El otro cambio, los que se fueron Por Carlos Polimeni |
El martes pasado, el teatro Opera se llenó de público para una función de La Bella y la Bestia a beneficio de Madres de Plaza de Mayo. El viernes, el auditorio de ATE se colmó de otra pequeña multitud para un espectáculo de Opus 4, con Manuel Callau y Soledad Silveyra, a beneficio de Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora. En el medio, el presidente Carlos Menem, que indultó a los responsables de los crímenes de lesa humanidad durante la dictadura militar, recibió por segunda vez en la década a Abuelas de Plaza de Mayo. Al día siguiente, a otro símbolo, acaso devaluado, del pasado, Charly García. Las Madres de Plaza de Mayo de Hebe de Bonafini están reuniendo plata para un centro cultural, que ya funciona en la planta baja de su modesta sede donde, sin embargo, Bono se sintió en un palacio. Las Madres de Línea Fundadora necesitan comprar una sede. Muchas de ellas ya no pueden subir escaleras. No se sabe del todo bien que fue a hacer García a Olivos, o por qué fue, que tiene todo el derecho, si quiere. Sí, que Menem --que incluso se puso el brazalete de "Say no more" y lo abrazó-- ganó bastante más con el gesto que él. Hebe tuvo una de sus habituales subidas de mostaza, al comentar este sorprendente encuentro. No tiene más ganas de ser amiga de Charly, dijo. No se abraza con quienes se abrazan con el Presidente. Acaso ahora se dé cuenta de que el músico no tiene amigos, en realidad. En todo caso, tiene aliados. La función en que las figuritas televisivas Paola Krum, Florencia Peña, Cecilia Dopazo y Diego Ramos se sumaron a Fabiana Cantilo y León Gieco fue parte de un acuerdo por el cual el empresario Daniel Grinbank se puso al servicio de Madres. Para la Línea Fundadora, en el tercer viernes de octubre, se juntarán en un teatro, para una obra a determinar, los dos elencos más exitosos de la batería de programas que produce Adrián Suar, "Campeones" y "Gasoleros". "Nosotros estamos siempre al lado de las Madres: no tienen más que llamarnos por teléfono. Nunca dudamos. La sociedad está en deuda con ellas", planteó uno de los actores de "Gasoleros", Manuel Callau, que en la trama actual es el intelectual a la violeta, ex marido de Roxy, al explicar la adhesión de los elencos. "Aunque en realidad --agregó-- que las Madres no tengan una casa es una deuda de la sociedad consigo misma". Todas las madres deberían tener una casa digna. Todos somos hijos de madres. Si se mira a la sociedad argentina en perspectiva, a casi diez años del insultante indulto en épocas en que el periodista deportivo Fernando Niembro era secretario de Medios, y habiendo pasado mucha agua bajo el puente, cada vez queda más claro quién ha sido quién en este juego. Para la mayoría de la sociedad argentina de fin de siglo, en la concreción de una rara forma de justicia, hoy más que nunca los asesinos son los asesinos, y merecen repudio, las víctimas son las víctimas, y los deudos de las víctimas son los deudas de las víctimas. Como tales, merecen respeto y apoyo. El proceso tiene menos matices de los que reclamaría la verdad absoluta, pero de verdad, parte de una cancha embarrada. ¿A quién podía ocurrírsele hoy que Videla o Massera no merecen la cárcel y el rechazo de la gente de bien? Sin embargo, cuando Menem hizo lo que hizo, los que se opusieron en serio fueron los esclarecidos de siempre. La sociedad de entonces atrasaba. En estos diez años recuperó varios pasos. Litto Nebbia escribió en 1973, pensando en el lento, pero inevitable transcurrir del tiempo en un barrio, uno de los temas más líricos e importantes de su carrera. El estribillo dice, como una premonición que estremece,: "Si algo ha cambiado, eso es nosotros/ el otro cambio, los que se fueron".
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