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Zulemita tiene acomodo para el primer vuelo

Menem dijo que será el primero en visitar las islas, sino como presidente, como "un ciudadano más." Si no es posible, va Zulemita.

Zulemita y la reina Isabel II.
¿Por qué no darse un gusto?

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t.gif (862 bytes)  Un Carlos Menem exultante dijo ayer que el acuerdo con Gran Bretaña por los vuelos a Malvinas era “el broche de oro” para sus diez años de mandato. Enseguida, Menem se postuló para subirse al primer avión que salga desde territorio argentino hacia al archipiélago. Aclaró que si no puede ir con el primer contingente, la que seguro que lo hará será su hija Zulemita.
“Hay que hacer una serie de gestiones”, explicó el Presidente. “Si no lo puedo hacer como Presidente de la Nación, lo voy a hacer como un ciudadano más, pero a Malvinas voy a ir”, puntualizó. “Me siento muy contento, muy feliz y satisfecho por este primer paso”, fue la evaluación que hizo Menem en una conferencia de prensa en la Casa Rosada convocada especialmente para hablar del tema. Y explicó que aunque, según dijo, el objetivo final de la “política de seducción” mantenida con el Reino Unido es la soberanía, por ahora no queda otra que viajar con pasaporte. “Nos guste o no nos guste la soberanía la está ejerciendo el Reino Unido”, dijo. El Presidente se refirió a quiénes viajarán a las islas. “La prioridad es para los familiares de las víctimas de la guerra”, dijo sobre los vuelos que comenzarán el 16 de octubre. “Después iremos los políticos, que en este caso hemos hecho algo”, aclaró. Y reiteró que si él no puede ir en el vuelo inaugural, seguro que lo hará su hija, una posibilidad que el Gobierno venía alentando desde el año pasado. “Cuando le avisé esta mañana la noticia del acuerdo se puso muy feliz y quiere acompañar al primer contingente”, reveló. La primera posibilidad de viaje de Zulemita surgió a partir de un pedido de los veteranos de guerra que quisieron sumarla a un grupo de jóvenes familiares que visitaron el cementerio de Darwin. No se pudo, pero Zulemita siguió añadiendo puntos durante el viaje de Menem a Londres, en octubre del ‘98. Allí la hija de Menem se convirtió en una atracción para la prensa británica, acostumbrada a comparar las primeras hijas con las princesas de los países monárquicos. Y este año, también causó una buena impresión al príncipe Carlos cuando pasó por Buenos Aires.

 

Chile, más que satisfecho

El gobierno de Chile, a través de su canciller, Juan Gabriel Valdés, expresó su “satisfacción” por el acuerdo entre la Argentina y el Reino Unido y adelantó que derogará la prohibición de volar a las islas desde territorio trasandino. “Así Chile contribuirá al perfeccionamiento de las relaciones entre estos dos países y a la solución del problema de Malvinas”, sostuvo Valdés. Chile jugó casualmente su papel en el acuerdo firmado ayer cuando –como respuesta a la detención del ex dictador Augusto Pinochet en Londres– prohibió los vuelos que unían las Malvinas con el contienente, en apoyo a la posición argentina. “En las próximas horas o días el decreto será derogado”, anunció Valdés. En cuanto la norma quede sin efecto, la empresa Lan Chile renudará la ruta aérea que une Punta Arenas y Port Stanley.


Tres opiniones sobre el acuerdo de vuelos

Mario Campora.
(Embajador argentino en Bélgica, ex embajador en el Reino Unido)

“Es bastante escaso”

–¿Cree que el acuerdo alcanzado ayer en Londres puede considerarse como un triunfo de la política exterior del gobierno argentino?
–Es un desenlace bastante escaso con respecto a las expectativas que se habían creado. Es simplemente permitir que los argentinos viajen a las islas Malvinas como si viajasen a Londres. Los argentinos para ir a Mendoza no necesitamos pasaporte y para ir a Malvinas sí.
–¿Está magnificada la trascendencia del acuerdo?
–Todo esto parece más bien un “parto de los montes”, algo así como una cosa que no tiene una significación mayor. Se podría haber logrado antes y esto se produjo sólo porque los chilenos cancelaron los vuelos hacia Malvinas. De esta manera, los isleños reanudan su vinculación con el continente y nosotros podemos ir a las Malvinas como si fuésemos a cualquier otra parte del mundo.
–Este acuerdo, ¿acerca o aleja la discusión por la soberanía?
–No puede considerarse que este acuerdo tenga algo que ver con la soberanía. Argentina no adquirió ningún derecho de soberanía. Lo que se debería hacer ahora es aprovechar el gran momento que está atravesando la relación bilateral entre Argentina y Gran Bretaña para plantear seriamente el tema de la soberanía.

Marta Ortega Araoz.
(PJ, secretaria de la Comisión de Relaciones Exteriores en Diputados)

“Una política común”

–¿Qué es lo primero que destaca de este acuerdo?
–Lo más trascendente que esta experiencia nos ha enseñado y que marca una sorprendente evolución de la cultura política argentina es la construcción de una verdadera política de Estado en torno de Malvinas. También es importante el tratamiento, en gran medida innovador, al que ha sido sometida la cuestión de las Islas Malvinas en las diversas reuniones llevadas a cabo en el Reino Unido durante los últimos meses. En las diferentes instancias de negociación se vislumbró un cierto cambio en la manera en que los respectivos poderes del Estado confluyeron para desplegar una política común en torno a esta cuestión tan cara a los sentimientos de los argentinos.
–¿Considera que el acuerdo fue un éxito del gobierno?
–Tanto en el caso de los Hielos Continentales como en el caso de las Islas Malvinas, el gobierno ha sabido otorgar legitimidad a su política y eficacia a su estrategia negociadora, al garantizar previamente el consenso de las fuerzas políticas del oficialismo y de la oposición.
–¿Cuál fue el rol que cumplió el Parlamento argentino en estas negociaciones?
–La “diplomacia parlamentaria” ha demostrado su eficacia como instrumento auxiliar de la diplomacia tradicional, con el fin de complementarla y contribuir a facilitar el tratamiento de ciertas cuestiones de la agenda externa en la que el Ejecutivo se encuentre limitado para avanzar en la negociación.

Raul Alconada Sempe.
(Alianza, ex vicecanciller
de Raúl Alfonsín)

“Aprovechar el impulso”

–¿Cuál es la principal ventaja del acuerdo?
–Creo que el acuerdo tiene aspectos positivos que deberían ser aprovechados. Pero es insuficiente si se tienen en cuenta los ocho años de política exterior argentina sobre el tema Malvinas. Lo más importante es que, si se maneja correctamente, este acuerdo puede llegar a generar un acercamiento entre el gobierno argentino y los isleños que antes no existía.
–¿Se recuperó la capacidad negociadora?
–Sí, y hay que aprovecharla. A partir de ahora se abre una gran posibilidad de establecer una relación directa con la isleños en donde se generaría otro tipo de vínculo y de confianza que permitiría crear un clima propicio para las futuras negociaciones.
–¿Cuál es el papel que tuvo en este desenlace la política exterior argentina en el tema Malvinas?
–La política de seducción del gobierno fracasó. Lo que se consiguió es gracias a un hecho eventual, ajeno a la política exterior argentina: el caso Pinochet y la cancelación de los vuelos hacia las islas por parte de Chile.
–¿Se puede hablar de un avance argentino sobre la discusión por el tema de la soberanía?
–Si se logra aprovechar el impulso que las negociaciones bilaterales van a tomar a partir de este hecho para negociar la soberanía, el acuerdo de hoy es positivo.

 

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