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ROQUE CERRO LA REUNION DE BANQUEROS
CON EL PARO DE TRANSPORTISTAS COMO FONDO
“Se va a sacar la plata de otro lado”

Ante banqueros perturbados por la protesta camionera, Roque Fernández aseguró que si  los transportistas no pagan reasignará partidas.

Roque, ministro de Economía. “Si tenemos que cubrir $ 70 millones, cortaremos partidas”, aseguró.
Se cuidó en no criticar a los candidatos a presidentes del PJ y de la Alianza.

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t.gif (862 bytes)  El cierre de la convención anual de la Asociación de Bancos Argentinos (ABA) estuvo dominada por un solo tema: el paro de los transportistas. La cumbre máxima de los banqueros, en donde una vez por año se reúnen los principales exponentes del mundo de las finanzas, estuvo influenciada de lo que sucedía puertas afuera del Hotel Sheraton. Los banqueros y los funcionarios del Gobierno debieron sortear los obstáculos que habían montado los camioneros y los empleados bancarios, cada uno con sus reclamos. Roque Fernández eligió ese marco para anunciar que, en caso de que se exima del tributo a los transportistas, los 70 millones de pesos que no se les cobrará serán obtenidos de reasignaciones de partidas de los distintos ministerios. Ante los banqueros e inversores, Roque se cuidó de no criticar a Eduardo Duhalde ni a Fernando de la Rúa.
Roque fue tajante. “No queda otra alternativa que hacer reasignaciones presupuestarias”, dijo anoche el titular de Hacienda durante la conferencia de prensa que dio por terminada la convención. En su último discurso como ministro ante la asociación de banqueros, Fernández dio un claro mensaje para fortalecer su imagen de garante de la disciplina fiscal. “Si tenemos que cubrir un faltante de 70 millones, debemos cortar de otras partidas”, aseguró. En el último párrafo de su discurso, el ministro optó por dejar de lado las frases virulentas que hace una semana había expresado sobre Eduardo Duhalde y Fernando de la Rúa. “Yo les pido que no les tengan miedo a los candidatos presidenciales. Que no les teman y que confíen en ellos, porque la Argentina va a seguir creciendo. No tengan dudas de que va a ser así”, apeló el ministro volviendo a erigirse como una voz autorizada entre los hombres de la city. A su lado, De la Rúa –que había improvisado un discurso con anterioridad– sonreía.
A tono con la propuesta temática de la convención, ante los banqueros Roque habló de la Tercera Vía, el positivismo y el determinismo histórico. Contó sobre las conclusiones teóricas que había sacado de la última reunión de presidentes del Mercosur y de la Unión Europea en Río de Janeiro y elaboró un relato acerca de la manera en que el liberalismo “llegó a la gente”. Afuera del Sheraton se vivía otra realidad, con los empleados de bancos protestando ruidosamente. Adentro del hotel, celosos custodios de una empresa privada vigilaban atentamente cada una de las puertas de acceso.
Una vez cerrada la convención, Página/12 le preguntó al ministro sobre el proyecto de elevar los aportes patronales en las empresas privatizadas para aumentar las jubilaciones mínimas, elaborado por diputados del justicialismo y que cuenta con el visto bueno del ministro de Trabajo, José Uriburu. “Pareciera que Uriburu no tiene en cuenta que el compromiso político de la última reforma tributaria fue precisamente la reducción de impuestos al trabajo. Aumentarlos no tiene ningún sentido”, contestó Roque sin ocultar la molestia con su colega en el gabinete.
Roque había llegado al hotel con un pedido bajo el brazo. Pretendía que los banqueros le presten al PAMI unos 200 millones de pesos para que la obra social pueda cerrar sus cuentas. Pero su gestión no tuvo éxito. Los bancos no confían en que el PAMI vaya a devolverles los fondos y reclaman a cambio una garantía estatal. Al respecto, los financistas le prometieron que seguirán analizando el tema.
Cada vez que le tocó opinar sobre los candidatos presidenciales, el ministro prefirió mantener un perfil bajo y excluir cualquier declaración que genere polémicas. Dando un giro de 180 grados respecto de lo que opinó ante Carlos Menem hace una semana, cuando comentó que la posición de Duhalde frente a la deuda externa perjudicaba al país, frente a los representantes de la city el ministro se mostró muy cauto. “Yo no haría ningún análisis sobre lo que pudieran decir los candidatos sobre el tema de la deuda. Es un tema muy técnico”, afirmó.
Por último, el jefe del Palacio de Hacienda descartó la posibilidad de reducir los requisitos mínimos de liquidez de los bancos para habilitar una rebaja en las tasas de interés. “Hacerlo sería un grueso error. Lainmovilidad de fondos por parte de los bancos tiene la función exclusiva de dar solvencia al sistema financiero. Y no debemos darle ninguna posibilidad de que se relacionen con el crédito”, finalizó.

 


 

LA UNION INDUSTRIAL FUE CON SUS QUEJAS A MENEM
“La crisis cada vez es peor”

t.gif (862 bytes) Los principales dirigentes de la Unión Industrial Argentina le plantearon ayer a Carlos Menem “la gravísima” situación por la que atraviesan los productores, durante una entrevista que sostuvieron en la Casa Rosada. El motivo protocolar de la visita fue invitar al jefe de Estado a la Conferencia de la Industria, que se realizará el 18 de agosto, pero el mayor interés de los dirigentes fue elevar sus reclamos al máximo nivel del Poder Ejecutivo.
“Menem estuvo de acuerdo en que la situación actual exige adoptar en forma inmediata medidas eficientes”, señaló el titular de la UIA, Osvaldo Rial, al tiempo que anunció que el próximo martes se reunirá con Roque Fernández.
Los miembros de la central fabril también pidieron el apoyo de Menem a la campaña de “compre nacional”, que lanzará mañana. “Nos dijo que tal como la estamos planteando, es una propuesta que comparte”, comentó Rial a Página/12. En ese sentido, la UIA convocó a los industriales de todo el país a embanderar sus fábricas mañana, “para concientizar a los ciudadanos de que comprar productos argentinos favorece la creación de puestos de trabajo”. “Este embanderamiento también pretende ser un llamado de atención a las autoridades sobre la necesidad de modificar aspectos del programa económico”, sostiene un comunicado de la entidad.
Uno de los reclamos que los hombres de la UIA llevaron a Menem fue por el plan de refinanciación de deudas que lanzó el Banco Central. Los empresarios se quejaron porque los pasivos mayores a 200 mil pesos no podrán incorporarse a ese programa, y pidieron que el tope sea eliminado. “El Presidente le pidió a Roque Fernández que estudie una solución”, aseguró Rial, quien dijo que el tema se tratará en la reunión del próximo martes con el jefe de Economía.
Por otra parte, la UIA también pidió que se avance con la flexibilización laboral, mediante la eliminación de las restricciones legales para utilizar los contratos a término. Eso permitirá que todas las empresas contraten empleados por el plazo de un año, sin tener que pagar indemnizaciones una vez concluido ese período. También reclamaron un mejor funcionamiento de la Aduana y simplificar los mecanismos para denunciar importaciones a precios de dumping. Finalmente, pidieron que el Gobierno reintegre aportes patronales a los productores de bienes transables, con fondos del Banco Mundial.

 

Piden la renuncia de Pou

Al igual que los dos días anteriores, empleados bancarios se concentraron ayer frente al hotel donde se realizó la conferencia de la Asociación de Bancos de la Argentina. Encabezados por el titular del gremio La Bancaria, Juan José Zanola, los manifestantes armaron un batifondo para que fuera escuchado por Roque Fernández y los banqueros más poderosos del país. El reclamo es por el cumplimiento de la jornada laboral de siete horas y media, la estabilidad en sus empleos y por la “devolución de aportes” de los bancos a la obra social del sindicato. “Si nuestras demandas no son atendidas, la próxima semana haremos nuevos paros y movilizaciones”, advirtió Zanola, a un costado del Ford Falcon que soportó sobre su techo un muñeco gigante con la caricatura de Pedro Pou, titular del Central. Zanola también reclamó la renuncia del funcionario, por entender que es “el principal responsable de la violación de nuestros derechos laborales”. Un centenar de efectivos de la Guardia de Infantería de la Policía Federal custodió las puertas del hotel, ante la movilización de los bancarios, que contó con el respaldo de la CGT.

 

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