Por Fernando DAddario La referencia a la historia de
las orquestas de tango es una invitación a recorrer la médula espinal del género. Si la
poesía tanguera expresa lo afectivo y costumbrista, y el canto alude a lo más visceral y
sanguíneo del tango, el devenir de las orquestas, con sus procesos de crecimiento,
apogeo, decadencia y revivals varios, constituye el hilo conductor de esta música del
Río de la Plata. Acaso con ese espíritu, el programa Volver Tango, del canal
Volver, se animó a producir una más que interesante retrospectiva de las orquestas
tangueras. La edición especial consta de tres capítulos, el primero de los cuales se
verá hoy a las 23. Como el trabajo reconoce un estricto orden cronológico, esta primera
entrega contempla los orígenes y la primitiva evolución de las orquestas, centrándose
en el período comprendido entre 1895 y 1935.
Sin demasiadas especificaciones sobre el origen social del tango, ni detalles sobre la
influencia de inmigrantes y criollos en la sucesiva incorporación de instrumentos, el
intento se convierte en un informe completísimo sobre la evolución musical de las
distintas formaciones orquestales. Con imágenes inéditas en televisión, el primer
capítulo parte del cuarteto de Vicente Grecco y se detiene en la formación de la
orquesta típica criolla en 1910, con especial énfasis en el pianista y director Roberto
Firpo y en Francisco Canaro. La progresión estilística del programa marca la saludable
intención de proyectar los estilos de estos dos músicos en el futuro del género. Con
Osvaldo Fresedo como una suerte de bisagra aristocrática entre esta Guardia Vieja y la
renovación de Julio De Caro (un paradigma del tango en los años 20), la historia iría
marcando distintas maneras de concebir las formaciones orquestales: una más refinada (que
podría estar representada por Carlos Di Sarli), otra más popular (cuyo paradigma fue, en
los 40, Juan DArienzo) y una tercera con el acento puesto en la grandilocuencia
(Mariano Mores, involuntario sucesor de una estética marcada por Francisco Canaro).
De cualquier modo, y más allá de las imágenes, cobran protagonismo los apuntes de los
entrevistados, más de 50 entre los tres programas. Resulta interesante encontrarse por un
lado con las palabras del recientemente fallecido Fulvio Salamanca, refiriéndose
especialmente a su participación como músico de DArienzo, y por el otro Héctor
Pacheco, cantor de Fresedo, quien cuenta que en aquellos tiempos no había bacán
que no quisiera ir a la casa de Fresedo, que nunca hizo bailes en los clubes de
barrio. En los sucesivos capítulos aparecen comentarios de nombres ilustres del
tango, como José Libertella, Atilio Stampone, Domingo Federico, Horacio Ferrer, Emilio
Balcarce, Leopoldo Federico, Carlos García, Rodolfo Mederos, Luis Stazo, Mariano Mores,
Osvaldo Piro, Alberto Podestá y Julián Plaza, entre otros. También se requirió la
opinión de escritores, periodistas e historiadores, como Horacio Salas, Oscar del Priore,
Gabriel Soria, Ricardo Ostuni, Eduardo Rafael, Héctor Negro, Julio Nudler y Natalio
Gorín.
Los puntos fuertes de trabajo se concentran en los dos primeros capítulos. El segundo,
que se verá el miércoles próximo, recorre la época de oro, entre 1935 y 1945. El
tercer capítulo, que abarca el fluctuante período 1945-1999 y se verá el 21 de julio,
es el más flojo de los tres, quizá porque sólo los tangueros renovadores
quisieron referirse a Astor Piazzolla (con lo cual no hay contrapunto posible), fenómeno
musical que es abordado tangencialmente por el ciclo. Adrián DAmore, productor
periodístico del programa, señaló a Página/12 que la estatura artística de
Piazzolla y los diversos formatos en que manifestó su música excedieron su condición de
director de orquesta.
Volver Tango ya había realizado diversos trabajos biográficos sobre Troilo,
Goyeneche, Pugliese, Tita Merello y Leopoldo Federico, entre muchos otros, además de
programas temáticos, sobre la historia del baile y sobre los letristas del tango. Pero
ésta es, seguramente, su apuesta máslograda. Para setiembre prometen un especial sobre
el bandoneón y sus intérpretes. Será cuestión de preparar la videograbadora
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