Por Fabián Lebenglik
El
fotógrafo Alberto Goldenstein, nacido en Buenos Aires en 1951, se formó en la New
England School of Photography de Boston y en los talleres y seminarios de Joel Meyerowitz,
Jerry Uelsmann y John Szarkowsky, durante la primera mitad de la década del ochenta. En
1993 recibió la Beca a la Creación Artística del Fondo Nacional de las Artes y, desde
hace cuatro años, es el curador de la Fotogalería del Centro Cultural Ricardo Rojas, que
depende de la Universidad de Buenos Aires.
El Centro Rojas, gracias a la galería de arte dirigida por los pintores y curadores
Jorge Gumier Maier entre 1989 y 1996 y Alfredo Londaibere, desde entonces y a la
fotogalería inaugurada en 1995 es una referencia central e ineludible para
las artes plásticas de la década del noventa. El propio Goldenstein, como docente en el
ámbito universitario de Buenos Aires y Rosario y desde su puesto en el Rojas, ha generado
discípulos y epígonos, influidos por su uso del color, por el clima, los escenarios y
actitudes fotográficas.
En varios sentidos, Goldenstein fue uno de los que ayudó, con su talento y puntos de
vista, a renovar toda una pesada tradición de la fotografía local, llena de prejuicios y
con una carga ideológica e instrumental proveniente de los vicios del fotoperiodismo.
Sonia Becce, curadora de la renovada galería de arte de la Alianza Francesa desde hace un
año y medio con una gestión que ha logrado un gran reconocimiento en poco
tiempo, invitó a exponer fotos a Goldenstein, quien inauguró su muestra el 23 de
junio.
Se trata de una muestra de notorio carácter gay, que funciona como una suerte de diario
íntimo del artista, provocativo y pudoroso al mismo tiempo, en donde se pueden ver
pinceladas cargadas de alusiones sexuales en el marco de una cotidianidad divertida y
decadente. Las escenas, personajes y paisajes de la exposición sugieren, casi siempre, un
clima de espontánea fidelidad a un modo de vida.
La sala de exposiciones, ubicada en el primer piso de la Alianza, Córdoba al 900, es,
desde el punto de vista de la funcionalidad arquitectónica, un amplio hall de
distribución y paso hacia las aulas y el auditorio. A través del conocido método de las
presiones rumorosas de señoras respetables y ofendidas que se vieron afectadas en su
pudor, las autoridades de la institución decidieron censurar una de las fotos.
Aunque la censura siempre asegura contra las intenciones de los censores mucha
prensa y por lo tanto un gran foco público sobre el objeto censurado, el episodio es muy
revelador.
Como la censura se produjo unos días después de inaugurada la muestra, varios mensajes
grabados por distintas personas en el contestador telefónico de quien firma estas líneas
denunciaron que una foto sin especificar cuál había sido cubierta con un
papel vegetal, con la advertencia de que puede ser vista por aquel que lo desee,
levantando el papel, de modo que los que atraviesan la galería hacia las aulas no
sean sorprendidos en su (buena o mala) fe. Entonces se desató en este cronista que
había visto la exhibición unos días antes un mecanismo censor: Como no sé
qué foto se tapó, ¿cuál de todas las fotos hubiera prohibido yo?, pensé. Lo
cierto es que, intentando emular el amor del censor, por las dudas, hubiera
tapado varias o, sin más trámite, todas, utilizando las armas de la autocensura. Es
decir: desde la perspectiva siempre perversa del que censura, la foto tapada podría haber
sido cualquiera. Pero de hecho es una en que un hombre desnudo se tapa el sexo con las
manos. De tal manera que la pieza cubierta por pudor, es una fotografía, ella misma,
pudorosa.
Como dato simbólico, la foto tapada está justo frente a la entrada del auditorio, que
lleva el nombre de Amalia Lacroze de Fortabat, quien a su vez es la presidenta de la
Alianza Francesa. Es un nombre asociado al mundo de la empresa, al impulso y fomento de la
cultura y a alguno que otro resonante episodio de censura, aunque no sea éste el caso.
(Avenida Córdoba 946, hasta el 16 de julio).
Inauguraciones de la semana
Pinturas de Pettoruti, desde ayer, en Rubbers, Suipacha 1175.
Alejandro Frangella, pinturas, desde ayer, en las salas 3 y 4 del C. Cultural San Martín,
Sarmiento 1551.
Alfredo Prior, El pequeño pabellón entre las plantas de melón, hoy, en el
ICI, Florida 943.
Tulio
Romano, esculturas, hoy, en Diana Lowenstein Fine Arts, Avenida Alvear 1595.
Germán Wendel, pinturas, y Fotografía: documentalismo y acción, hoy, en
Fundación Klemm, Marcelo T. de Alvear 626.
Harvey, esculturas, y Devoto, pinturas, hoy, en De Santi, Marcelo T. de Alvear 834.
Hilda
Zagaglia, pinturas, hoy, en Casa Argentina en Jerusalem, Avenida Corrientes 1145.
Esteban Lisa, Víctor Magariños D., Premios Costantini (pinturas) y Estudio Dujovne
Hirsch, proyectos y libro, mañana a las 19, en el M. N. de Bellas Artes, Av. del
Libertador 1473.
Egar
Murillo, Becas Eckel Santa María y Carmen Pérez, mañana, Centro Borges, Viamonte y San
Martín.
Dorrit
Yacoby, artista canadiense israelí, y Aníbal Cedrón (dibujos y pinturas), mañana, en
el Centro Cultural Recoleta, Junín 1930.
Presentación del libro Las cuevas búdicas de Dunhuang, de Osvaldo
Svanascini, mañana a las 19, en el Auditorio de la Universidad del Salvador, Marcelo T.
de Alvear 1335.
Taller
Sur, pinturas y cerámicas, mañana, en Palatina, Arroyo 821.
u Norma
Matthews, esculturas y pinturas, el jueves 8, en la Fundación Bollini, del Pasaje Bollini
2167.
Graciela
Viglietti, pinturas, el lunes 12, en VyP, Arroyo 959.
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Seiscientos cincuenta participantes
Para el Parque de la Memoria
El
viernes pasado cerró la recepción de proyectos escultóricos para participar del
Concurso Internacional de Esculturas Parque de la Memoria, organizado por la
Comisión Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado, el Gobierno de
la Ciudad de Buenos Aires, la Legislatura porteña y la Universidad de Buenos Aires.
El objetivo del concurso es seleccionar las esculturas en homenaje a los detenidos
desaparecidos y asesinados por el terrorismo de Estado, que serán emplazadas en el Parque
de la Memoria el segundo mayor de la ciudad, después del de Palermo, junto al
Río de la Plata.
El parque está ubicado entre la Ciudad Universitaria de Núñez y el río, como
prolongación de la Costanera Norte. De las 40 hectáreas del parque, 14 se destinarán al
Parque de la Memoria y serán atravesadas por una herida abierta en una elevación de seis
metros de altura cubierta de césped. A ambos lados de la grieta se colocarán las estelas
de granito con los nombres de todos los desaparecidos y asesinados por el terrorismo de
Estado. La herida desembocará en el Río de la Plata, y estará jalonada por dos plazas
ceremoniales donde el visitante podrá detenerse. Desde esas plazas podrán contemplarse
las distintas obras del grupo escultórico que formará parte del Parque.
El proyecto del parque fue seleccionado también por concurso, organizado por la Facultad
de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires y resultó ganador
el del estudio Baudizonne-Lestard-Varas, con la colaboración de Claudio Ferrari y Daniel
Becker como asociados.
La convocatoria local e internacional a los escultores fue un éxito, ya que se
presentaron alrededor de 650 proyectos escultóricos, mitad argentinos y mitad del resto
del mundo: de América latina, Europa y Estados Unidos y también de Filipinas, Indonesia,
Australia, Ucrania, Turquía e Israel, entre otros tantos países.
Además de los participantes por concurso, la Comisión Monumento a las Víctimas...
integrada por miembros de los Organismos de Derechos Humanos, de la Legislatura
porteña, del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y de la Universidad de Buenos
Aires invitó, fuera de concurso, a cuatro artistas argentinos: Roberto Aizenberg
(1922-1996), Juan Carlos Distéfano, Norberto Gómez los tres primeros cuentan con
un gran reconocimiento local e internacional y sus esculturas se destacan por la
contemporaneidad de la propuesta y Leo Vinc. También fueron invitados fuera
de concurso cuatro extranjeros de una gran trayectoria internacional: Jenny Holzer
(EE.UU.), la artista norteamericana que se destaca por los displays electrónicos en
lugares masivos y por los bancos de piedra y mármol con frases inscriptas, como los que
exhibió en el Museo Guggenheim. El brasileño Tunga, uno de los escultores más
renovadores de su país. Magdalena Abacanowicz, una pintora y escultora polaca
norteamericana que en estos días está presentando una impactante exposición en los
techos del Metropolitan Museum de Nueva York. Además está invitado el legendario artista
español Antoni Tápies, pero todavía este artista no reconfirmó su participación.
Tanto Jenny Holzer como Tunga tienen programado presentar grandes exposiciones durante
este año en el Centro Cultural Recoleta.
El jurado, de carácter internacional, está integrado por Carlos Alonso (dibujante y
pintor), Estela Carlotto (Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo), Berardo Dujovne
(arquitecto), David Elliot (británico, director del Museo de Arte Moderno de Estocolmo),
Paulo Hekenhoff (brasileño, director de la última Bienal de San Pablo y curador del MoMA
de Nueva York), Enio Iommi (escultor), Fabián Lebenglik (crítico), Llilian Llanes
(cubana, ex directora de la Bienal de La Habana), Marcelo Pacheco (curador y crítico),
Adolfo Pérez Esquivel (Premio Nobel de la Paz) y Françoise Yohalem (EE.UU., especialista
en arte público). Los miembros del jurado, reunidos desde ayer, seleccionarán 24
finalistas, quienes prepararán una presentación tridimensional de sus proyectos: en
maqueta, CD-rom o video, para lo cual se les darán $ 3000 a cada uno. En noviembre el
jurado volverá a reunirse para elegir las ocho obras que se colocarán en el parque,
junto con las ocho de los invitados especiales.
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