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Un nuevo atentado, en este caso contra un concejal liberal, agravó ayer el clima de inseguridad en Corrientes, lo que llevó a la Legislatura de esa provincia a postergar la aprobación del paquete de medidas que el flamante gobernador Hugo Perié necesita para conseguir ayuda financiera. Así y todo, en el gobierno nacional volvieron a descartar la posible intervención federal y confiaron en que los propios correntinos solucionen la crisis. Eduardo Duhalde y Fernando de la Rúa coincidieron en señalar que la situación en Corrientes es grave, aunque consideraron necesario que los problemas se resuelvan en el marco de las instituciones provinciales. El ataque sufrido por el concejal liberal José Garay interrumpió la tensa calma que reinaba en Corrientes desde los episodios de violencia política del sábado pasado, que incluyeron el incendio de un local de la UCR y atentados contra sedes del autonomismo y el peronismo. La casa de Garay fue baleada por desconocidos a bordo de un Fiat Duna que habría sido visto en los anteriores hechos violentos, mientras el concejal conversaba en la vereda con dos dirigentes del Partido Liberal. Fueron disparos intimidatorios, ya que si hubieran querido herirme, podrían haberlo hecho fácilmente porque yo estaba de espaldas, explicó el edil. La necesidad de garantizar la calma obligó a la nueva administración correntina a poner toda la atención en la seguridad, explicaron voceros de Perié. Es que además del ataque contra Garay, el interés de los funcionarios provinciales estuvo centrado durante la jornada de ayer en el acuartelamiento que una veintena de policías protagonizó en la Municipalidad de Corrientes y que fue levantado después de una ardua gestión que en persona realizó el ministro de Gobierno, Jorge Pérez Rueda. Lo que la Legislatura tenía previsto aprobar y que quedó postergado para hoy era la denominada Ley de créditos, que autoriza a Perié a firmar nuevos empréstitos con la garantía de la coparticipación federal. También debía votar el pase a disponibilidad del personal que ingresó en la administración pública en los dos últimos años y al que se considera adherente al oficialista Partido Nuevo de Raúl Tato Romero Feris. A la espera de esas medidas con las que mañana viajará a Buenos Aires para entrevistarse con autoridades nacionales y representantes de diversos bancos en busca de ayuda financiera, Perié volvió a acusar a Romero Feris de haber realizado gastos descabellados y desopilantes y lo responsabilizó por la caótica situación de la provincia. También insistió en vincular al Partido Nuevo con los episodios de violencia política. Perié jamás hubiera llegado a sentarse donde está con el voto de la gente, respondió el acusado. El ministro del Interior, Carlos Corach, manifestó su esperanza de que la situación en Corrientes transcurra dentro de los carriles constitucionales y aclaró que al Gobierno no le consta quiénes fueron los autores de los episodios de violencia registrados en esa provincia. Otro tanto dijo el secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan, quien admitió la buena relación entre la Casa Rosada y Romero Feris. Duhalde opinó que se impone ayudar a la provincia financieramente y consideró que por más que vaya un interventor federal, si va sin plata, al tercer día lo sacan carpiendo. Por su parte, De la Rúa coincidió en que la crisis debe resolverse dentro del ámbito de las instituciones.
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