide volvieron a discutir ayer mismo sobre el tema.
Llenó al país de pobres cuando había una fuerte clase media, acusó la
candidata a gobernadora de la Alianza. El Presidente se limitó a la respuesta de rigor:
comparar los índices de pobreza actuales con los del 89, cuando se registró un
brote hiperinflacionario (ver pá-gina 7).
Los principales conclusiones del trabajo de Equis, a cargo del sociólogo Artemio López,
son:
Las cloacas y el gas
son las carencias más importantes de la población pobre (ver cuadro). Y le siguen de
cerca los hogares con ausencias de veredas y desagües en el barrio de residencia. En
tanto la lejanía del hospital público, ubicado a más de treinta cuadras de la vivienda,
es la tercera privación en importancia.
No obstante, existe
una privación poco analizada pero muy extendida: el 28 por ciento de los hogares pobres,
constituido por 3,7 millones de habitantes, sufre la profunda carencia ambiental y
sanitaria de estar en las cercanías de un basural, mientras que otro 22,3 por ciento,
está en zonas inundables.
El 58,7 por ciento de
la población pobre, unos 7.685.000 de habitantes, no poseen otra cobertura que el
hospital público, en tanto el 35,6 por ciento posee obra social. Esta situación de
carencia es congruente con el aumento del desempleo y la creciente informalización del
mercado de trabajo, que registra un inédito nivel de empleo en negro en el universo de
trabajadores y empleados pobres.
La estructura de
consumo y los gastos efectivos por rubro varían de acuerdo al nivel real de ingreso por
hogar. Para el caso de alimentos y bebidas, el rubro de mayor gasto, el hogar pobre
destina para cubrir a sus cinco miembros 6,47 pesos diarios, lo que supone que para
alimentos ybebidas una familia bajo la línea de pobreza dispone de 1,29 pesos por persona
y por día.
Para esparcimiento y
cultura, el mismo hogar destina 0,13 pesos por miembro por día, mientras que para
transporte y comunicación se dispone de 1,18 pesos diarios para el conjunto familiar.
Esta situación de profunda carencia produce, entre otros efectos, que el 29,1 por ciento
de desempleados del Gran Buenos Aires integrantes de hogares pobres se sientan limitados
en sus chances de emplearse porque, según refieren en la Encuesta Permanente de Hogares,
no les alcanza el dinero para viajar.
CARENCIAS SOCIOAMBIENTALES |
Carencia
Hogares (%)
Población
Villa de emergencia o asentamiento
6,5
860.000
Con calles de tierra sin veredas ni desagües 35,9
4.750.000
Con vivienda precaria o muy deteriorada
9,3
1.250.000
Sin cloacas
56,9
7.500.000
Sin gas natural
51,3
6.800.000
Sin agua corriente
18,5
2.450.000
Sin alumbrado público
12,9
1.700.000
Sin electricidad
2,3
310.000
Con hospital público a más de 30 cuadras
31,0
4.100.000
Transporte a 10 cuadras o más
5,0
660.000
Teléfono público a más de 10 cuadras
8,0
1.060.000
Recolección de basura cada tres días o más 13,5
1.780.000
Comisaría a más de 30 cuadras
10,5
1.380.000
En área inundable
22,3
2.950.000
Cerca de un basural
28,0
3.700.000
Total bajo línea de pobreza
100,0
13.205.000
Fuente: Equis con datos Siempro. |
COBERTURA DE SALUD |
Tipo de cobertura
Población
(%) Población
Con cobertura obra social
35,6
4.700.000
Con cobertura mutual o prepaga
3,4
450.000
Con obra social y prepaga
1,6
210.000
Sólo emergencia
1,2
160.000
Sin cobertura (sólo hospital público) 58,2
7.685.000
Fuente: Equis con datos Siempro. |
Lo último que se pierde...
En las conclusiones del trabajo, el sociólogo Artemio López no sólo deja claro lo
evidente. Es decir no se limita a decir que los pobres son más pobres y que
las condiciones socioambientales básicas de los hogares vulnerables son
críticas. El trabajo de la consultora Equis también dedica un espacio a la visión
de los propios protagonistas de la investigación.
Al relevar las percepciones de los propios actores dice la Encuesta de
Desarrollo Social muestra que el panorama socioeconómico no es vivido individual o
familiarmente como horizonte inexorable. Por el contrario, hay claras expectativas en la
población sobre sus chances de superación individual o familiar de las carencias
presentes. En sí misma, esta situación constituye un verdadero activo cultural de los
sectores socialmente vulnerables: la perspectiva de un futuro individual y familiar de
menor carencia.
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Problema profundo
En el caso de la totalidad de los hogares ubicados por debajo de la línea de pobreza,
donde reside el 36,1por ciento de la población total de la Argentina, recibe en promedio
un 34 por ciento menos de ingreso que el requerido para superar el valor de la línea de
pobreza, en tanto que los hogares indigentes reciben un 79 por ciento menos del ingreso
requerido para abandonar la situación de pobreza.
Estas brechas no sólo demuestran la profundidad de la pobreza, es decir, que los pobres
son cada vez más pobres. También sugieren que, para el caso de un hogar tipo pobre de
cinco miembros, cuya línea de pobreza se valorizó en 644,11 pesos por mes, recibió como
ingreso efectivo 424,6 pesos, según la Encuesta de Desarrollo Social.
Un hogar similar pero situado en la indigencia recibió en 1998 unos 130,02 pesos, siempre
de acuerdo al informe del SIEMPRO (Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación de
Programas Sociales).
En ambos casos se trata de ingresos totales, por hogar y por mes, para cubrir las
necesidades de sus cinco miembros.
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