La
oposición correntina avanzó ayer en la consolidación de su gobierno en esa provincia:
en cuestión de horas, aprobó en la Legislatura las leyes que el gobernador Hugo Perié
necesitaba para salir a buscar ayuda financiera y dispuso la intervención de la
Municipalidad de Corrientes, con lo cual dio el último paso que le faltaba para expulsar
del poder al oficialista Partido Nuevo. El separado jefe de esa comuna y hasta hace poco
tiempo caudillo provincial indiscutido, Raúl Tato Romero Feris, calificó la
decisión de los legisladores como un avasallamiento sobre la autonomía
municipal y prometió recuperar el terreno perdido en las próximas elecciones. De
todos modos, nadie descarta un posible rebrote de la violencia.
La intervención de la Municipalidad de Corrientes pasó a ser sólo una cuestión de
tiempo a partir de la apertura del juicio político y la consiguiente suspensión del
gobernador, Pedro Braillard Poccard, y de su vice, Víctor Maidana, los hombres del
Partido Nuevo que Tato Romero Feris colocó al frente de la provincia en 1997
ante la imposibilidad constitucional de ir por su reelección.
Entonces, sin embargo, el líder del Partido Nuevo no se resignó a perder su poder y
pasó a manejar los destinos de la provincia desde la Municipalidad de Corrientes, de la
cual fue expulsado por la coalición opositora que consagró al peronista Perié como
gobernador. En favor de la intervención que también alcanzó al Concejo
Deliberante se pronunciaron siete senadores, que acusaron al líder del Partido
Nuevo de haber incurrido en una subversión del orden institucional y de graves
desmanejos administrativos que llevaron a esa comuna a padecer una deuda de 300
millones de pesos. En defensa del caudillo, sólo salieron cinco legisladores.
Perié designó como interventor al autonomista Juan Carlos Zubieta, ex candidato a
intendente en las elecciones de 1997, quien asumirá hoy mismo, a las 11.30, durante un
acto que se llevará a cabo en la plaza 25 de Mayo. Los correntinos que permanecen
concentrados en ese lugar desde que se desató la crisis festejaron la separación de
Tato Romero Feris y se lanzaron a marchar por algunas calles céntricas de la
capital correntina.
Lo que hizo el parlamento está en contra de todos los principios constitucionales,
tanto de la carta magna provincial, como de la nacional, reaccionó Tato
Romero Feris y opinó que los legisladores han argumentado cosas que no tienen pies
ni cabeza. También aseguró que no me preocupa haberme quedado sin despacho,
porque yo no necesito despachos para estar con la gente y es por eso que obtuvimos más
del 70 por ciento de los votos en las últimas elecciones y prometió que en
el mes de octubre, cuando volvamos a las urnas, vamos a demostrar el verdadero pensamiento
de los correntinos.
Por más fe que se tenga, Tato Romero Feris no se quedará cruzado de brazos
hasta entonces: apenas fue separado, dijo también que hará todas las
presentaciones que sean necesarias para revertir esta situación. Poco después, una
senadora de su partido, Isabel Viudez, interpuso ante la Cámara alta un recurso de
nulidad de la sesión que dispuso la intervención de la Municipalidad de Corrientes
por considerar que ese cuerpo no sesionó con los dos tercios reglamentarios.
Tras la separación de Tato Romero Feris, la atención quedó centrada en el
tema de la seguridad. Es que el sábado pasado, al día siguiente de la suspensión de
Maidana, fue incendiado un local de la UCR y hubo también ataques a sedes del PJ y del
Pacto Autonomista Liberal.
Desde la Cámara de Diputados, la oposición también aportó lo suyo a la consolidación
del gobierno de Perié: aprobó el proyecto que autoriza al gobernador a tomar un crédito
de 120 millones de pesos para pagar los sueldos atrasados a los estatales. Perié viajará
el próximo lunes a Buenos Aires para solicitar ayuda financiera a las autoridades
nacionales y a banqueros privados y no se descarta la posibilidad de que dialogue con el
bonaerense Eduardo Duhalde para pedirle un préstamo del Banco Provincia.
LE CAMBIO LA CERRADURA AL DESPACHO DE GOBIERNO
Bussi padre desalojó a Bussi hijo
Por F.Y.
Luego del
ajustado y sorprendente triunfo que alcanzó el peronismo en Tucumán el pasado 6 de
junio, en Fuerza Republicana (FR) comenzó una verdadera guerra fratricida. El ex dictador
y actual gobernador de esa provincia, Antonio Bussi, mandó a cambiar las cerraduras de
las oficinas que su hijo Ricardo solía utilizar en la Casa de Gobierno. Este desalojo se
tradujo en recriminaciones, gritos, quejas y portazos que tuvo como protagonistas
fundamentales al ex dictador y su vástago. La sangre parece estar por llegar al río,
pero no sólo por la cerradura cambiada sino también por quiénes serán los
representantes del partido en la lista de diputados nacionales que serán elegidos en las
elecciones del 24 de octubre.
Todo ocurrió ayer por la mañana, en los pasillos de la sede gubernamental. Ricardito,
enterado de su desalojo, no se preocupó por la existencia de testigos y se dirigió de
inmediato a recriminarle a su padre la actitud unilateral. Visiblemente fuera de sí, el
ex candidato a gobernador por FR comenzó a gritar con todas sus fuerzas. La respuesta
paterna no se hizo esperar y llegó con el mismo tono y dureza.
En situaciones límites como éstas, los protagonistas suelen expresar lo que no se
atreven a decir en condiciones normales. Fue así que Bussi padre recriminó a viva voz y
por primera vez a su hijo la derrota sufrida y que costó otro desalojo, el de Fuerza
Republicana del gobierno tucumano. Ricardo no retrocedió ante la embestida paterna y le
recordó que ninguno de sus actuales ministros, que compitieron por diferentes sublemas en
las elecciones, obtuvieron una banca en el Parlamento local.
Pero la pelea tiene otro origen y también es político. Ayer el partido cerraba las
listas que competirán en una interna para definir los candidatos a diputados nacionales
que se definirán en los comicios de octubre. Tanto padre como hijo impulsan sus propios
candidatos y, como no podía ser de otra forma, la pelea de la mañana se trasladó al
partido.
El anciano general ya tiene su lista, obviamente con él como primer candidato, y no
quiere negociar con nadie la incorporación de ningún otro dirigente que no responda a su
sector. Ricardo, en tanto, pretende que algunos de sus hombres integren esa lista, no
discute el primer lugar de su padre y quiere, con cierta ingenuidad, convencer al ex
represor de que se realice una elección interna para definir quiénes lo acompañarán.
Bussi no quiere una interna, la única que vez que hubo una su candidato fue derrotado.
Pero en realidad el ex hombre fuerte del partido lo que busca es hacer desaparecer
cualquier vestigio de oposición que personifica en la figura del actual legislador
provincial Pablo Walter, uno de los hombres que más escucha Ricardo. La pelea continuará
y puede culminar con la desaparición del partido del militar.
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