Por Diego Fischerman Si fuera necesaria una sola
prueba de la genialidad de La Bohème bastaría con el momento en que la música que
identifica a Mimí, la protagonista, hace su aparición. Aún no se sabe nada del
personaje; los bohemios deciden ir a festejar que uno de ellos consiguió algo de dinero
enseñándole a cantar al loro de un burgués. Rodolfo dice entonces que él no irá, que
prefiere quedarse en la buhardilla, y suena el tema de amor. La manera en que allí la
música anticipa a la acción, la forma en que el oyente es avisado de que pasará algo
importante a partir de la decisión aparentemente intrascendente de Rodolfo, tiene el
mismo efecto que mucho después lograría Alfred Hitchcock en el cine. El alcance emotivo
de una escena descansa, en ambos casos, en una suerte de previsibilidad relativa. Como
demostró Hitchcock y Puccini intuyó de manera brillante, una sorpresa, para ser
contundente, debe estar precedida por algún signo.
Escrita a finales del siglo pasado, esta ópera se convirtió con rapidez en una de las
más populares del repertorio. En su autobiografía, Heinrich Mann cuenta, por ejemplo,
cómo conoció por primera vez la música de Puccini: Hubo algo que hizo inolvidable
ese día de noviembre de 1900. Iba en la plataforma de un lentísimo tranvía de caballos,
de Florencia a Fiesole. hacía ese viaje todos los días, a veces en tranvía y a veces a
pie, pero ese día en particular, había un órgano callejero que tocaba música de
Puccini. Lo que Mann escuchó fue el aria Che gelida manina, del primer
acto de La Bohéme, estrenada apenas tres años antes y ya transformada en música
callejera. Porque además de su valor como ensayo acerca de las leyes del drama musical,
de una orquestación fascinante y de su interés como emergente de una época, esta ópera
de Puccini revela un talento melódico difícil de igualar.
Con la participación de la legendaria Mirella Freni como la protagonista y del tenor
argentino Luis Lima como Alfredo, La Bohème será repuesta este domingo en el Teatro
Colón. La régie será de Grischa Asagaroff y la dirección musical de Mario Perusso.
Esta ópera, basada en un libreto de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa basado en Scènes de
la vie de Bohème de Henri Murger un ejemplo casi puro de naturalismo
literario subirá a escena en un total de siete funciones (además de la del
estreno, serán el martes 13, el viernes 16, el domingo 18, miércoles 21, sábado 24 y
domingo 25). Con escenografía e iluminación de Enrique Bordolini y vestuario de Imme
Möller, el resto del elenco estará conformado por Paula Almerares -en el papel de
Musetta, Luis Gaeta, Erwin Schott y Gustavo Gibert. En la última función (abono
para estudiantes) los protagonistas serán reemplazados por Mónica Ferracani, Eduardo
Ayas y María Bugallo.
Música para sobrevivientes
Este
lunes, la Filarmónica de Buenos Aires, conducida por Franz Paul Decker, dará un
concierto en su ciclo del Teatro Colón con un programa sumamente interesante. La obra de
fondo será El sobreviviente de Varsovia de Arnold Schönberg, apenas un poco más de
siete minutos para lograr una de las composiciones más impactantes de la historia de la
música. Un texto en inglés, que cuenta los horrores en el gueto de Varsovia durante la
ocupación nazi, es interrumpido cerca del final por un coro que canta en hebreo
Escucha Israel. Escrita en 1947 sobre un libreto propio, en la época en que
Schönberg daba clases de composición en Los Angeles (a John Cage y Milton Babbitt entre
otros), esta composición está instrumentada para narrador (que será Luis Gaeta) coro
masculino (en este concierto participará un coro de cantores de sinagoga) y orquesta.
Escrita con el método de composición en doce tonos (así llamaba su autor a
esta técnica que después fue bautizada como dodecafonismo), esta composición es uno de
los ejemplos más claros de cómo la máxima expresividad se entroncaba con el rigor
constructivo más absoluto para quienes se sentían herederos de la gran tradición
austroalemana. En el mismo programa se estrenará la obra Ana Frank, un símbolo de Jorge
Cervelló, (con Mónica Philibert), y la versión completa de la música incidental para
Egmont compuesta por Ludwig van Beethoven.
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