El Presidente envió cartas a su par norteamericano y a los miembros del Consejo Ejecutivo de la Alianza Atlántica para solicitar la incorporación. La idea fue gestada entre Di Tella y Jorge Castro. Pero Menem se va en cinco meses y ni la Alianza ni el duhaldismo comparten la iniciativa. |
Nos encontramos en un momento de grandes expectativas y justificada esperanza de la comunidad mundial ante la emergencia de un nuevo sistema de seguridad internacional. Este diagnóstico fue el preámbulo de la carta que ayer envió el presidente Carlos Menem a su par norteamericano Bill Clinton para solicitarle la incorporación de la Argentina a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en calidad de miembro asociado o una categoría similar a establecerse. Menem también mandó misivas similares a los miembros del Consejo Ejecutivo de la Alianza Atlántica. Desde el Gobierno definieron la iniciativa como una política de largo plazo, sin tener en cuenta que en menos de cinco meses dejarán el poder y que ni la Alianza ni el duhaldismo apoyan la medida. Para que la propuesta del riojano cobre cuerpo, la OTAN debería ni más ni menos reformar su carta orgánica para incorporar, no sólo a un nuevo miembro, sino a un país que queda al sur del ecuador. La alianza es un fruto de la Guerra Fría, creada para balancear el poder de la extinta URSS y sus aliados del ex este europeo, luego de la Segunda Guerra Mundial. Luego de un duro trajinar y de una tarea de lobby de la Cancillería y el Ministerio de Defensa, Argentina consiguió, el año pasado, la condición de aliado extra-OTAN, por lo que está habilitada para acceder a armamento de la alianza occidental y el acceso a entrenamiento y actualización. En la misma condición están Israel, Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica. Pero Menem quiere ir por más, a pesar de que el reloj corre en su contra tan rápido que hace imposible concretar sus anhelos. En la misiva que recibió Clinton, Menem puso como ejemplo el reciente conflicto en la ex Yugoslavia para apuntalar su pedido de ingreso a la OTAN, que le permitiría a la Argentina, integrarse a un nuevo sistema de seguridad internacional. Su afirmación (en relación a Clinton) de que los Estados Unidos no vacilarán en lanzar otra operación comparable a la efectuada en Yugoslavia, a fin de impedir violaciones masivas a los derechos humanos en otros lugares del mundo, refuerza los motivos de la renovada esperanza de la comunidad mundial y confirma nuestra convicción de que un nuevo sistema de seguridad internacional asoma en el horizonte inmediato. La presentación de la propuesta estuvo a cargo del secretario de Planeamiento Estratégico, Jorge Castro, quien la efectuó ayer al finalizar la reunión de gabinete. En diálogo con Página/12, el funcionario explicó que la iniciativa surgió de una evaluación ligada al resultada de la intervención humanitaria en Yugoslavia, que en los hechos fue posteriormente convalidada por las Naciones Unidas. Esta intervención implica el surgimiento de una nueva estructura de seguridad global que todavía no alcanzo suficientes niveles de institucionalización. Sobre su lanzamiento, a cinco meses de la finalización del mandato de Menem, Castro evaluó que es el comienzo de una gestión diplomática y política tendiente a conseguir en el tiempo una vinculación más directa entre la Argentina y la OTAN. Lo que Castro no explicó fue quién realizará esa gestión diplomática ya que ni Fernando de la Rúa ni Eduardo Duhalde coinciden con la movida sorpresa de Menem. Según relataron fuentes de la Cancillería y de la Secretaría de Planeamiento a este diario, la idea se fue gestando en algunas conversaciones que Castro mantuvo con el canciller Guido Di Tella mientras se producía la intervención de la OTAN en Yugoslavia. Menem dio el okey en una reunión de gabinete en la que Di Tella lanzó la propuesta y le cedió la iniciativa a Castro. Ayer, el duhaldismo, la alianza y el cavallismo criticaron la iniciativa y minimizaron los alcances de la movida del Gobierno (ver aparte). Pero eso no amilana a los mentores de la idea. El secretario de Planeamiento Estratégico está tan envalentonado con la idea que se sumará al viaje a Bruselas que el ministro de Defensa, Jorge Domínguez, realizará para coordinar la participación de tropas argentinas en Kosovo con el jefe militar de la OTAN, Wesley Clarke. Allí, Castro expondrá los deseos de sujefe ante Clarke. Desde el Ministerio de Defensa aclararon que Domínguez nada dirá sobre el asunto, sólo se remitirá a la situación de Kosovo.
CAVALLO, STUBRIN, CASELLA Y RAIMUNDI SE OPONEN
Extemporánea, muy negativa, inconsulta, pensada
sólo en función de la imagen. La iniciativa del presidente Carlos Menem de pedir a
Estados Unidos y a la OTAN que la Argentina sea considerada miembro asociado a la Alianza
Atlántica produjo una ola de críticas de la oposición.
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