Por Laura Vales Este jueves, después de dos semanas de audiencias públicas y
orales, los jueces Enrique Pose, Floreal de Laurentis y Enrique Alvarez Aldana darán a
conocer su veredicto sobre el caso Trovato. El ex juez, acusado de haber recibido un
placard de 19.000 pesos como regalo de una empresa a cambio de beneficiarla en una causa
judicial, escuchará la sentencia junto a otros dos coprocesados: Antonio Visciglia, ex
directivo de Almagro Construcciones, y José María Orgeira, quien se desempeñó como
abogado de la firma. Estos son los puntos que comprometen la situación de Trovato:
Almagro
Construcciones pagó el placard: lo confesó el ex vicepresidente de la empresa, Antonio
Visciglia, y lo ratificó el carpintero Noel Tejera: Ellos me pagaron los 19 mil
dólares; a Trovato nunca lo vi, puntualizó Tejera. El carpintero dijo que acordó
el precio con Visciglia y que cobró una de las cuotas en el estudio del abogado José
María Orgeira. El tribunal cuenta con los recibos firmados por Tejera; todos llevan el
sello de Almagro Construcciones. Los gastos también quedaron acreditados en los registros
contables de la empresa.
En su defensa, Trovato sostiene que nunca se enteró del tema. Su versión es la
siguiente: él solamente pidió a Visciglia que le recomendara un carpintero. Su esposa,
Graciela Desimone de Trovato, arregló el presupuesto. Después, entregó a Tejera un
adelanto e intentó saldar el resto de la deuda, pero la mala fortuna se lo impidió. Como
estaba a punto de salir de vacaciones, puso en manos del diplomático Julio Pueyrredón
Saavedra Lamas ocho mil dólares para que se ocupara de controlar que el vestidor
estuviera bien terminado y, en ese caso, pagara al carpintero. El diplomático de triple
apellido no pudo cumplir con su misión porque sufrió un accidente y debió ser
internado. Meses más tarde devolvió los ocho mil a Trovato ante escribano público. El
planteo de los defensores es que, en última instancia, se trató de una dádiva y no de
una coima. Nadie puede evitar que le hagan un regalo, argumentan.
Hubo un acuerdo
de voluntades para cometer el delito: el ex vicepresidente de Almagro Construcciones dijo
que todo fue arreglado con Trovato. En la primera audiencia del juicio oral, Visciglia
contó que conoció al ex juez a principios de 1995, cuando Trovato tenía a su cargouna
investigación abierta por la muerte de Lourdes Manzanares, una nena de cinco años que
cayó por el hueco del ascensor de un edificio levantado por Almagro Construcciones. José
María Orgeira organizó un almuerzo para presentarlos. Después, el abogado fue designado
para representar a la empresa en la causa Manzanares y logró que Trovato levantara la
clausura del ascensor donde ocurrió la tragedia. Días más tarde, según Visciglia, el
ex juez lo invitó a un encuentro de pastores evangelistas, y allí le pidió el placard.
Fue prácticamente una exigencia, agregó Visciglia. El hombre intentó
mostrarse casi como la víctima de una extorsión, y juró que él siempre fue un simple
empleado que obedecía órdenes. En este caso las de su jefe Urbano González
presidente de la empresa a quien dice que consultó y que recibió la
indicación de acceder al pedido.
Trovato y Orgeira niegan que aquel almuerzo haya existido. El ex juez insiste en que
recién conoció a Visciglia en el encuentro de pastores evangélicos, realizado después
que ordenó la rehabilitación del ascensor. El evangelista Ricardo Do Campo, anfitrión
de esa reunión, lo respaldó.
Hubo una
contraprestación a cambio de placard: Trovato asegura que nunca hubo razón alguna para
que la empresa le hiciera semejante regalo. En principio, porque ninguno de sus directivos
estuvieron imputados en la causa por la muerte de Lourdes Manzanares. Sus abogados
recuerdan que el caso fue finalmente cerrado por el juez Fernando Larraín tras considerar
que la muerte se produjo en forma casual, es decir, que no existió delito alguno.
Para los fiscales Eduardo Marazzi y Juan Manuel Sansone, quienes hoy acusarán a Trovato
de cohecho agravado, el levantamiento de la clausura del ascensor fue una de las
contraprestaciones que hizo Trovato. Creen además que, a cambio del placard, Trovato pudo
haber prometido favorecer -o no perjudicar la posición de la empresa en la causa.
Trovato ordenó
desarmar el placard: cuando la jueza Silvia Ramond allanó el departamento de Trovato se
encontró con que estaban desarmando el vestidor. Durante el juicio oral, Noel Tejera
confirmó que colocó en el mueble hasta el último tornillo; cuando le mostraron las
fotos tomadas por la delegación judicial no tuvo dudas: por lo que veo,
efectivamente, el placard fue desmontado, sostuvo. Trovato llevó al juicio a
Horacio Romero, el carpintero sorprendido en pleno trabajo por la Justicia. Romero dice
que fue convocado para arreglar una cajonera del vestidor, y que las fotos fueron tomadas
cuando lo estaba rearmando tras cumplir con esos arreglos.
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