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Es mejor echar lengua que echar bala, dijo ayer el presidente colombiano Andrés Pastrana luego de los duros combates en la madrugada del jueves entre el ejército colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a las puertas de la capital Bogotá. Las conversaciones seguirán, aunque lamentamos la violencia que sufren los colombianos, señaló Pastrana. Según cifras no oficiales, habría 85 muertos contando ambos bandos, y al menos 34 militares y nueve policías estaban desaparecidos. Las fuerzas de auxilio estimaron que el balance es más que provisional, ya que la niebla y la espesura de la zona cercana al municipio de Gutiérrez impiden las tareas de rescate. Para el ejército, el jefe militar de las FARC, Jorge Briceño, alias Mono Jojoy, ordenó a uno de sus lugartenientes bloquear a Bogotá y avanzar sobre la ciudad. Felicitaciones, entonces tomen todas las medidas (...) bloquee a Bogotá por las carreteras y vamos ahí en el avance. Según el subcomandante del ejército colombiano, general Néstor Ramírez, esto es lo que dijo Briceño a Henry Castellanos (alias Romaña), jefe de la columna guerrillera que se enfrentó con los militares, en una comunicación radiofónica. Antes, Castellanos le había informado a Briceño que habían muerto 38 guerrilleros en los combates. Para el comandante de las fuerzas armadas, general Fernando Tapias, los rebeldes venían en dirección hacia Bogotá para realizar alguna acción en la capital o en sus alrededores. El mismo Briceño había advertido la semana pasada que las FARC estaban dispuestas a rescatar a sangre y fuego a cientos de sus camaradas encarcelados en Bogotá y otras ciudades colombianas. A partir de estas declaraciones, algunos medios periodísticos arriesgaron que uno de los objetivos de la mayor guerrilla de Colombia en la actualidad era la prisión de alta seguridad de La Picota, ubicada en un suburbio del sudeste capitalino y donde se hallan varios dirigentes rebeldes y jefes del narcotráfico. En este sentido, Tapias había señalado que se tomaron todas las medidas de seguridad para evitar actos terroristas en Bogotá. Y aclaró que estas acciones causarían un gran impacto entre la ciudadanía y tendrían graves repercusiones en la economía y la inversión extranjera. Las FARC desmintieron esta interpretación. Por el momento nuestro propósito no es realizar un ataque a Bogotá, puesto que ése es un compromiso muy grande. Pero en el fondo, el poder está en Bogotá y algún día habrá que llegar hasta allá si no hay una solución a ese problema, declaró un jefe guerrillero que se identificó como Nelson Robles. La guerrilla también tiene una versión distinta de los hechos. Según el ejército, los enfrentamientos se iniciaron cuando dos batallones contraguerrilleros salieron el miércoles a cortar el avance de tres columnas que completaban unos 500 efectivos de las FARC y cuyo objetivo claro era llegar hasta Bogotá, siguiendo la información suministrada por la inteligencia militar. Pero las FARC señalaron que fueron estas columnas las que atacaron bases contraguerrilleras instaladas por el ejército cerca de la localidad de Gutiérrez, a 50 kilómetros de Bogotá. Respecto de los desaparecidos, la jefatura castrense informó ayer que en esta localidad estaban destacados 67 soldados y nueve policías y que hasta el momento sólo han aparecido 20 militares entre ellos tres heridos, aunque no precisó qué pasó con los otros 13 soldados faltantes. Para varios medios periodísticos locales, esos 13 militares probablemente murieron. Para el subdirector de la policía, general Luis Gilibert, es muy posible que los nueve agentes de la institución se hayan unido a los militares para seguir combatiendo en la cima de la montaña. El delegado del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en esa zona, Teddy Thourbaum, habían dicho anteayer que sus socorristas encontraron seis cadáveres en Gutiérrez, pero que no pudieron rescatarlos debido al mal tiempo y a que debíamos asegurarnos de que no tuvieran explosivos. Thourbaum señaló que los socorristas retornaron ayer al escenario de los enfrentamientos para tratar de rescatar más cadáveres. Las FARC, en un acto demencial que se contrapone al espíritu que debería orientar una negociación de paz, está atacando localidades como en el caso de Gutiérrez, población inerme y guarniciones militares, en un acto que dista mucho de una verdadera intención de paz, declaró el ministro de Defensa, Luis Fernando Ramírez. Equivocadamente agregó el funcionario, las FARC creen que la forma de llegar fortalecidos a una mesa de negociación es escalando la violencia. En todo caso, fue el poderío militar de la guerrilla el que le dio el poder de negociación necesario para que el gobierno accediera a desmilitarizar 42.000 kilómetros cuadrados de territorio dominado por las FARC para las conversaciones de paz. Estos combates se produjeron dos días después de que se aplazaran estas negociaciones para el 20 de julio y responde a un patrón ya establecido cada vez que se producen estos acercamientos entre el gobierno y la guerrilla: cuanto más cerca se está de la mesa de negociación, más enfrentamientos. La alarma que encendieron algunos analistas es que el golpe esta vez se produjo en el frente más sensible, el de la capital colombiana. Lo cual no quiere decir que los otros estén descuidados. Según la policía colombiana, el martes pasado miembros de las FARC secuestraron y mataron al alcalde de Cañasgordas, a 500 km al noroeste de la capital, en el departamento de Antioquia. En esta región, donde la lucha entre paramilitares y guerrilleros es diaria, ya murieron cinco alcaldes desde octubre de 1998.
La
ofensiva de la guerrilla de las FARC contra las afueras de Bogotá impacta en forma muy
negativa en una economía ya debilitada, lo que puede alcanzar peligrosas consecuencias
sociales. Colombia, un país de 40 millones de habitantes, afronta la peor recesión
económica en 70 años, un índice de desempleo del 19,5 por ciento y la creciente
violencia está ahuyentando la inversión extranjera y generando un éxodo hacia otros
países por parte de profesionales calificados, obreros y campesinos, de acuerdo con
diversas entidades privadas. QUIEN ES EL COMANDANTE ROMAÑA El País Por Pilar Lozano
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