Por Nora Veiras Esto es tremendamente
raro, repetía por su teléfono celular el radical Raúl Vicchy. Lo
raro, en realidad, era el papelón casi unánime que estaban haciendo los
diputados en la sesión convocada para sancionar la modificación a la Ley de Incentivo
Salarial Docente. Con la presión del lockout de los camioneros, el anuncio de paro de los
colectiveros y el arrastre de veintisiete meses de Carpa Blanca, los legisladores
parecían no saber qué hacer. Finalmente, el oficialismo archivó el proyecto de
reducción del gravamen y votaron la prórroga hasta el 15 de noviembre del pago del
impuesto sobre autos, aeronaves y embarcaciones.
La interna Menem-Duhalde partió al bloque peronista y para evitar ponerlo en evidencia no
avanzaron en las exenciones. Radicales y frepasistas licuaron en esa fractura sus propias
desavenencias. Ahora nadie va a pagar, despotricaban los aliancistas.
El 18 de noviembre del año pasado, menemistas, duhaldistas y aliancistas se abrazaron y
festejaron la sanción del Fondo de Incentivo Docente. Siete meses más tarde, la
sensación de haber votado una ley que no solucionó el conflicto docente y provocó
nuevos frentes de disputa era lo único que unificaba el discurso de las bancadas dividas
internamente.
Los cambios fueron vertiginosos. A las 17.30, el presidente de la Comisión de
Presupuesto, Oscar Lamberto, presentó en el recinto el proyecto de reducción del
impuesto del 70 por ciento para transportistas de cargas y pasajeros, del 30 por ciento
para aeronaves y embarcaciones y la exención para los autos oficiales, policías,
bomberos, taxis y remises. Los 70 millones de pesos que se perderían por estas
rebajas los va a garantizar el Tesoro de la Nación, aseguró Lamberto. Hasta ese
momento el peronismo estaba convencido de que sólo tendría que conseguir que la mayor
parte de las conciencias de los legisladores radicales se sumaran a esa
propuesta.
El radical Rodolfo Terragno, quien había avalado, en disidencia, la propuesta de rebaja
de la tasa del 1,5 por ciento al 0,3 por ciento para el gravamen sobre autos y aeronaves,
hizo un mea culpa por la Ley de Incentivo Docente y dramatizó con que a ese chico
que la semana que viene no le va a llegar la leche por la falta de abastecimiento no le
podemos decir que la culpa sea de uno u otro. Tenemos que encontrar una solución.
Terragno estaba lejos de reflejar la postura unánime del bloque. Excepto José Gabriel
Dumón y Raúl Vicchy, quienes también habían aceptado la propuesta de Lamberto y
Humberto Roggero como una fórmula para zanjar el conflicto planteado por el reclamo de
los propietarios de camiones, la mayor parte de los radicales refunfuñaban en voz baja.
Los corrillos se retroalimentaban dentro de los bloques y entre las cabezas de cada
fuerza. El frepasista Darío Alessandro responsabilizó en primer lugar al gobierno por
no cumplir con la Ley Federal de Educación que establece la duplicación del
presupuesto educativo en cinco años, consideró que modificar la ley era
premiar a los que no pagaron y recordó que el peaje (de alta incidencia
en los costos de los transportistas) aumentó un 70 por ciento entre 1991 y 1998, al
tiempo que sigue injustificablemente alto el precio de los combustibles.
Los cafés y los bizcochitos de grasa corrían por las bancas mientras aparecían las
fisuras en los bloques. La frepasista Mary Sánchez propuso antes que nada rechazar
el veto a la garantía del Tesoro Nacional para el fondo de 700 millones de pesos y
machacó con que el impuesto sobre autos, aeronaves y embarcaciones fue una
propuesta del gobierno porque no aceptaron ninguna otra. El ex ministro Domingo
Cavallo coincidió en el primer punto con Sánchez ante la sorpresa de los radicales.
Miralo, ahora nos corre por izquierda murmuraba la radical Cristina Guevara,
molesta con la postura de algunos de sus correligionarios que habían anunciado el
respaldo a la ocurrencia del oficialismo.
En ese momento, el senador peronista Augusto Alasino cruzó el Salón de los Pasos
perdidos y desde atrás de la cortina empezó a llamar a losdiputados duhaldistas. La
interna entre el presidente Carlos Menem y Duhalde había estallado otra vez en el
Parlamento. Duhalde no puede quedar como el candidato antieducación y, además, dar
señales de que negocia bajo presión, empezaron a repetir algunos mientras otros,
menos elípticos, jugaban a que Menem pague el costo de reprimir. En segundos,
la bancada peronista se vació. Roggero dijo que así no podemos seguir y
radicales y frepasistas festejaban el desbande peronista que tapaba el propio.
Tras bambalinas, los peronistas negociaban mientras el frepasista Alfredo Bravo pedía
indignado que alguien le explicara la farsa de votar leyes por unanimidad para estar
meses después a fojas cero. La fórmula para superar el papelón fue pasar a un
cuarto intermedio. Cuando todos creían que la sesión naufragaba, el peronismo volvió a
sus bancas. Evitaron la votación del proyecto de Lamberto y acordaron impulsar la
prórroga del pago del impuesto. La Alianza perdió por 97 a 82 el intento de extender el
vencimiento sólo hasta el 31 de agosto y triunfó la postura de Roggero de llevarlo al 15
de noviembre. Nos querían meter el quilombo dentro de la campaña electoral y
logramos patear la pelota afuera, festejaban los hombres de Roggero. El problema
quedará para el próximo presidente, sea quien fuera.
LOS TRANSPORTISTAS SE AFLOJARON Y ENSAYAN SU
DEFENSA
No obligamos a volcar la leche
Por Raúl Dellatorre
Mario
Romero, directivo de la Confederación Argentina del Transporte Automotor de Cargas,
dialogó con Página/12 y explicó la posición del sector, sin ahorrarse críticas a los
sectores empresarios que cuestionan la medida de fuerza.
Los directivos de la CATAC siguieron ayer, hasta última hora de la noche, los
acontecimientos que se sucedían en la Cámara de Diputados. Esperaban una votación que
favoreciera una quita del 70 por ciento en el impuesto docente para los
autotransportistas. Finalmente, la prórroga en el vencimiento del impuesto y la
declaración de ilegalidad de la medida de fuerza aflojó la dureza que mantenían hasta
el atardecer.
Hay muchos sectores empresarios, especialmente de la industria de la alimentación,
que los han criticado muy duramente por la medida de fuerza. ¿Han tenido contacto con
ellos?
Nos ha llamado la atención que industrias que van a desaparecer con esta política,
como nosotros, nos critiquen porque protestamos. Cuando ellos protestan o aumentan los
precios porque le aplican algún impuesto, nosotros los hemos respetado. Pero parece que a
veces, cuando alguien no tiene nada que decir, dice cualquier cosa.
Pero había un compromiso de CATAC, por ejemplo, de dejar pasar al transporte de
leche y, según los industriales del sector, no ha sido así.
Nunca se les prohibió el paso. Fíjese que han volcado leche únicamente donde hay
cámaras de televisión. ¿No le sorprende? A ningún camión se lo paró o se lo obligó
a volcar la mercadería. El que quiso seguir siguió. Serán aquellos que pagan el
impuesto y están contentos de pagarlo.
¿Qué posición tienen respecto del desabastecimiento de alimentos que están
provocando con estas medidas?
Nosotros no somos responsables del desabastecimiento. Todos sabían, por lo menos
con diez días de anticipación, de este paro. No tomaron precauciones sólo quienes no
creyeron en el cumplimiento de la medida. Por otra parte, hasta el viernes (por mañana)
está asegurado el abastecimiento, si no hay estampida de los consumidores, por el miedo
que esta gente les está metiendo en la cabeza.
¿Por qué no levantaron la medida apenas se conoció el dictamen de comisión
favorable a la quita en el impuesto, como se habían comprometido a hacer ayer (por el
martes)?
No era ése el compromiso. Hasta que no hubiera una señal clara en favor de nuestro
reclamo, no íbamos a levantar la medida.
Una ley de Perón
resultó mejor salida que el estado de sitio
Día de corrillos en la Cámara de
Diputados. Aquí, un scrum del bloque peronista.
El oficialismo consiguió una prórroga que tira el problema al próximo presidente |
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Por Adrián H. Mouján
Antes de conocer el
resultado de la votación el presidente Carlos Menem firmó a las 19.30 los decretos para
restablecer la ley de Abastecimiento y declarar la ilegalidad del lockout empresarial que
le generó un importante conflicto a cinco meses de su salida del gobierno. Menem quiso
aparecer adoptando un rol expeditivo. Pero además consiguió el apoyo del duhaldismo y la
Alianza, que rechazaban el estado de sitio, para resucitar la ley de Abastecimiento.
Los artículos a los que la Secretaría de Seguridad Interior, a cargo de Miguel Angel
Toma, que sería la encargada de implementarlo, consideraba ayer fundamentales son el dos
y el cuatro.
El dos señala que en caso de necesidad imperiosa de asegurar el abastecimiento y o
prestaciones de servicio, se podrán intervenir temporariamente empresas de
transportes.
El cuatro dice que se sancionará a quienes desviaren el abastecimiento normal o
habitual de una zona a otra sin causa justificada. Los que no cumplan con la ley
podrán ser castigados con multas, clausuras y, en casos graves, prisión.
¿El Gobierno quiere dar una imagen de energía? preguntó Página/12 a
Alberto Kohan.
No es que se actúa con dureza, se está actuando en el marco de la ley dijo
el secretario general de la Presidencia. Por un lado hay un impuesto y lo que el
gobierno debe hacer es cobrarlo, pero por otro lado hay un lockout patronal que impide la
libre circulación, los traslados de mercadería esencial y el consumo. En una situación
difícil hay que tomar decisiones acordes y necesarias.
Esta historia comenzó a gestarse el martes por la noche cuando el gobierno comunicó que
tenía listo el decreto de estado de sitio que debería ser aprobado por el Parlamento.
Pero en la Subsecretaría de Coordinación Técnica del ministerio de Interior, a cargo de
Jorge Castells, un asesor desempolvó la ley de Abastecimiento. La norma fue sancionada
durante el último gobierno de Juan Domingo Perón y suspendida por Carlos Menem y Domingo
Cavallo mediante un decreto de desregulación de 1991, complementario de la Ley de
Convertibilidad.
Algunos de los artículos de esta ley fueron aplicados durante el gobierno de Raúl
Alfonsín para facilitar la implementación del Plan Austral. Cuando el texto de la ley
llegó a manos de Corach, el ministro comenzó a estudiarla, pero también a elaborar una
estrategia tendiente a convencer a Menem de que era más conveniente bajar los decibeles y
elaborar una nueva posición. Ayer por la mañana, sin embargo, en su habitual contacto
con los periodistas Corach insistió con el decreto de estado de sitio.
El titular de Interior se fue a la Casa Rosada a reunirse con el jefe de Gabinete, Jorge
Rodríguez; el ministro de Economía, Roque Fernández; el de Defensa, Jorge Domínguez y
el secretario general de la presidencia. Menem, que ya había recibido el respaldo de la
Unión Industrial Argentina para decretar el estado de sitio, quedó muy conforme con la
nueva propuesta, pero le reclamó a Corach que en la reunión del Consejo de Seguridad
consiguiera el consenso de todos los presentes.
Mientras tanto, en La Plata, el ministro de Justicia y Seguridad, León Arslanian,
también había recordado la existencia de la legislación sobre abastecimiento. Sugirió
entonces a Duhalde no apoyar el estado de sitio y sostener esta iniciativa con menos
repercusión institucional. Cuando lo llamaron desde la Casa Rosada para confirmar su
presencia en el Consejo de Seguridad, Arslanian comentó que estaba en desacuerdo con el
estado de sitio. Y para evitar malos entendidos lo anunció en público antes viajar hacia
la Capital Federal.
La solución a la crisis debe abordarse desde otros ámbitos dijo
Arslanian. Estamos en condiciones de garantizar la circulación por las rutas
nacionales y provinciales. Su instauración (por el estado de sitio)es una medida
extraordinariamente extrema. No están dadas las condiciones para implantarla.
Un rato después recibió el aval de Duhalde, quien advirtió a los empresarios que
podían llegar a ser sancionados penalmente si continuaban con los cortes de rutas.
No han sucedido hechos tan graves que justifiquen decretar el estado de sitio,
agregó el candidato presidencial del PJ.
En la Capital Federal, al hablar del estado de sitio Fernando De la Rúa le pidió a Menem
que no se precipite, porque es prematuro y grave. El secretario de gobierno
porteño, Enrique Mathov también llevó a la reunión del Consejo de Seguridad la
propuesta de restablecer la ley de Abastecimiento y, al igual que Arslanian, mantuvo
contactos previos con Corach.
El ministro abrió el encuentro con una descripción de la situación y mostró las tres
únicas cartas que tenía en la mano: la ley de abastecimiento, declarar ilegal el lockout
empresarial y, como solución final, el estado de sitio. Los gobernadores hicieron
escuchar su negativa al estado de excepción. Después, Mathov y Arslanian presentaron la
propuesta que finalmente fue aceptada por todos los presentes.
El gobierno se llevó un consuelo. Consiguió que, además, se aprobara la declaración de
ilegalidad al lockout.
otras voces |
Eduardo Duhalde
El Fondo de Incentivo Docente o lo pagan todos o no lo paga nadie. No estoy
de acuerdo con los empresarios del transporte porque están actuando en forma de
extorsión a la democracia. La instauración del estado de sitio es posible y se debe
tomar en caso de que sea necesario, porque el Estado tiene la obligación de asegurar el
abastecimiento de los productos esenciales.
Fernando de la Rúa
Como jefe de Gobierno porteño mi planteo es asegurar el abastecimiento de
la ciudad. Hay libertad de reclamo pero no puede haber libertad para impedir el tránsito
de quienes quieren llegar a los lugares respectivos. Ahora, declarar un estado de sitio es
apresurado, prematuro y grave. Lo que quiero es que el Presidente no se precipite e
instale en la sociedad algo que nos tensa a todos.
Carlos Corach
Lo que tratamos es, lisa y llanamente, que se respete la ley y no admitir
hechos de fuerza. Lo que no quiere decir que no se pueda negociar. Preferimos agotar estas
medidas con anterioridad al envío del proyecto de declaración del estado de sitio al
Congreso. Queremos impedir por cualquier medio legal las perturbaciones que impliquen
desabastecimiento o peligro de la integridad de los bienes públicos o privados.
Jorge Domínguez
El gobierno nacional tiene la voluntad de mantener la paz en todo el país,
la tranquilidad y la seguridad y la libre circulación de bienes y personas en todo el
territorio nacional.
Hugo Moyano
Creemos que si hay una ley hay que cumplirla, el impuesto hay que pagarlo.
La situación está grave y es muy delicada. Nosotros, los trabajadores, no tenemos nada
que ver con las medidas de fuerza.
Estanislao Karlic
La situación es delicada y complejo porque afecta a los docentes, los
transportistas y a la sociedad. La actitud de los transportistas no es solidaria porque
afecta a toda la sociedad.
Raúl Granillo Ocampo
La ley de Abastecimiento determina esencialmente la capacidad que toma el
Estado de intervenir en las empresas públicas para prestar las actividades que, a través
de un parate como éste, que se considera ilegal, no se están desarrollando. Se puede
intervenir para que, entre las autoridades del Estado y de las empresas, se pueda
administrar el patrimonio para que se presten los servicios que se consideren
esenciales.
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