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Un barrio que apagó la luz en memoria de Nicolás

Casi todas las luces se apagaron puntualmente a las 21 en el vecindario de la escuela Huergo, en una nueva protesta por la muerte del estudiante. Mañana harán un escrache a Edesur.

Los compañeros de Nicolás llevaron una bandera que lo recordaba con los colores de Independiente.
“Aquí están, éstos son, los beneficios de la privatización”, entonaron los chicos.

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Por Carlos Rodríguez

t.gif (862 bytes) Una bandera con los colores de Independiente –cruzada por un “dale rojo” y un “Nico vive” escritos con trazos nerviosos– simbolizó la presencia de Nicolás Oviedo en el “apagón” de quince minutos que encabezaron anoche sus compañeros de la Escuela de Educación Técnica Ingeniero Huergo, en el barrio de Caballito, con la adhesión de buena parte del vecindario. Si bien hubo dos minutos de silencio, uno al comienzo y otro cerca del final de una concentración a oscuras, o mejor dicho a media luz, la característica principal del acto fue el ruido, como era de esperar por ser adolescentes sus organizadores. “¡Aquí están, éstos son, los beneficios de la privatización!”, cantaron los chicos, con fondo de batucada, mientras interrumpían el tránsito de vehículos sobre la avenida Gaona, en la esquina con Martín de Gainza. La destinataria de la bronca fue siempre la empresa Edesur, a la que pertenece la cámara subterránea donde murió electrocutado Nicolás.
“Nicolás era un chico espectacular, cuidaba a su hermanita cuando yo iba a trabajar, hacía la cena, era el hombre de la casa. Su sueño era ser jugador de fútbol profesional y llevarnos a recorrer el mundo.” Con el lógico desconsuelo, Patricia Beskovich, la mamá de Nicolás, recordó ayer a su hijo en declaraciones a Radio Mitre. La mujer agradeció a los chicos del Huergo lo que hacen “desde su respeto y su amor a mi hijo”. Del mismo modo apoyó el apagón simbólico y la marcha, con posterior “escrache” frente a la sede de la empresa Edesur, convocada para mañana por los estudiantes, pero aclaró que la familia optó por “permitir que actúe la Justicia, por dejarlos trabajar”.
Pablo Martínez, del Centro de Estudiantes del Huergo, estimó que la marcha de mañana puede ser multitudinaria porque muchos colegios de la Capital Federal han comprometido su participación. El “apagón” comenzó anoche cinco minutos antes del horario previsto, las 21, cuando quedó en penumbras todo el perímetro de la escuela. En la oscuridad, la cinta amarilla que mantiene clausuradas las dos entradas a la cámara subterránea en la que murió Nicolás, adquirió un efecto especial, de película de terror. A metros del lugar se hizo el primer minuto de silencio.
Los vecinos de todas las casas y edificios en torre del vecindario, apagaron sus luces. Salvo una viejecita que vive enfrente del colegio, casi sorda, que adhería agitando su mano en señal de saludo, sin escuchar –claro está– a los que le pedían a gritos que apagara la luz. “No cabe duda, no cabe duda, matan a todo el mundo y no pagan la factura”, fue otro de los cánticos improvisados bajo un cielo negro y una molesta llovizna. En la esquina de Gaona y Martín de Gainza, una mujer silenciosa se acercó a los periodistas para pedirles: “No se olviden de Nicolás”.
Se hizo presente en el acto la defensora del Pueblo de Buenos Aires, Alicia Oliveira, quien aclaró que había sido “invitada por los chicos”. Aunque admite que las vacaciones de invierno significarán “un parate” para los actos de repudio, Pablo Martínez anunció que seguirán reclamando “hasta que Edesur se haga cargo de lo que hizo y venga a hablar con la familia y con nosotros”.
Algo molesto por los que dicen que el Ente Regulador de la Electricidad (Enre) “ampara” a Edesur, el titular del organismo, Juan Legisa, aseguró ayer que “no se defiende más que a los consumidores” y que prueba de ello es que a la empresa ya se le aplicaron multas “por más de cien millones de dólares”. Anoche, los compañeros de Nicolás renovaron las críticas al Enre y también al gobierno porteño porque “nadie controla nada”.

 


 

HUBO CORTES DE LUZ POR LA LLUVIA
Sobre llovido, mojado

t.gif (862 bytes) El temporal no afloja: lluvia, frío y viento vienen azotando a porteños y bonaerenses desde hace dos días y no piensan irse. A juzgar por el pronóstico del Servicio Meteorológico, no hay que ilusionarse con alguna mejoría temporaria: las malas condiciones climáticas seguirán hasta el viernes. El temporal provocó, además, cortes de energía eléctrica en Barrio Norte, Palermo y Recoleta y sacó de funcionamiento numerosos semáforos. En la provincia de Buenos Aires, unas 300 personas pudieron volver a sus casas, pero 60 permanecían aún ayer evacuadas.
El corte de luz, que duró unas dos horas y afectó a unos 2000 usuarios de numerosos barrios porteños, se produjo “al inundarse una cámara transformadora y la salida de funcionamiento de una alimentadora”, ubicada cerca del cruce de Austria y Avenida del Libertador, según informó el Ente Nacional de Regulación Eléctrica (Enre). Para quienes debieron sufrir la calle, las cosas no fueron fáciles. Defensa Civil instó a los conductores de vehículos particulares, camiones y autotransporte de pasajeros a adoptar “todas las medidas de seguridad para evitar accidentes viales”, ya que la transitabilidad de las calles era peligrosa por las lluvias. Pero no sólo eso: varios semáforos ubicados en distintas esquinas de los barrios de Paternal, Villa Crespo, Belgrano, Saavedra, Caballito y Congreso, salieron de funcionamiento por la tormenta, generando fuertes embotellamientos.
Según el Servicio Meteorológico la culpa de todo la tiene “una corriente de aire frío en los niveles medios de la atmósfera que se desplaza hacia el este sobre el continente”, tal como explicó la pronosticadora Nadia Giavedonni. “Se va a mantener el tiempo frío, con una marca cercana a los 12 grados de máxima”, agregó.
La peor parte, en cualquier caso, la llevaron los bonaerenses: el temporal afectó unas 900 viviendas precarias, según el titular de la Dirección Provincial de Defensa Civil, Bartolomé Llobet. Se trata de casas con techos de chapa y revestimientos internos de cartón, que no pudieron ser reparadas en su totalidad por la persistencia del mal tiempo. “El daño mayor lo hizo el granizo”, señaló Llobet, quien también advirtió que los últimos informes marcan que el punto más alto del Río de la Plata será de 1,50 metros, un nivel que está cerca del alerta de evacuación.

 

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