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EL MOVIMIENTO POPULAR EN SEMINARIO
Asistencia perfecta

Nora Cortiñas cerró el cuatrimestre de “Neoliberalismo y Derechos Humanos” con Cieza, Mattini y Pasquini Durán.

Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora.
La mirada atenta del periodista José María Pasquini Durán.

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t.gif (862 bytes)  “Me siento orgullosa de poder entregar los certificados de asistencia. Cada vez que firmaba uno sentía que recorría cada diploma con la mano de mi hijo y con las manos de los treinta mil...” De esta manera, Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora y titular del seminario “Neoliberalismo y Derechos Humanos”, abrió la última clase del cuatrimestre. Luego presentó a los tres expositores de la jornada, “viejos compañeros de lucha”, Guillermo Cieza, Luis Mattini y el periodista José María Pasquini Durán que hablaron sobre “Las alternativas de la reconstrucción del movimiento popular”.
“El sector laboral ha retrocedido un siglo. Hoy se pelea por las ocho horas, para abolir el trabajo infantil y las relaciones esclavistas en las fábricas”, diagnosticó Pasquini Durán mientras las casi 200 personas que colmaron el microcine de la Facultad de Ciencias Económicas escuchaban atentamente. Por su parte, Cieza definió a la “clase trabajadora argentina como una de las más fuertes del mundo pero a la vez más dependiente” y Mattini reconoció no saber cuales son las posibles alternativas “al modelo que estamos viviendo”.
Después de catorce semanas finalizó el miércoles el primer cuatrimestre de esta cátedra libre que nació a principio de año “con el objetivo de que se constituya un espacio participativo para pensar, para debatir, para denunciar y, sobre todo, para encontrar caminos alternativos a esta realidad social injusta y opresiva”. Quienes asistieron al seminario creen haber encontrado en ese lugar un espacio en donde además de escuchar “también se puede debatir”, según explicó a Página/12 una estudiante de periodismo que no se pierde ninguna clase.
Luego que los tres invitados hicieron la presentación de los temas, Nora Cortiñas se encargó de manejar el debate. Sólo hacía falta levantar la mano y esperar: “Yo no voy a preguntar, quiero dar mi opinión sobre el tema de hoy”, anunció un señor sentado en las primeras filas. Se destacaban entre el público mayoritariamente universitario, que se las arreglaba como podía para ubicarse en los pocos lugares vacíos que quedaban, las figuras de algunas Madres de Plaza de Mayo y de varios de los docentes que siguen ayunando en la Carpa Blanca.
Organizado por la Comisión por la Reconstrucción de la Memoria de la Facultad de Ciencias Económicas, el seminario contó, a lo largo del cuatrimestre, con la participación, entre otros, del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, de los periodistas Oscar Raúl Cardoso y Horacio Verbitsky, y de los profesores universitarios Horacio González y Eduardo Gruner. El objetivo de las clases fue, para los organizadores, “vincular la memoria con el presente. Este es nuestro homenaje a nuestros compañeros muertos y desaparecidos”. Sobre el final, Pasquini Durán rescató “el espíritu de resistencia” que hay en los “dos mil quinientos abogados sindicales bajo proceso por su actividad sindical” y concluyó su exposición diciendo que “la vida no puede ser tan inhumana”. Cortiñas se esperanzó con que en el próximo cuatrimestre del seminario “podamos discutir sobre qué tipo de revolución vamos a hacer”.

 


 

La ciudadanía de Eterovic

t.gif (862 bytes) El Instituto Nacional contra la Discriminación (Inadi) decidió solicitar directamente a la Justicia la revocación o cancelación de la ciudadanía argentina del croata Mirko Eterovic, acusado de crímenes en el campo de concentración ustacha de Supetar, durante la Segunda Guerra Mundial, quien vive en Córdoba y acaba de viajar presumiblemente a Londres vía San Pablo, Brasil.
La presentación fue hecha personalmente por el titular del Inadi, Víctor Ramos, ante el juez civil y comercial federal Raúl Tetamanti y en la misma pide, además, que se libre oficio a la Interpol para que informe si sobre Eterovic “pesan pedidos de captura internacional”. En los fundamentos de su pedido, Ramos destacó que el Instituto que encabeza debe “constatar la existencia en territorio argentino de personas que durante la Segunda Guerra Mundial participaron del exterminio de pueblos o en la muerte o persecución de personas a causa de su religión, raza, nacionalidad u opinión política”. Ramos solicitó entonces “la acción de revocación o de cancelación de la ciudadanía” de Eterovic y su “posterior expulsión del territorio” nacional “con prohibición de reingreso”. Eretovic, de 86 años, fue acusado de haber dirigido el campo de concentración de la ciudad de Supetar, en la ex Yugoslavia, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando formaba parte de las fuerzas croatas aliadas al régimen nazi y figuraba como “colaboracionista” en las listas de la Comisión Nacional para el esclarecimiento de las Actividades del nazismo en la Argentina. También la DAIA presentó una denuncia ante el juez Gustavo Literas, para que investigara el paradero de 63 criminales de guerra croatas que se instalaron en 1947 en la Argentina.

 

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