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Por Luciano Monteagudo Si el lanzamiento internacional de La guerra de las galaxias: la amenaza fantasma se convirtió en el mayor acontecimiento mediático del año para Hollywood, el inminente estreno en Estados Unidos de Eyes Wide Shut ("Ojos bien cerrados"), la película póstuma de Stanley Kubrick --que murió sorpresivamente en marzo, a días apenas de haber concluido el montaje-- pretende ocupar un espacio promocional sino equivalente al menos acorde a su escala, que no es pequeña, considerando que cuenta con el matrimonio Tom Cruise-Nicole Kidman como protagonista excluyente. La última edición del prestigioso semanario estadounidense Time, por citar un dato que grafica el interés que el film tiene para la industria, dedica su portada y ocho páginas interiores a un asunto que hasta ahora fue, según exigencias del propio Kubrick, un misterio absoluto. Lo poco que se sabía de las dos horas veintiún minutos film --que se conocerá en Estados Unidos el 16 de julio y en Argentina el 2 de septiembre, pocos días después de su proyección en la inauguración del Festival de Venecia-- es que se abre con una escena erótica de la pareja, con desnudos frontales, y se cierra con una orgía, con los participantes enmascarados. La foto de tapa de la revista y la producción interior, a cargo del retratista Herb Ritts, no hace sino sacar provecho de esas infidencias, con Tom y Nicole abrazados y aparentemente desnudos, en una pose tan insinuante como artificiosa. "All Eyes On Them" (Todos los ojos sobre ellos) es el título de la exclusiva de Time, que después de dejar constancia de quién es el director, quiénes los protagonistas y cuál es el tema del film --los celos y las obsesiones sexuales-- se pregunta: "¿Quién podría mirar para otro lado?". Hay uno, por lo menos, que ya lo ha hecho: Frederic Raphael, el coguionista, que acaba de publicar, en el ojo de la tormenta, un libro sobre su relación con Kubrick, describiéndolo como megalomaníaco, iracundo, excéntrico y last but not least, antisemita. "Una vez dijo que Hitler tenía razón en casi todo", denuncia en el libro, titulado Eyes Wide Open: A Memoir of Stanley Kubrick ("Los ojos bien abiertos: un recuerdo de Stanley Kubrick"). Steven Spielberg, que era amigo de Kubrick, declaró: "No reconozco a Stanley en esto que se ha publicado ahora". Autor de varias novelas y de los guiones de Lejos del mundanal ruido y Darling de John Schlesinger (por el que obtuvo un Oscar en 1965), Raphael le imputa a Kubrick que durante el período en que trabajaron juntos en la adaptación de Traumnovelle, el relato del dramaturgo vienés Arthur Schnitzler (amigo personal de Sigmund Freud) que está en la base de Eyes Wide Shut, el director le impuso erradicar todas las referencias al judaísmo del texto original, que narra las aventuras onírico-sexuales de un médico judío y su mujer en la Viena de principios de siglo. De hecho, el film llevó la acción al Nueva York actual, aunque el protagonista sigue siendo un simple médico y no un psicoanalista, como se había rumoreado erróneamente hasta ahora. "Sus allegados estamos dolidos e indignados", proclamó en Londres un portavoz de la familia Kubrick, después de que los tabloides ingleses --famosos por su amarillismo-- se hicieron eco de esta acusación, desnudando, además, detalles del argumento de la película, que se mantenía en secreto desde el comienzo del rodaje, allá por noviembre de 1996. El director de La naranja mecánica impuso a todos sus colaboradores, incluida la pareja protagónica, una cláusula contractual donde se especificaba que el silencio debía ser absoluto hasta el estreno. "La película es todo aquello que el espectador quiera ver en ella, es una experiencia diferente para cada uno de nosotros", afirma ahora Cruise. "La primera vez que vimos la película terminada quedamos en estado de shock", asegura a su vez Kidman. "La segunda pensamos que sí, que iba a ser una película controvertida. Pero estoy orgullosa del film y de ese período de mi vida. Fue mi obsesión, nuestra obsesión, por dos o tres años". Ese fue el tiempo que le llevó a Kubrick --famoso por su perfeccionismo-- concretar una película con la que venía soñando desde 1968, según acaba de confesar su viuda. La pareja de Días de trueno y Un horizonte lejano (los dos films anteriores en los que Cruise & Kidman compartieron la pantalla) debió resignar proyectos mucho más redituables y hasta mudar la familia a las afueras de Londres, para estar cerca de los estudios Pinewood, donde Kubrick imponía rodajes de 12 y hasta 16 horas, que le valieron al bueno de Tom una úlcera. Pero fue el único damnificado. Eyes Wide Shut, al menos tal como se la verá en los Estados Unidos, también tiene una pequeña ulceración, 65 segundos de la orgía final que han sido modificados digitalmente para cubrir las vergüenzas de sus participantes. La polémica alrededor de este conflictivo minuto ya comenzó, sobre todo si se tiene en cuenta que Kubrick nunca permitió modificaciones a su obra. Fue él en persona quien se negó a que la censura argentina mutilara La naranja mecánica (1971), por lo cual el film debió esperar a la primavera democrática del '73 para su estreno local. Pero de acuerdo con la palabra de Jan Harlan, productor del film en nombre de la Warner Bros., fue Kubrick quien propuso esta alteración de la imagen, como una forma de evitar los cortes que de otra manera hubiera exigido el sistema de autorregulación que rige a los grandes estudios norteamericanos. Fuera del imperio puritano, sin embargo, todo indica que se podrá ver Eyes Wide Shut con los ojos bien abiertos.
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