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La Alianza también apunta a las firmas privatizadas

La presentación del trabajo de la Mediterránea ante los banqueros fue la oportunidad para que la coalición definiera su postura.

Jesús Rodríguez, representante de la Alianza en la reunión de banqueros

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Por Pablo Ferreira

t.gif (862 bytes) “Para desarrollar mercados competitivos es necesario más competencia y, al mismo tiempo, más regulación para garantizarla”, disparó ayer el aliancista Jesús Rodríguez. El secretario general de la UCR salió así a competir con la ofensiva electoral del justicialismo contra las empresas privatizadas que lanzó el jefe de la bancada de Diputados, Humberto Roggero. La oportunidad la brindó el cavallista Juan José Llach, titular del Instituto de Estudios sobre la Realidad Económica Argentina y Latinoamericana (IERAL), quien ayer advirtió sobre “la reaparición del populismo” en materia regulatoria.
La segunda jornada de la Reunión Anual de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA) fue el escenario elegido por la Alianza para marcar posiciones sobre la falta de competencia en los mercados más sensibles de la economía y, sobre todo, sobre el espinoso tema de la regulación de los servicios públicos privatizados.
“Las normas institucionales que deben garantizar la competitividad de los mercados han estado ausentes durante esta década”, enfatizó el ex ministro de Economía en uno de los tramos de su intervención, apuntando al que calificó como “el flanco más débil” de la política de privatizaciones del Gobierno. Rodríguez sintetizó en una fórmula su posición: “Si hay mercado y no Estado, como dice Alain Touraine, lo que hay es un mercado negro”.
–¿Qué piensa hacer la Alianza frente a los monopolios públicos y los cuestionados entes reguladores? –le preguntó Página/12.
–Hay una batería de iniciativas que tienen que ver con asegurar los derechos y protección de los consumidores y, al mismo tiempo, generar reformas que produzcan más competencia y más eficiencia en la prestación de los servicios públicos. Además, también hay que terminar con estos monopolios privados que hacen del ciudadano y del consumidor un prisionero.
–¿Van a modificar a los entes reguladores?
–Sin ninguna duda, porque hoy no están existiendo como tales.
Para el representante de la coalición opositora los casos más notorios de distorsión de la competitividad local son los teléfonos, Aerolíneas Argentinas, las concesiones viales e YPF. “El precio de los combustibles líquidos en Estados Unidos y Francia es un 50 por ciento más bajo que en Argentina”, remarcó al respecto. Tampoco dejó de mencionar el caso del mercado de la telefonía en Chile, expuesto en la propia investigación del IERAL en un panel anterior de la convención de los banqueros, que destaca la presencia de no menos de siete empresas compitiendo en la zona capitalina de Santiago. Los resultados fueron contundentes: las tarifas cayeron alrededor del 50 por ciento desde mediados de esta década.
El trasfondo de este debate en ciernes es el nuevo escenario generado por los legisladores del PJ a comienzos de la semana. Movilizados por Mario Cafiero, dieron a conocer su disposición a presentar una serie de proyectos que apuntan, centralmente, a podar las ganancias extraordinarias de las empresas privatizadas. Entre las iniciativas, que apuntan a conformar un paquete de medidas, figura la eliminación de las rebajas patronales a esas empresas que permitiría recaudar 300 millones de pesos anuales. Esta propuesta, que aportaría la mitad de los fondos para el aumento de las jubilaciones mínimas, fue consensuado con el ministro de Trabajo, José Uriburu.
La artillería electoral de los diputados oficialistas, por otra parte, incluye la aplicación a las ex empresas del Estado de la cláusula de “neutralidad tributaria” que prevén los contratos. Esta idea, tomada de investigaciones de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), implica cobrarles a las concesionarias unos 500 millones de pesos facturados en exceso a los usuarios al deducir de las tarifas –como debieron hacer– diversas reducciones impositivas y arancelarias.

 


 

FERNANDO CARDOSO DESCALIFICO LA PROPUESTA DE MENEM
Brasil no quiere moneda única

t.gif (862 bytes) El presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso salió al cruce de las declaraciones de Carlos Menem referidas a una moneda única del Mercosur. “Es un asunto que debe tratarse dentro de mucho tiempo, ya que no hay motivo para precipitar una conversación sobre qué moneda será la elegida o si debiera crearse una nueva”, afirmó Cardoso, descartando la iniciativa de su par argentino.
De todos modos, Menem volvió a insistir ayer con la idea de crear una moneda única en el continente americano, y ratificó que esa moneda debería ser el dólar. “¿Cuál es la moneda fuerte en nuestro continente, además del peso que está a la par del dólar? Respecto del dólar va a llegar un momento en que tengamos que optar o imponer una moneda única”, dijo Menem en declaraciones radiales.
El lunes Menem había dicho que el peso argentino podría ser la moneda única de la región. Ayer explicó que “hace unos días el ex ministro Cavallo dijo que estaba de acuerdo con la moneda única y proponía el real como tal, entonces ayer (por el lunes) hice referencia al tema, y dije que el real era una buena moneda, y por qué no el peso que está a la par del dólar”.
Teniendo en cuenta la propuesta de la moneda única, la Fundación Capital, que dirige Martín Redrado, sostiene como una posibilidad cierta un nuevo régimen cambiario para el Mercosur con bandas de flotación. “Esta es una alternativa intermedia entre los regímenes vigentes en los dos socios mayores”, asegura el informe. Más aún, la Fundación afirma que “sería prudente que las bandas de flotación estuvieran referidas a una canasta de monedas integrada por divisas fuertes (dólar, euro y yen) y cuya composición dependerá básicamente de la estructura de comercio de la región (origen de las importaciones y destino de las exportaciones)”. En tanto, explica que así “se evitaría una excesiva dependencia respecto de la política monetaria estadounidense, diversificando el riesgo hacia otras naciones o áreas no menos importantes en el espectro mundial”.

 

Qué piensan los banqueros

Ayer se conoció en ABA una encuesta entre 173 banqueros participantes de la convención que revela que los financistas quieren que el próximo presidente continúe la obra de Carlos Menem. Por ejemplo, la mayor parte de los consultados “espera una figura presidencial fuerte, con poder político sobre la estructura partidaria” y capaz de continuar con la consolidación del “modelo económico”. El sondeo, realizado por Eduardo D’Alessio/Louis Harris, muestra que el 77 por ciento de los encuestados pide “respeto a la seguridad jurídica” para “asegurar una buena relación entre Estado y mercado” en la transición política al próximo gobierno. El 70 por ciento, en tanto, reclama un candidato con “autoridad y poder político”. Y el 47 por ciento demanda la “continuidad del modelo económico”. El 45 por ciento, en tanto, dice que hay que “respetar las obligaciones internacionales”. Mientras que el 44 por ciento sugiere “no caer en legislaciones populares (sic) sin pensar en las consecuencias económicas”. En cuanto a la política regulatoria del Estado, los banqueros tienen diversas opiniones según el sector de que se trate. El 46 por ciento pide desregulación en el sector de telecomunicaciones, mientras que la mayoría –no es casualidad– pide que las cosas se mantenga como están en el sistema financiero. En cuanto al impacto de la crisis brasileña sobre la economía argentina, la mayoría coincide que reducirá el empleo.

 

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