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“Argentina deberá devaluar para que el Mercosur tenga moneda única”

Esto lo dijo el brasileño Winston Fritsch, quien fuera un estrecho colaborador de Cardoso. Los banqueros de ABA convocaron a expertos para evaluar las perspectivas del bloque luego de la crisis de Brasil.

Winston Fritsch trabajó con Cardoso en la elaboración del Plan Real.
“El bloque ha perdido su visión de futuro” con la caída del real.

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t.gif (862 bytes)  El signo de interrogación sobre el futuro del Mercosur que abrió la devaluación del real llevó a los banqueros a debatir sobre el tema. La Asociación de Bancos de Argentina (ABA) convocó a expertos y políticos de Brasil, Estados Unidos y Europa para explicar qué posibilidades tiene el bloque regional de superar su etapa más conflictiva. El dato es fundamental para los financistas internacionales a la hora de programar sus inversiones en la zona. En ese sentido, Carlos Menem propuso el lunes, al disertar en el mismo ámbito, que el Mercosur adopte al peso como moneda única. Ayer se escuchó otra campana. El brasileño Winston Fritsch, asesor de Fernando Henrique Cardoso en la elaboración del Plan Real –cuando éste era ministro de Hacienda–, aseguró que la moneda única será posible “si la Argentina abandona la convertibilidad y establece un sistema de flotación de su tipo de cambio”.
Además de haber asesorado a Cardoso, Fritsch fue secretario de Política Económica y en la actualidad preside el Dresdner Bank en Brasil. Se trata de uno de los economistas más consultados por inversores extranjeros –en especial de Europa– para conocer qué se debe esperar del Mercosur. En su exposición ante los banqueros argentinos, Fritsch señaló que el bloque regional “ha perdido su visión de futuro” con la devaluación del real, algo que “puede recuperar –añadió– si avanza hacia una unión monetaria”. Pero eso sólo ocurrirá si Argentina desiste del uno a uno con el dólar, porque “es imposible que Brasil vaya hacia el tipo de cambio fijo, y la moneda común requiere que los miembros del Mercosur adopten la misma política cambiaria”.
“Soy conciente de que hay dificultades para que Argentina vaya hacia un sistema de flotación, porque el sector privado está muy endeudado en dólares. Pero la convertibilidad no puede durar para siempre”, advirtió el economista, poniendo el dedo en la llaga. La manera que Fritsch imaginó para salir de la convertibilidad es “lograr superávit en la balanza de pagos, en un lapso de 18 a 24 meses, y alcanzar el equilibrio fiscal”. “Hoy, tanto Brasil como Argentina tienen que realizar una segunda ola de reformas fiscales y previsionales, si quieren coordinar sus políticas macroeconómicas en pos de la moneda única”, completó Fritsch.
Otro de los expositores en el seminario de ABA fue Carlos Muñiz, presidente del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales. “Los logros alcanzados por el Mercosur son muy superiores a las dificultades”, subrayó el analista, destacando que el bloque regional “es un objetivo estratégico de los países y, por lo tanto, un proceso irreversible”. Además, señaló que el bloque “surgió no sólo por conveniencia de los países, sino también para tener poder negociador ante los centros de poder mundial”.
En ese sentido, el director del Instituto de Relaciones EuropeoLatinoamericanas, Wolf Grabendorff, indicó que “la Unión Europea tardó en darse cuenta de que el mercado del Mercosur equivale al de China”. “Sabemos que la agenda de integración entre la UE y el Mercosur es conflictiva”, dijo, pero estimó que en el plazo de una década “el 90 por ciento del comercio entre ambas regiones estará liberado”. En contrapartida, Riordan Root, de la Universidad Johns Hopkins de Washington, consideró que “Bill Clinton no podrá conseguir el fast track y por eso el Mercosur avanzará más rápido en un acuerdo con Europa que con Estados Unidos”.

 


 

MARCOS PRATINI DE MORAES EVALUA EL AJUSTE DEL REAL
“No fue para exportar más”

Por Pablo Ferreira

t.gif (862 bytes) “La gente piensa que se devaluó el real para exportar más, pero se equivocan, se devaluó la moneda para importar menos.” Esto lo sostuvo ayer ante Página/12 Marcos Pratini de Moraes, presidente de la poderosa Asociación de Exportadores de Brasil, que congrega a los principales impulsores de la devaluación del real. Pratini de Moraes participó en la Reunión Anual de ABA.
–¿Qué mejoras de competitividad trajo a los productores brasileños la devaluación?
–No fue importante. Las ganancias de competitividad se logran con tecnología, logística eficiente, financiamiento y marketing internacional. Y también un sistema tributario eficiente. Cambiar el valor de la moneda como hizo Brasil tuvo como objetivo disminuir las importaciones.
–Y aumentar las exportaciones.
–La gente piensa que se devaluó para exportar más. Pero, en realidad, se devaluó la moneda para importar menos. En el intercambio entre Brasil y Argentina, durante los primeros cinco meses del año cayeron un 30 por ciento tanto las importaciones como las exportaciones. En 1999 Brasil tendrá un saldo positivo en su comercio exterior de 3000 a 4000 millones de dólares, porque la importaciones van a caer más que las exportaciones.
–¿No cree, entonces, que se produzca en Argentina una avalancha de importaciones desde Brasil?
–En absoluto.
–¿Cuánto puede demorarse la recuperación de la economía de su país?
–La recesión brasileña no es tan profunda como se había previsto. La economía de Brasil es bastante cerrada y tiene un gran dinamismo interno. En el segundo semestre de este año se empezará a crecer y el año que viene puede esperarse un incremento del Producto del 4 al 5 por ciento.
–¿Cómo afecta al Mercosur la caída de los precios de los commodities?
–El desafío que tiene el Mercosur es trabajar en conjunto para incrementar las exportaciones y mejorar los precios de los productos primarios de exportación. No podemos aceptar la inevitabilidad de los bajos precios de las materias primas, y de la pobreza y del desempleo que ello implica.
–¿Cómo lo haría?
–Se trata de ser más competentes en el comercio, industrializar y hacer marketing. Y, al mismo tiempo, trabajar coordinadamente contra las restricciones de Europa, Estados Unidos y Japón y en defensa de los productos del Mercosur en el exterior. Es preciso que nos demos cuenta de que el Mercosur es la cuarta economía y el mayor exportador neto de alimentos del mundo.

 

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