Por Claudio Zlotnik Roque Fernández fue el único
que, hacia el final de la reunión de gabinete, comió a desgano su porción de torta con
la que Carlos Menem festejó los diez años en el poder. Minutos antes, el ministro había
recibido una fuerte reprimenda de parte del Presidente por la situación que atraviesa el
PAMI. Necesito una solución urgente. No puede ser, hace cinco meses que estoy
esperando que se resuelva el conflicto. Ministro, haga algo ya, dijo Menem en forma
tajante mirando fijo a los ojos de Roque. Y terminó de sacudirlo: Si le pasa algo a
algún viejito, ante la gente voy a aparecer como el culpable. No quiero que pase
eso.
Para el ministro de Economía era el final de una reunión difícil. Ya había tenido
sendos encontronazos con Víctor Alderete, titular del PAMI, y con su par de Trabajo,
José Uriburu.
No puede ser que Economía destine al PAMI menos de lo que corresponde. Recibo
175 millones de pesos mensuales cuando por ley deberían enviarme 200 millones,
arremetió Alderete. Y siguió: De una vez por todas debe entenderse que está en
juego la vida de muchos ancianos.
Lo que estás afirmando no es así. En el último año giramos al PAMI más de
200 millones si contamos el dinero que recibió de la Anssal (Administración Nacional del
Seguro de Salud) y de Desarrollo Social. Y tengo documentación que lo acredita, se
defendió Fernández.
Roque, no podés negar que el PAMI no está recibiendo lo acordado,
respondió Alderete.
Carlos Ruckauf se sumó a la polémica pidiéndole al ministro la habilitación de fondos
para el organismo. En ese momento intervino Menem dando la orden para que desde Economía
se encuentre la forma para destrabar la crisis en el obra social de los jubilados.
Los funcionarios no perdieron tiempo. Por la tarde, Roque y Alderete se juntaron en la
Casa de Gobierno con el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez, y Miguel Kiguel (subsecretario
de Financiamiento) para encontrar la solución. Después de una reunión de una hora y
media, durante la cual el titular de Hacienda se comprometió a insistir ante los
banqueros para que le otorguen un préstamo al PAMI para cubrir el déficit, se acordó
pasar a un cuarto intermedio hasta el lunes próximo. Pero a Roque no le resultará
sencillo persuadir a los bancos. En los últimos días, el ministro mantuvo diversos
encuentros con las máximas autoridades del Río, del Francés, entre otros líderes.
También habló con los hombres de la city durante las jornadas organizadas por la
Asociación de Bancos. Pero para las entidades financieras no hay alternativas: sólo le
prestarán al PAMI en caso de que la deuda quede garantizada por el Estado. En Economía
no descartan que sea el Nación quien finalmente acuda al salvataje.
El otro cortocircuito que protagonizó Roque fue con su par de Trabajo. Tras la
exposición de Uriburu sobre los proyectos que diseñó para implementar los contratos
laborales a tiempo determinado y para elevar los aportes patronales a las privatizadas,
Fernández no pudo ocultar su insatisfacción.
De ninguna manera podemos cargar sobre las compañías que más cantidad de
empleo están generando. Sería una contradicción con nuestros deseos de incrementar los
puestos laborales, ensayó Roque.
Uriburu no le contestó y continuó con su argumento según el cual, con los fondos
recaudados por los impuestos al trabajo, podría elevarse la jubilación mínima de 150 a
200 pesos.
Ministro, prepare esos proyectos de ley y preséntelos al Congreso,
ordenó Menem al titular de Trabajo.
Roque había perdido otra batalla. Menem quiso rápidamente cambiar el ambiente espeso que
se había generado durante el encuentro. Primero pidió un aplauso para Carlos
Manfredotti, el flamante vencedor de las elecciones en Tierra del Fuego. Acto seguido
felicitó a viva voz a Humberto Roggero, el titular de la bancada del PJ en Diputados, por
haber destrabado elconflicto con los transportistas. Ahí nomás los mozos de la quinta de
Olivos ingresaron con la torta celeste y blanca adornada con un número 10.
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