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Por Cristian Alarcón La manifestación de secundarios que aporreó a huevos y tomatazos el jueves las oficinas de Edesur de Caballito, fue apenas el comienzo de una serie de protestas iniciadas por los compañeros del estudiante que murió al ingresar a una cámara eléctrica de la empresa, cuya puerta no estaba cerrada reglamentariamente. Desde el lunes, los 1800 chicos que concurren a la Escuela Técnica Ingeniero Huergo convocan a un paro al resto de los estudiantes de la capital, y el martes a las nueve de la noche, a todos los porteños a un apagón de luces contra la empresa de energía eléctrica. Para el miércoles programan un acto frente a la escuela: tapiar con cemento la cámara de transformación de energía por donde Nicolás Oviedo entró al lugar donde moriría por una descarga eléctrica de 13800 voltios. De fondo continuaron ayer los deslindes de responsabilidades y acusaciones alrededor del accidente. La ombudsman porteña, Alicia Oliveira, acusó de la tragedia directamente a Edesur y a una "red de irresponsables e indiferentes", en referencia al Ente Regulador de Energía Eléctrica y al Gobierno de la Ciudad. "Tendrían que estar vigilando permanentemente", fustigó. Por su lado el jefe de gobierno, Fernando de la Rúa, calificó como "una inmoral especulación" el querer "atribuir a la ciudad una responsabilidad que no le toca". De la Rúa volvió ayer a decir que la muerte del estudiante "se trató de una verdadera tragedia" y a remarcar que el control de que las rejas de las cámaras eléctricas se mantengan cerradas "corresponde a Edesur, una empresa privada. Estas son tragedias, desgracias que ocurren, pero no son elementos ni instrumentos de la ciudad, ni que la ciudad tenga a su cargo", sostuvo. Desde el Enre no volvió a emitirse opinión. El jueves, ante el accidente ocurrido sobre la calle Martín de Gainza al 1000, los voceros se limitaron a informar la resolución que pauta de qué manera deberían estar cerradas la puertas de las cámaras eléctricas. Según la resolución 171/95 las aberturas de los centros de transformación de energía deben estar bloqueadas con "cerradura o candado de utilización especial" que puedan ser abiertos sólo "mediante llaves, preferentemente de diseño especial, cuya reproducción sea autorizada y controlada" por Edesur. El Ente ya habría iniciado el "sumario correspondiente", que es la tarea que le cabe como organismo "regulador y no de control", según aclaro un funcionario a este diario. Si se demuestra el error de la empresa en cuanto a las condiciones de seguridad incumplidas, la pena sería una multa a pagar al Estado. Ayer durante la mañana, en el barrio de Caballito, los estudiantes de la escuela Huergo insistían en que el velatorio de Nicolás Oviedo se realizase en las instalaciones del colegio. Finalmente, sus padres decidieron que preferían una ceremonia privada en una cochería. Recién pasado el mediodía les fue devuelto el cuerpo de Nicolás, que permanecía en la morgue judicial donde se practicó la autopsia de rigor. Sobre la calle Concordia al 1033, casi en la esquina con Juan B. Justo, varios grupos de chicos hacían puerta, acompañando a la familia Oviedo. "Por un acuerdo con los padres no vamos a hablar con los periodistas hasta después del entierro", dijo uno de los miembros de la mesa directiva del Centro de Estudiantes. Desde ese lugar partirá hoy a las diez el cortejo fúnebre hacia el cementerio de la Chacarita. La escuela a la que asistía Nicolás Oviedo tiene un Centro de Estudiantes presidido por una mesa directiva acostumbrada a la asambleas. Y las actividades que organizan, que van desde los clásicos campeonatos de fútbol hasta la recaudación de fondos para apadrinar una escuela rural chaqueña, suelen contar con un alto nivel de participación. Por eso, la reacción de los alumnos del Huergo ante la muerte de Oviedo fue el jueves no sólo espontánea, sino también de una organización cívica notable. Y por ello creen los estudiantes que las protestas continuarán durante la semana, con aún mayor adhesión: piensan extender el reclamo a todas las escuelas secundarias porteñas. El lunes a la mañana, en medio de un paro escolar, los espera una asamblea no sólo de los alumnos del colegio, sino también con los vecinos de Caballito. Luego darán una conferencia de prensa. El martes, de 21 a 21.15 convocan a un apagón "de protesta a todos los porteños a los que les da bronca como a nosotros que una empresa no sea capaz de dar la cara ante una muerte de la cual es culpable". Ayer el vocero de Edesur, Daniel Martini, desmintió que la empresa no se haya contactado personalmente con la familia y el colegio. "No nos acercamos por una decisión de los padres que prefirieron no tener en principio contacto con la empresa", le dijo a este diario. Mientras tanto, obsesionados con la idea de que "alguien con nombre y apellido venga a dar explicaciones", los estudiantes organizaban también un escrache, junto a otros colegios porteños, hacia las oficinas centrales de Edesur, para el miércoles a la tarde.
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