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CAVALLO VA POR EL GOBIERNO PORTEÑO. BELIZ LE RESPONDE
"Tiene bulimia por el poder"

Beliz califica de ladino y mentiroso a su hasta ahora socio político, quien anunció que se presentará en las elecciones porteñas del año que viene.

El acuerdo entre ambos era Cavallo a la Nación, Beliz a la ciudad.
Parece que ayer se terminó la sociedad. "Me mintió", dijo Beliz.

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Por Romina Calderaro

t.gif (862 bytes) "Yo no soy un monigote. No soy un títere al que llevan de un lado para el otro. El que le tiene que explicar por qué le mintió a la gente es él", dice furioso Gustavo Beliz, y el motivo de su furia se llama Domingo Felipe Cavallo, su --hasta ahora-- socio político. Aunque el titular de Nueva Dirigencia no cultiva un perfil iracundo, ayer se salió de las casillas. Recién levantado, leyó en un matutino que Cavallo aspira a ser jefe de gobierno porteño, candidatura para la que Beliz venía trabajando desde hace más de un año, con la venia de su asociado. En diálogo con Página/12, Beliz habló de su futuro y de la falta de "valores políticos" de Cavallo.

--¿Cómo se sintió al enterarse de que Cavallo pretende presentarse como jefe de gobierno porteño?

--Obviamente me sorprendió porque desmiente y contradice lo que dijo no sólo en público, sino en privado en este último tiempo de manera muy enfática y contundente. No sólo me lo dijo a mí, sino al conjunto de dirigentes y a toda la opinión pública.

--¿Usted se enteró por la prensa?

--Sí. Me parece que falló en términos de lo que es el respeto a la palabra y lo que es no mentir y no manejarse de una manera ladina, que es una regla básica de la política y yo diría que de la vida. Si uno se maneja con una doble faz, eso me parece muy grave. Al menos yo apuesto a hacer una política con valores.

--¿Sintió que Cavallo le hizo una jugada ladina?

--Sin duda, enterarse por los diarios, cuando había estado hace 24 horas con él y me dijo "cómo andan los chicos, les mando un abrazo, la tercera opción va mejor que nunca...". Sin duda es una manera no correcta de manejarse. Además, ante cada versión, chivo y operación de prensa, yo le preguntaba y me decía claramente que eran todas versiones, culpaba al periodismo. Yo me manejé con absoluta buena fe en este caso. De todas formas, creo que este tipo de actitudes pueden implicar, entre comillas, una viveza criolla de corto plazo, pero que en el mediano plazo restan enorme credibilidad a la persona que las hace. Me ha presentado ante empresarios, ante todos los auditorios con la misma consideración. Si de un día para el otro cambia de opinión, eso revela una voracidad por el poder que es mala consejera. Porque un día aparece queriendo ser canciller, otro día primer ministro, otro día queriendo arrancar quince diputados en una negociación, y chiveando, otro día metiéndose de colado en un acto de De la Rúa. Tiene una bulimia por el poder que es casi enfermiza.

--¿No se la veía venir? Más de una vez Cavallo se sacó fotos con Duhalde, la prensa habló de un acercamiento entre ellos.

--Yo confiaba en la palabra y en la buena fe de él, que me negaba cualquier tipo de alternativa. No sólo me lo decía a mí, sino que lo planteaba públicamente. Y cuando uno dice algo públicamente, si es un hombre de bien, esa palabra vale mucho. Por otro lado, el único dirigente nacional de peso que salió a poner la cara cuando lo estaban por meter preso, cuando todo el mundo le dio vuelta la cara, fui yo. Y ahora me miente de esta manera. Me pregunto qué puede esperar el que no lo conoce, y aquel al que se le está pidiendo un voto. Creo que hay que ser coherente con lo que se dice.

--El dice que como usted no se sentía "con ánimo" de aceptar la vicepresidencia, el único candidato que quedó "para crear un espacio a nivel nacional" era él.

--Es una excusa. Yo en ningún momento manifesté algún tipo de vocación ni de interés por el tema de la vicepresidencia. Le dije hace más de tres meses que no aceptaba porque mi proyecto era la ciudad de Buenos Aires. Es más, me ofrecí a acompañarlo, le propuse hacer una gira de Ushuaia a La Quiaca que postergó indefinidamente. Comenzó a coquetear con todo el mundo para ver cuál es el mejor postor. En ese sentido, el que emitió señales permanentemente confusas de una tercera alternativa fue él, porque si uno quiere construir una tercera alternativa y todos los días se saca fotos con un candidato presidencial...

--¿Qué piensa hacer ahora?

--Yo no tengo que modificar nada: voy a seguir trabajando en la ciudad, donde tengo un compromiso de muchos años. Esa era la base del acuerdo. El que tiene que explicar por qué le mintió a la gente es él. Era claro que lo nacional estaba en el rol de él y la ciudad era mi área de trabajo. En lo político, nosotros vamos a definir una postura de futuro una vez que De la Rúa indique qué pasa con las elecciones. Eso todavía no está definido, así que Cavallo se está adelantando con una voracidad que no es apropiada. --¿Habló con alguien del Frepaso últimamente?

--No. Sólo hablé con Enrique Mathov el miércoles para hacer la consulta de la postura oficial de cada uno con respecto a las elecciones de la ciudad.

--¿Va a hablar ahora?

--No. En el verano ya me habían ofrecido ir a la Alianza y yo contesté, como ahora, que soy independiente.

--¿Piensa que Cavallo es un traidor, como dice Carlos Menem?

--No. Yo pienso que más que una calificación lo que hay que ver es la conducta de cada uno. De lo que sí estoy seguro es de que en la vida y en la política la mentira tiene patas cortas. Y yo no soy un monigote ni un títere que llevan de un lado para otro.

 

La explicación del Mingo

Los colaboradores de Domingo Cavallo ensayaban ayer distintas explicaciones sobre la sorprendente actitud del ex ministro de Economía, que aseguró que se presentará como candidato a jefe de gobierno porteño luego de postularse para la presidencia. Esta decisión rompe de hecho su sociedad con Gustavo Beliz, quien aspiraba a disputar la sucesión de Fernando de la Rúa en los comicios capitalinos a los que el jefe de gobierno porteño todavía no le puso fecha, pero que seguramente se realizarán el año que viene. “Lo que pasa es que Gustavo no aceptó ser candidato a vicepresidente detrás de Cavallo. Fue un gesto de egoísmo, porque no quiso exponerse al desgaste de una elección presidencial. Para él es muy fácil quedarse en la Capital Federal”, señalaban cerca del diputado de Acción por la República. Otro de los dirigentes de diálogo directo con Cavallo interpretaba las palabras de su jefe como un mensaje a la Alianza. “Ellos saben que Cavallo tiene una alta intención de voto en la Capital. Con el sistema de ballottage del 50 por ciento, la candidatura de Ibarra (Aníbal) se complica”. La última lectura vinculaba las declaraciones del ex ministro con la relación con el gobernador Eduardo Duhalde. “Lo que hizo Cavallo fue dejar en claro la importancia que tiene en la Capital, porque el PJ no tiene ningún candidato potable y el Mingo es el único que puede pelear con chances ese distrito”.

 

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