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Por Mónica Guitérrez Desde Córdoba Después de 16 años de gobiernos radicales y con 26 de historia negada para el justicialismo en la provincia, Córdoba asistirá hoy a la asunción de un mandatario peronista. Cuando los radicales aún no terminan de discutir sobre las causas de la derrota, José Manuel de la Sota y su aliado ucedeísta, Germán Kammerath, llegarán a la gobernación con bombos y platillos de fondo: la presencia del presidente Carlos Menem junto a casi todo el gabinete nacional en la asunción y un par de fiestas multitudinarias para celebrar el acontecimiento. A pesar de sus públicas diferencias, se descuenta que no tardará en sumarse a la campaña presidencial de Eduardo Duhalde. El último gobernador justicialista de la provincia fue Ricardo Obregón Cano, quien gobernó desde mediados de 1973 hasta febrero de 1974, cuando la derecha del movimiento peronista descabezó la gobernación y forzó el exilio, de la provincia primero y del país después, bajo la amenaza permanente de la Triple A. De la Sota llega en condiciones muy diferentes. Cuando el 20 de diciembre pasado le disputó la gobernación a Ramón Mestre, la tercera fue la vencida para De la Sota: dos veces había intentado y perdido ante la Unión Cívica Radical, más exactamente ante Eduardo Angeloz, el hombre fuerte durante doce años consecutivos en la provincia. Aún estigmatizado por algunos como el perdedor eterno, se arremangó una vez más, invirtió millones en una campaña electoral de última generación y se alzó con el 49 por ciento de los votos cordobeses. Ahora va a festejar una vez más porque llegó la hora de la verdad, después de seis largos y peleados meses de transición. Y no es poco lo organizado para el festejo. Ayer, cuartetos y colectivos gratuitos fueron el gancho para que cientos de cordobeses fueran del barrio al centro y se agolparan en las primeras horas de la tarde en la plaza San Martín, frente al Cabildo, en el festejo popular organizado por De la Sota. Hoy le toca el turno de festejar a los más cercanos al poder. Hemos invitado a nuestros amigos, dijo el gobernador electo días atrás, cuando se preocupó en aclarar que los gastos del banquete de primera categoría que ofrecerá hoy a 1800 invitados especiales corrían por su cuenta y la de su esposa, Olga Riutort. Los salones del Liceo Militar General Paz, en el norte de la ciudad, que han sido especialmente remodelados para el evento, fueron el escenario elegido. Y no fue una elección al azar, por cuanto el nuevo gobernador ya anunció que quiere mudar la casa de gobierno a esas dependencias militares. Allí compartirá su mesa con el Presidente Menem, el resto de los funcionarios del gabinete nacional y los gobernadores justicialistas que asistirán a la asunción. El resto de los políticos, empresarios y elegidos para compartir el evento recibieron una tradicional invitación en nombre de De la Sota y Riutort con un agregado inédito: una tarjeta magnética con el nombre del invitado y un código de barras, intransferible, que tienen que llevar para poder ingresar a la fiesta. Al mejor estilo menemista, José Manuel de la Sota trata de explotar los mismos recursos de seducción que el Presidente en sus mejores tiempos. Entre los detalles distintivos de su asunción, De la Sota quiso restablecer la costumbre del uso del bastón de mando, descartado por sus antecesores radicales, por lo que hace un mes hizo hacer uno especialmente tallado en la empuñadura de oro con sus iniciales y el escudo de Córdoba. Desde el principio se habló de que vendría al acto el presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, pero a último momento trascendió que en su lugar vendría un representante. Carlos Menem está en Córdoba desde ayer. Alberto Kohan, como parte de los eventos que le organiza al Presidente para elevar su imagen (léase cena con Charly García, entre otros), armó esta vez un encuentro de agasajo de los principales referentes del deporte cordobés. Así, Menem compartió anoche una cena con los equipos de Belgrano, Instituto y Racing de Córdoba, con el nadador José Meolans, el boxeador Fabio Moli y el conjunto de Atenas, sexto campeón de la Liga Nacional de Básquet. El hotel Sheraton lo alojó en la noche de ayer y hoy participará de la ceremonia donde De la Sota jurará ante la Asamblea Legislativa, prevista a las 10.30. El mensaje que De la Sota dirigirá a la Asamblea será breve, de no más de quince minutos y por la noche hablará por la cadena provincial de radio y televisión. A las 12 se trasladará a la Casa de Gobierno, donde recibirá el mando de manos de Ramón Mestre. Todos los ojos se van a posar hoy en esa foto, sobre todo porque el gobernador electo señaló semanas atrás que prefería recibir la gobernación de un escribano y no de manos del saliente radical. Es que los últimos días de la transición el clima político se enrareció, con acusaciones cruzadas y diferencias hechas públicas sobre la marcha de la economía en la provincia y las últimas medidas del Gobierno. Allí tomará juramento sólo a su ministro de Gobierno, Oscar González (ex titular del PAMI) y el resto de su gabinete quedará supeditado a la aprobación de la ley de ministerios por parte de las cámaras legislativas, lo que ocurriría en un par de semanas más. Todos los colaboradores de De la Sota ya han sido nombrados públicamente; la administración justicialista funcionará con ocho ministerios, más la Secretaría General y la Fiscalía de Estado. Juan Carlos Maqueda en Educación y Juan Schiaretti en el Ministerio de la Producción son algunos de los nombres que acompañarán la nueva gestión. Si bien los menemistas ocuparán el centro de la escena en el festejo delasotista, se espera para hoy alguna presencia que enlace al flamante mandatario con el candidato presidencial, Eduardo Duhalde. A pesar de la distancia política que separó a ambos en los últimos tiempos, Julio César Aráoz o Humberto Roggero podrían ser los interlocutores.
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