Por Martín Pérez En la historia moderna del
emporio Disney, que empieza hace una década con La Sirenita, ninguna película ha
recibido críticas tan elogiosas como Tarzán, que se estrena mañana aquí, junto con
otro coloso del negocio, el Episodio 1, La Amenaza Fantasma, es decir la cuarta parte de
la saga de La guerra de las galaxias. Al menos eso asegura el presidente de la Sección
Animación de Disney, Thomas Schumacher, que bajó a la Argentina junto al animador
español Sergio Pablos para apoyar el lanzamiento del nuevo producto, como habían hecho
otros ejecutivos de la casa antes de los estrenos de Hércules o Mulan. Proveniente del
teatro y el ballet también se encarga, de hecho, de los proyectos teatrales de la
empresa, Schumacher no era precisamente un fanático de la animación diez años
atrás, cuando ingresó a Disney. Me metí en esto porque nadie quería
hacerlo, le confesó a Página/12, recordando que en aquellos tiempos preRoger
Rabbit la animación no era una industria floreciente. Una década más tarde, Rey León
mediante, Schumacher supervisa el desarrollo y la producción de todos los films del
imperio. Es increíble lo que sucede con Tarzán, cuenta. De todos
nuestros films, es el que recibió críticas más unánimemente favorables. Richard
Corliss, de la revista Time, llegó al punto de incluir en su crítica menciones a Clinton
y de la gran escena política y social norteamericana, algo único. Incluso a Janet
Maslin, la crítica del New York Times, le encantó. Y a ella nunca le gustan nuestros
films. Detestó Mulan, de hecho.
Se dice que la gran ambición aún sin saciar de Disney es el Oscar a la mejor
película ... ¿Tarzán está cerca de lograrlo?
Nunca se sabe. Es increíble el apoyo que ha tenido Tarzán, me sorprende incluso a
mí. Pero... creo que eso es algo que nunca lograremos. Lo más cerca que llegamos fue con
la nominación de La Bella y la Bestia a mejor película. Y con la de mejor guión a Toy
Story. Otra sorpresa.
¿El súper éxito de El Rey León también fue una sorpresa?
Cuando comenzamos con El Rey León nadie creía en ella. Decían que a nadie le iba
a interesar, que no había nada en ella. Y fue la película que terminó cambiando el
mundo de la animación...
¿Usted fue el primero en decir que El Rey León podía andar?
Creí en la película desde el comienzo, y fui el que involucró a Elton John en el
proyecto. Tiene que entender que absolutamente nadie creía en ella. Nadie se puso a mi
lado en los comienzos y por momentos fue una pesadilla. Claro que después fue un hit, y
por eso cada vez que escucho que alguien me dice que El Rey León es su película favorita
de Disney me dan ganas de agarrarlo de las solapas y decirle: ¿Dónde demonios estabas
cuando yo comencé con esto y a nadie le gustaba?
¿Es verdad que films que fracasaron, como El increíble mundo de Jack, de Tim
Burton convencieron a Disney de continuar con los grandes proyectos de animación?
Es verdad. El increíble... fue para nosotros un fracaso, ya que pensábamos que iba
a tener más éxito que el que tuvo, pero nos enseñó varias cosas. Por un lado, que
valía la pena traer nuevos talentos al estudio. De hecho, fue recién luego de nuestra
relación con Harry Sellack que nos asociamos con John Lassiter, el director de Toy Story.
Y la otra cosa que aprendimos fue que no podíamos involucrarnos con una película que no
fuese una colaboración. En última instancia, El increíble mundo ... es una película de
Tim Burton, en la que tuvimos poca injerencia. Y a partir de ella nos dimos cuenta de que
el estudio no se podía volver a poner en una situación igual. Ese fue, precisamente, el
arreglo con Lassiter: que aunque sus películas iban a reflejar sus ideas, debían ser un
trabajo en colaboración.
Sin embargo, la gran virtud de los films de Disney es que tienen personalidad. Más
allá de ese trabajo en conjunto, sus mejores films son los que mantienen la visión de
sus directores...
Pero es que mi trabajo no es tratar de homogenizar la producción, nada de eso. Debo
decidir qué es lo especial en cada proyecto, y qué director lo llevará a cabo mejor. Y
a partir de entonces trabajar en conjunto para desarrollar esa visión. Mi orgullo es que,
luego de todos estos años de trabajo, en la actualidad hay doce films en producción
dentro del departamento de animación, y el rango estilístico que abarcan es
impresionante. Desde Atlantis, que es un film mural, de acción y aventura, sin canciones
ni nada, a Lelo & Stich, una historia íntima y personal ambientada en Hawaii, a cargo
de Chris Sanders, uno de los directores de Mulan. También tenemos un western contado
desde el punto de vista de una vaca, o si no Dinosaurios, una película que combina
animación y acción viva, que se supone que debe lucir como si fuese filmada hace dos
millones de años. Y también estamos haciendo La Isla del Tesoro, una versión espacial
del clásico de Stevenson que es el nuevo proyecto de Musker y Clements, los responsables
de Aladino y Hércules. Son películas muy diferentes en temas y estilo, en tono, escala y
técnica. Y, lo más importante, es que si la pregunta es cuál de ellas va a ser el
próximo Rey León o la próxima Toy Story, difícilmente pueda responderla. Nunca se
sabe. Sin ir más lejos, a mí me gusta más Mulan que Tarzán. Pero está visto que no se
puede hacer nada contra el rey de los monos.
Un español en la gran factoría Responsable del personaje de Hades en Hércules e integrante del equipo de
animadores de El Jorobado de Notre Dame y A goofy movie los dos films de Disney
realizados en Europa, el español Sergio Pablos acompañó a Schumacher a Buenos
Aires para anticipar el estreno de Tarzán. Supervisor de la animación de Tantor, el
elefante neurótico amigo de Tarzán, Pablos se encuentra actualmente trabajando en La
Isla del Tesoro, el nuevo film de los creadores de Hércules. Estamos en la etapa de
experimentación, puliendo el guión, probando estilos ... aún no hay nada de qué
hablar. Instalado en Los Angeles, Pablos forma parte de la mayor comunidad de
animadores de Disney, por lo que tiene acceso directo a los proyectos en marcha. La
primera vez que se nos muestra un film a los animadores ajenos al mismo, suele estar
animado apenas un veinte por ciento. Y sólo a lápiz. La exhibición se completa con
dibujos fijos, acompañados por demos de canciones o apenas por un relato monocorde.
Después de la exhibición se habilita un e-mail, para que todos dejemos en ella nuestras
ideas, explica. De los proyectos en marcha, Pablos sólo ha visto Dinosaurios
-la técnica te deja con la boca abierta, asegura y espera que en los
próximos días se muestre el primer esbozo de Atlantis. Pablos dice que todas las
películas de Disney entran en pánico a mitad del proyecto. Sin la animación la
idea puede ser divertida, pero el dibujo comunica poco. Eso es lo que hay que intentar:
que en cada paso comunique cada vez más. |
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